Por Nahuel Zárate
Fotografía: Cristina Sille

Reserva Natural de Hudson

El conflicto por la conservación de los humedales en el partido de Berazategui, a 32 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, toma repercusión debido a la intervención de organizaciones ambientales que buscan proteger estos espacios naturales frente a la explotación del suelo que generan distintos emprendimientos inmobiliarios por parte de empresas privadas.

El negocio de la urbanización pisa fuerte en una zona donde existen grandes extensiones de tierra. Pero si encima se lleva a cabo donde existen humedales, el daño al medioambiente puede ser irreparable, ya que su característica es que logran acumular gran cantidad de agua, la cual puede ser utilizada tanto para el consumo humano como para la producción, además de tener la capacidad de evitar inundaciones en zonas aledañas.

En los últimos meses desbordó el reclamo de diferentes organizaciones ambientales por la construcción ilegítima de barrios privados o countries en la costa ribereña del partido de Berazategui. Las denuncias señalan que la zona está sufriendo un cambio en el uso del suelo para emprendimientos privados, lo que genera un impacto ambiental significativo para los vecinos del partido. Por empezar, para construir es necesario levantar terraplenes, lo cual altera la pendiente del suelo y genera inundaciones.

 El ojo de la tormenta está puesto en el Municipio, acusado por los ambientalistas de ser el principal responsable de facilitar el acceso de áreas protegidas a los inversionistas privados. En relación a esto, Edgardo Boiraz, referente del Foro Regional en Defensa del Rio de la Plata, la Salud y el Medioambiente, pone de manifiesto que: “El problema concreto alrededor de los humedales es que los countries obtienen rezonificaciones a medida de sus necesidades y una intendencia proclive a conceder excelentes territorios a los barrios cerrados, lo que generó que los últimos 33 años existan 33 nuevos barrios cerrados.”

El primer atentado contra las zonas protegidas que costean el partido de Berazategui se dio en el 1996 cuando se llevó a cabo el inicio de la construcción del proyecto Country Náutico Puerto Trinidad de 360 hectáreas, perteneciente a Beccar Varela Desarrollos SA. y Sepra. “Sepultaron toda la fauna y la flora con 3,4 metros de tierra”, menciona Boiraz. Luego de varios años en donde la obra fue paralizada por distintos motivos, durante los primeros meses de cuarentena se comenzaron a reactivar actividades de desmonte y relleno sobre esta área que, según denuncian las diferentes organizaciones ambientales, está protegida por la Ley de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, la cual señala que es un sector de mediano valor de conservación y que por consecuente no se podrán autorizar desmontes en él.

La Asamblea Autoconvocada en Defensa de los Humedales y Bosque Ribereño de Hudson- Hocó, que lucha contra los abusos planteados por los negocios inmobiliarios, denuncia que la posibilidad de la explotación de las zonas de humedales solamente puede ser llevada a cabo gracias a las rezonificaciones propuestas por el Municipio de Berazategui. “La estrategia fue rezonificar el ordenamiento territorial de la provincia de Buenos Aires a cargo del Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS), achicando las zonas de mayor protección y agrandando las zonas para explotar; en paralelo el Municipio junto con el Concejo Deliberante rezonifica la zona de reserva a zona residencial.”, señala Lucas Rúa, activista ambiental perteneciente a dicha asamblea.

La puja de los privados por conseguir tierras a precios más bajos, la habilitación de los funcionarios públicos para que puedan acceder a estas y la falta de una ley de conservación de los humedales son tres puntos clave para que el avance sobre estas tierras se dé sin ningún tipo de límites. “Hace algunas décadas las economías de los municipios de todo el mundo junto a los privados pusieron el ojo sobre los humedales por la riqueza que se puede hacer en terrenos tan baratos con ecosistemas a su alrededor hermosos y abundante agua cerca”, agrega Rúa.

Lucas Rúa, guardaparque y activista en la Asamblea autoconvocada Hocó .

La modificación en el ordenamiento territorial aprobada este año por el intendente de Berazategui, Juan José Mussi, y con el apoyo de la OPDS permitió que la Zona de Reserva pase a ser considerada como Zona Residencial Extraurbana. Esta rezonificación habilita a los emprendedores privados a realizar distintos proyectos inmobiliarios como los casos del barrio privado Pueblos del Plata de Caputo Hermanos y Achaval Inmobiliaria, el cual cuenta con 300 hectáreas; y Lagoon Hudson, un complejo que incluye tres barrios privados, con un total de 900 hectáreas, perteneciente a la sociedad compuesta por Enrique Pedro Balsa y el Grupo Monarca SA.

Frente a esta situación, Rúa menciona que en el último tiempo se realizó una nueva calle con acceso al río, con la excusa de que era para la utilización de todos los vecinos, pero “fue meramente para la especulación inmobiliaria”. Además, cuenta que se construyó un murallón para contener al río, pero no se realizaron estudios de impacto ambiental al respecto. “La obra hoy se encuentra paralizada judicialmente sin poder terminar el último tramo gracias a la acción del Foro del Río de la Plata”, concluye el joven activista.

La sanción de una ley de humedales es un paso fundamental hacia la regulación y protección de estos ecosistemas. “Es necesario que deje bien en claro la definición de humedales para que no pueda haber arrebatos en ellos”, aclara Rubén Quintana, Doctor en Ciencias Biológicas e Investigador del CONICET y del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

Frente a los diferentes proyectos de ley que fueron propuestos en el Congreso, el presentado por el diputado del Frente de Todos y el presidente de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, Leonardo Grosso, es el más preponderante, según Quintana. “En lo personal creo que es un texto muy superador”. Además, hace referencia a que la causa principal de que se presentaran tantos proyectos este año fueron los incendios fluviales de la región del Delta del Paraná.

“Necesitamos la presión constante para incentivar a diputades y senadores con la pronta resolución a favor del equilibrio socio ambiental”, menciona Rúa.

La situación actual que transita el partido de Berazategui con respecto al mal uso de los espacios naturales es un ejemplo del maltrato por parte de la intervención humana a estos ecosistemas a nivel país. Según Quintana, desde mediados de la década del 90 se perdieron 88 mil hectáreas de humedales, donde se construyeron alrededor de 8 mil kilómetros de terraplenes. Esto significó una pérdida del 42% de la superficie total de humedales en Argentina.

Unos de los efectos más visibles que genera el cambio del uso del suelo de la mano de los emprendimientos inmobiliarios son las inundaciones en las zonas urbanizadas, ya que el agua no encuentra espacio donde acumularse. Es evidente que la acción social que promueven las agrupaciones ambientales es la responsable de hacer visible la situación crítica que está sufriendo el medioambiente, y es la vía por la cual el tema pueda tomar mayor repercusión para que la sociedad en conjunto pueda llegar a ser consciente de que el daño contra estos ecosistemas es la causa directa de los desastres ambientales que se viven.