Por Lucio Melián (Universidad Nacional de Moreno)
Fotografía: Gentileza Fundación GEP

Intervención en el Congreso de la Nación en la víspera del Día Mundial del VIH.

El Covid-19 pone en jaque el sistema de salud a nivel mundial. Las recomendaciones de los expertos y del Estado señalan la importancia de quedarse en casa para evitar la propagación del virus y el posterior colapso de las guardias médicas. En este contexto, evitar concurrir a establecimientos de salud es visto por algunos como una medida de prevención frente al temor al contagio. Ante ese panorama, ¿qué sucedió con el VIH en Argentina y con quienes lo atraviesan?

Natalia Haag, Directora Nacional en Prevención y Testeo de la ONG AHF Argentina, comenta: “Las personas con VIH redujeron las visitas, tanto por el miedo a la Covid-19 como también por la suspensión o reprogramación de turnos o consultas y por la falta de transporte público para acercarse a los establecimientos”. En este sentido, Romina Cavallo, abogada y coordinadora del Área de Atención Directa de Fundación Huésped señala: “Si es para hacer el seguimiento de tratamiento crónico hay que tener en cuenta que en general las personas con VIH tienen que ir al médico cada 6 meses para hacerse los análisis de rutina y saber si está todo bien. Si tienen la posibilidad de que le den las recetas por tres meses no hace falta que vaya con frecuencia al médico”.

Según la investigación elaborada por la Asociación Ciclo Positivo, el 75% de las personas con VIH encuestadas dijo haber necesitado realizar una consulta médica relativa a esta afección durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. De ese número, el 18% señaló que le cancelaron el turno (en su mayoría, personas con cobertura pública o por obra social) y el 8% acudió a una consulta programada previamente sin que finalmente fueran atendidos. “Es fundamental para las personas con VIH que puedan tener el seguimiento adecuado y una buena adherencia al tratamiento antirretroviral (TARV). Por esto hay que buscar los mecanismos para que la atención sea constante y de calidad”, advierte Haag.

Desde Ciclo Positivo resaltan la importancia de la disponibilidad del TARV, para que los pacientes de VIH conserven las defensas altas y la carga viral indetectable, ya que esto es indispensable para no tener mayores probabilidades de tener complicaciones de salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que el mayor uso de este tratamiento ha dado lugar a un claro descenso en la mortalidad por el virus. Desde que se alcanzó en 2004, el máximo número de fallecimientos por la enfermedad se ha reducido en un 42% y se han salvado cerca de 7,8 millones de vidas en los últimos 15 años. Además, desde el cambio de siglo ha disminuido en un 35% el número de nuevos infectados.

Según la mirada de Romina Cavallo, de Fundación Huésped, los tratamientos “en general” se pudieron llevar con normalidad y que las consultas que reciben en la ONG en relación con el retraso de las entregas de medicación no son mayores a las que venían sucediendo los años anteriores.  

Por su parte, las distintas organizaciones de todo el país que conforman el Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH desde agosto de 2019 vienen denunciando la falta de reactivos para el análisis de seguimiento CD4 y la carga viral. “Siguen faltando los testeos, todavía sigue habiendo faltante de tratamientos, aunque no a los niveles que hemos llegado en años anteriores”, señala Lucas Gutiérrez, activista parte de Ciclo Positivo.

José Maria Di Bello, Presidente de Gep, Asociación Ciclo Positivo, Claudio Mariani y María Sanchez de Positivos La Matanza.

Por su lado, Haag profundiza: “También hay faltante generalizada de preservativos. Con respecto a los test de VIH, muchos centros de testeo estuvieron cerrados o abocándose a la Covid-19, por lo que no hubo un ofrecimiento constante o se dificultaba acceder a los laboratorios para realizarse el mismo.”

Romina Cavallo cuenta que debido a la pandemia muchos de los centros de testeos estaban cerrados o disponibles en horarios específicos y que recién ahora se está regularizando la atención. Además, señala que cuando hay escasez de reactivos ya sea para detectar VIH o para hacer análisis de carga viral se le da prioridad a las personas que estaban iniciando tratamiento, con cambio de esquema o a personas embarazadas. Si bien hubo restricciones en cuanto a carga viral y CD4, que son los análisis de rutina que se hacen, no las hubo en cuanto a la medicación.

“Los preservativos, teniendo en cuenta que muchos lugares estaban cerrados o no disponibles para ir en cualquier momento también presentaron faltantes. La verdad es que venimos con muchísimos casos de diagnósticos positivos recientes y muchos pedidos de profilaxis post exposición, esto se da cuando tuviste una situación de riesgo y necesitas la medicación antirretroviral que se la toma durante 28 días para no adquirir el virus. Está habiendo bastantes problemas con esto también”, suma Romina.

Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina actualmente 122 mil personas viven con VIH y el 30% de ellas no lo sabe.

Es importante mencionar que la provisión de estos insumos es responsabilidad del Estado nacional conforme a la Ley de Sida y al fallo Asociación Benghalensis de la Corte Suprema de Justicia del año 2000.

“Lo que valoro es la predisposición desde el Estado siempre al diálogo. Se presentó el proyecto de Ley VIH, que fue ignorado por la gestión anterior hasta perder el estado parlamentario. Hoy, mi postura frente a como está respondiendo el Estado es de espera y de demanda, sobre todo porque nos han recibido y hemos tenido charlas. Imagínate que antes teníamos que cortar la Avenida 9 de Julio para que nos reciban, ahora directamente nos llaman, tenemos comunicación. Todo esto lo analizo en medio de una pandemia, pero nuestra salud no puede esperar”, señala Gutiérrez.

“Argentina es uno de los países con mayores derechos para las personas con VIH. Es importante no mermar los esfuerzos para seguir manteniéndolos garantizados. Mucho hablamos de la sindemia, es decir, la convivencia de dos pandemias al mismo tiempo, por lo que no deben abandonarse las políticas públicas con relación al VIH por la Covid-19”, finaliza Haag.

Del proyecto de ley mencionado por Gutiérrez, que se presentó el 26 de octubre, cabe destacar que a diferencia de la ley vigente sancionada en 1990 que tenía una perspectiva biomédica, esta tiene un enfoque de género y de derechos humanos. Tiene como propósitos prohibir los test de VIH en el preocupacional, impulsar la producción pública de medicamentos, dar una protección especial a quienes nacieron con VIH y la cero discriminación a las personas con VIH, Hepattis, TBC e ITS con la creación del Observatorio Nacional de Estigma y Discriminación en la órbita del INADI, entre otros puntos importantes.