Por Agustina Ramos
Fotografía: Camila Godoy, Noelia Guevara

Daniel tiene 28 años, vive en Merlo y se levantaba todos los días a las 5 de la mañana para hacer su jornada de trabajo como vendedor de paltas en la zona de Congreso. Tomaba dos colectivos y el tren para llegar al Mercado Central y comprar su mercadería. Luego, un colectivo y dos líneas de subte lo dejaban en el lugar de trabajo que ocupaba los 13 años. El jueves pasado, ANCCOM conversó con él sobre el desarrollo de su labor en medio del distanciamiento social y la posibilidad inminente de la declaración de la cuarentena total obligatoria. “Nos está afectando una banda. Yo en general salgo para ganarme aunque sea 800 pesos por día. Ya la semana pasada, antes de la cuarentena, sacaba apenas 500, dijo. Además sostuvo: “La cuarentena total a nosotros nos arruina. No sé qué vamos a comer. No sé qué voy a hacer”.

Un discurso similar tuvo Mirna Martínez, de 36 años, vendedora de flores en un puesto de Tucumán y Callao. El negocio es un emprendimiento familiar que tienen hace 16 años su madre y su hermano, donde ella trabajaba para poder solventar los gastos que le acarrea la Carrera de Enfermería. Mirna dice tener la suerte de que su marido tiene un sueldo fijo y puede mantener los gastos de su hogar. Sin embargo, el resto de su familia no cuenta con las mismas posibilidades: “Nosotros somos independientes: no trabajamos, no hay plata. Esto es el día a día”. Hasta el jueves pasado, dice Mirna, la venta ya había caído un 70% debido a la disminución de la gente en la calle. Ahora, el puesto floral directamente está cerrado.

La mayoría de las y los vendedores destacaron también la importancia de tomar medidas preventivas de cuidado y distanciamiento. “Los últimos días estaba yendo a mi puesto más que nada porque hay una mecánica de laburo que si no vendo las revistas en determinado tiempo las tengo que pagar yo. No me quedaba otra que tratar de alivianar lo que se me iba juntando de deuda con los proveedores. Ahora no sé…”, dice Ana, de 55 años, vendedora de un puesto de diarios.

El trabajo informal y monotributista se ve afectado de manera inmediata, como ningún otro sector, por la medida decretada de cuarentena preventiva y obligatoria. Adevertidos de esta situación, el ministro de Economía Martín Guzmán y su par de Trabajo Claudio Moroni anunciaron el lunes desde la quinta presidencial de Olivos medidas para proteger al sector: la creación de un ingreso familiar de emergencia para los trabajadores independientes informales o monotributistas de clase A y B que cubre a personas entre 18 y 65 años. El ingreso implica un pago único de 10 mil pesos por el mes de abril que puede repetirse si las circunstancias lo ameriten. 

“Este ingreso familiar de emergencia -dijo Guzmán- va a beneficiar a aproximadamente 3 millones 600 mil hogares en la Argentina”. La medida se dirige a personas con trabajos independientes –argentinas y argentinos nativos, naturalizados o residentes legales con más de dos años- cuyas familias no reciben otro ingreso ni están protegidas por otras prestaciones del Estado. “No es un ingreso para jubilados o pensionados, tampoco para quienes reciben programas asistenciales: es un ingreso para trabajadores que quedan en situación de vulnerabilidad”, dijo el titular de Economía. La excepción son las familias que reciben la AUH, que es un programa compatible con el ingreso familiar de emergencia.

“El sistema va a ser muy simple”, dijo Moroni. Las normas las pautará ANSES y el Ministerio de Trabajo. Según dio a conocer el ministro habrá una página web donde se podrá hacer la inscripción en un plazo entre 10 y 15 días. “Esperamos que en los primeros días de abril ya esté habilitada la aplicación”, concluyó Moroni.

Para el gobierno nacional, esta medida viene a completar el paquete económico y de ayuda social anunciada la semana pasada por los ministros Guzmán, Matías Kulfas y Daniel Arroyo. Entre las medidas económicas se encuentran la exención del pago de contribuciones patronales a sectores afectados de forma crítica por la pandemia, la ampliación del Programa de Recuperación Productiva (REPRO) y el refuerzo del seguro de desempleo. En cuanto a las resoluciones dirigidas a las y los más vulnerables, anunciaron la implementación de un pago extraordinario de 3.103 pesos para quienes perciben la AUH y la Asignación Universal por Embarazo (AUE), el cobro adicional de 3.000 pesos para jubilados o pensionados con la mínima y el refuerzo en la provisión de alimentos en comedores comunitarios y espacios de contención de sectores vulnerables. Otras medidas consisten en el relanzamiento del plan Procrear y el establecimiento de precios máximos por 30 días para un conjunto de productos alimenticios, de higiene personal, medicamentos e implementos médicos.  El interrogante es si alcanzará.