A las 12 del mediodía del 10 de diciembre, Alberto Fernández juró como nuevo presidente de la Nación. Enseguida dio su discurso frente a la Asamblea Legislativa, donde esbozó algunas de sus intenciones y medidas iniciales. Prometió trabajar por la convivencia democrática y respetuosa entre las diferentes ideologías, subrayó -en la que quizá haya sido su anuncio más importante del día- que intervendrá la Agencia Federal de Inteligencia y transparentará y destinará sus fondos reservados al Plan de Lucha contra el Hambre y señaló que no permitirá más operadores judiciales y que propondrá una reforma integral del sistema judicial. También dijo disminuirá la pauta publicitaria oficial y que transformará la propaganda gubernamental en piezas didácticas para apuntalar la educación de los chicos. Por último, cono la creación del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidades se comprometió a liderar desde el Estado la lucha contra la violencia de géneros, las desigualdades y la discriminación.

Sin descanso, el nuevo presidente se dirigió a Casa Rosada donde recibió a las delegaciones extranjeras que vinieron a saludarlo y tomó jura a sus ministros. Al finalizar la tarde y luego de un festival musical por el que desfilaron decenas de artistas, salió junto a su vicepresidenta Cristina Kirchner, a la Plaza de Mayo para hablarle a la multitud que lo esperaba. Visiblemente emocionado, les dijo: «Volvimos y vamos a ser mejores».