Por Emilia Hostein y Macarena Firpo
Fotografía: Julieta Ortiz Noelia Guevara

Banderas celestes y blancas cubrieron las barrancas de Belgrano al grito de #SiSePuede en la tarde del sábado 28 de septiembre. La marcha fue convocada por el presidente Mauricio Macri, quien encabezó el encuentro y dijo: “Hoy comienza la marcha del #SiSePuede. 30 días por todo el país, sabemos que un mejor país es posible y está mucho más cerca de lo que podemos ver”.

Apenas unas horas antes de las 17, se empezaron a replicar los hashtags #YoVoy y #SiSePuede en las redes sociales, al ritmo  en que los simpatizantes oficialistas iban llenando las inmediaciones del lugar emblemático: la estación elevada Belgrano C, una de las obras públicas que la gestión macrista inauguró en 2019. Para dar comienzo al acto hablaron la diputada Elisa Carrió y el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto. Los dirigentes resaltaron que esta es una lucha por las libertades individuales y por la justicia. Pichetto sostuvo que “si gana Alberto Fernández gana Cristina, y va a gobernar ella” y la multitud estalló al grito de “delincuentes”.

A las 17.55 el Presidente arribó a la estación de tren que había sido cerrada por el operativo puesto en marcha para esperar su llegada desde Olivos en el ramal Mitre. Minutos antes subió a Twitter su foto en la formación junto a su esposa, Juliana Awada, acompañada del hashtag #YoVoy. “Empieza octubre de 2019. A los más jóvenes les quiero decir que en unos años sus hijos les van a preguntar dónde estaban y les vamos a contestar; ‘Estábamos haciendo patria’ «, dijo el Presidente para cerrar su discurso.

“A diferencia de otros espacios políticos, lo nuestro es por voluntad propia, venimos por nuestros medios. No venimos por el choripan o la gaseosa ni la bebida alcohólica”, dijo el Superintendente de Servicios de Salud de la Nación,  Sebastián Neuspiller. Varios carteles de la marcha reproducían estas concepciones: “No estoy acá por una ideología”; “No estoy acá porque me trajeron”; “No estoy acá porque me dieron algo a cambio”; “Estoy acá por mis valores y porque quiero una Argentina que progrese” y todos firmaban “#SiSePuede”. Los asistentes reconocieron no haber sido afectados mayormente por la crisis económica que se vive en el país. “A mi particularmente no me afectó la situación económica, entiendo que hay mucha gente que no la pasa tan bien, pero creo que hay que seguir aguantando y poniendo fuerza porque yapasó lo peor”, dijo Andrea Salatino de 46 años.

Al ser preguntados sobre las razones por las que asistieron a la marcha distintas personas sostuvieron que se manifestaban  porque no querían volver al pasado y porque tenían fe en laconstrucción de un país mejor. “El pañuelo del #SiSePuede es una esperanza, no es porqueme guste tanto Macri sino porque siento un desprecio profundo por el autoritarismo, porquese lo que pasó en Venezuela. No es justo vivir en un país en el que vos quieras salir y no te lo permitan”, contó Delia de 68 años, oriunda de Devoto. Y sí, en este momento de pañuelos-que marcan ideologías, el suyo era de color amarillo.

No sólo había banderas argentinas sino también algunas banderas venezolanas, de personas que emigraron a la Argentina. Es el caso de Soraida, de 25 años, quien contó a ANCCOM: “Hoy estamos en un momento clave en el cual se puede perder, porque creo que ningún país está exento de vivir lo que vive hoy Venezuela. Justamente porque se ha tratado de instaurar un modelo político como el cubano, que refleja algo transcrito de la Unión Soviética”. También sostuvo que era su responsabilidad como venezolana acompañar y contar lo que puede suceder si un “socialismo del siglo XXI” se instala en latinoamérica. El discurso se se repetía entre los manifestantes: “Si gana el Frente de Todos Argentina se convertirá en Venezuela”.

Las banderas albicelestes desconcentraron antes de las 19 por las calles de Belgrano cantando al unísono #SiSePuede. Los testimonios recogidos en la marcha dejan en claro los deseos del 32% de la sociedad que vota a Juntos por el Cambio. Los argumentos se centran en la esperanza –a pesar del presente osucuro- por un futuro de desarrollo económico, en la defensa de los derechos individuales y, sobre todo, en el desprecio por los pasados gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner.