Por Ian Werbin con Cristina Sille, Milagros Alonso, Tomás Eloy Gómez, Sofía Moure, Laura Pomilio, Florencia Ferioli, Pilar Camacho, Julieta Ortiz, Camila Alonso Suárez, Estefanía Hernández, Cristina Sille, Juana Posbeyikian, Ornella Rapallini, Juan Luis Dell’Acqua, Noelia Guevara, Gastón Quagliariello, Milagros Alonso, Azul García, Virginia Vitali
Camila Godoy, Agustina Ramos.

Bunker Frente de Todos, Elecciones PASO 2019.

La fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner logró una victoria contundente sobre el binomio oficialista compuesto por Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto, con el 47,36%  de los votos contra el 32,24%.  

Lejos quedaron Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey, de Consenso Federal, con el 8,34% de los sufragios, mientras que el FIT-Unidad, con Nicolás del Caño y Romina Del Plá a la cabeza, resultó la cuarta fuerza nacional con un 2,88%. El liberal José Luis Espert (Frente Despertar) y el ultradrechista Juan José Gómez Centurión (Frente NOS) también superaron el filtro de las PASO al obtener el 1,5%.

Quienes no llegaron a convertirse en candidatos fueron Manuela Castañeira (Nuevo MAS), Alejandro Biondini (Frente Patriota), Raúl Albarracín (Acción Vecinal) y José Antonio Romero Feris (Partido Autonomista). El panorama se completó con unos 750.000 votos en blanco y 300.000 nulos.

La elección estuvo signada por la polarización, de hecho las dos fórmulas más votadas acumularon el 80% del total. Consenso Federal, pese a constituirse como tercera fuerza, fue el espacio más perjudicado al no alcanzar los dos dígitos. Tras la baja de Sergio Massa y su posterior incorporación al Frente de Todos, se confirmó la debilidad del armado lavagnista, en contraste con las PASO de 2015, cuando el peronismo antikirchnerista –con Massa de candidato– había conseguido más del 20% de los votos.

El triunfo del Frente de Todos se explica en buena medida por su desempeño en los bastiones electorales más poblados. Alberto Fernández ganó claramente en Santa Fe y Buenos Aires. En territorio bonaerense, traccionado además por la dupla Kicillof-Magario, le sacó 17% al macrismo. La única provincia en la que ganó Juntos por el Cambio fue Córdoba, aunque por menos de lo esperado: el aplastante 79% de 2015 se redujo esta vez a un modesto 48%. Las inesperadas victorias de los Fernández en Mendoza y Jujuy, dos distritos gobernados por radicales, clausuraron las chances del oficialismo.

El escrutinio provisorio a cargo del Ejecutivo estuvo marcado por la demora y la incertidumbre. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, había anunciado que los resultados se conocerían a partir de las 21, pero a esa hora los datos no aparecían. Los funcionarios usaron como excusa los requerimientos dispuestos previamente por la jueza María Romilda Servini de Cubría para dar a conocer los porcentajes, aunque varias fuentes advirtieron que se debió a un mal funcionamiento del polémico sistema de conteo de la empresa SmartMatic.

Ante la falta de información, el nerviosismo se fue adueñando de los búnkers. “Está caído el sistema nacional de transmisión de datos”, anunció Alejandro “Topo” Rodríguez, candidato a diputado nacional por Consenso Federal. Desde el Frente de Todos, Felipe Solá apuntó a la intencionalidad del Gobierno: “Sabemos que ya tienen los datos, cualquier alusión a una falla puede ser una estrategia para que la gente no sepa el resultado de la elección. Si son el mejor equipo de los últimos 50 años, les pedimos que por una vez digan la verdad». 

Las primeras estimaciones concretas comenzaron pasadas las 22, luego de la aparición de Mauricio Macri. Aún sin datos oficiales, el mandatario reconoció la derrota con un discurso apagado, admitió que hicieron “una mala elección” y así dejó traslucir que la diferencia era mucho más abultada de lo que se preveía. Los primeros números recién aparecieron a las 22:29 y fueron categóricos. 

Elecciones PASO, bunker de Consenso Federal. Ciudad de Buenos Aires, 11 de agosto de 2019. Fotos de Juana Posbeyikian / ANCCOM

La holgada distancia de 15 puntos puso en off side a la mayoría de las consultoras, ya que si bien casi todas pronosticaban un triunfo de Alberto Fernández, estimaban un margen de entre 3 y 6 puntos solamente. El periodista Jorge Lanata, desde la pantalla  de Canal 13, desató su furia: “Escuchar estos números es muy fuerte, muy impresionante. Nadie se la esperaba. Tampoco Fernández. Nadie esperaba una diferencia del 15%. ¿Dónde van a devolver la guita las encuestadoras? Se va a abrir un fondo en la Casa de Gobierno porque todos mearon afuera del tarro”.

El panorama de cara a octubre parece casi definido. Incluso agenciándose todos los votos de Lavagna, Espert y Gómez Centurión –un 14% sumados–, Macri no alcanzaría a Fernández. Su problema más urgente, no obstante, será sostener su propia gobernabilidad.

Crónica de un día electoral

Desde las primeras luces del día y hasta el atardecer, un 75% del electorado concurrió a ejercer su derecho cívico en las más de 14 mil mesas distribuidas a lo largo del país. Casi al cierre de los comicios, se inició la actividad en los centros de campaña.

Apenas pasadas las 18, empezaron a llegar referentes del Frente de Todos al flamante Centro Cultural C, en el barrio de Chacarita, sitio elegido como búnker. El sindicalista Héctor Daer fue uno de los primeros. “El pueblo argentino se volcó a las urnas. Los resultados dicen que la divisoria de aguas es definir qué proyecto de país queremos los argentinos”, expresó.

Como es habitual, la militancia macrista se reunió en Costa Salguero. Allí, minutos después de las 19, el jefe de gabinete Marcos Peña dio una conferencia de prensa. Sin dar cifras, celebró el crecimiento de la participación (unos 2 puntos encima de 2015) y enfatizó el carácter preliminar de las PASO: “Estamos muy contentos con el resultado que estamos viendo”, manifestó. Recordó que entre las primarias y las elecciones de octubre de 2015 cosecharon dos millones de votos más para Cambiemos. Peña se rehusó a hacer evaluaciones antes de que se publicaran datos oficiales y se despidió.

Nicolás del Caño y Romina del Plá en el Hotel Castelar.

Pasadas las 20, en el Hotel Castelar, en pleno centro porteño, los dirigentes del FIT-Unidad coincidían en que sortearían las PASO sin inconvenientes, aunque no se animaban a dar precisiones. La gremialista Romina del Plá sostuvo: “Pasamos de ser precandidatos a candidatos, hemos pasado holgadamente el 1.5% que nos permite dar batalla en las elecciones de octubre”. “Si bien el resultado parece positivo, el escenario será difícil”, opinó, “dado que una opción es el candidato actual del ajuste, pero los que le hacen frente son quienes también aplicaron un ajuste. En ese contexto, debemos construirnos como una alternativa”.

Luego de las 21, mientras los datos continuaban sin aparecer, Manuela Castañeira, la única mujer precandidata a presidenta y la más joven con 34 años, habló desde el centro de campaña del Nuevo MAS, ubicado en San Telmo: “Es muy antidemocrático que hace dos horas la elección está a ciegas debido a que el sistema de envío de información está caído. Es una profunda falta de respeto a la sociedad argentina”, subrayó. 

José Luis Espert, del Frente Despertar.

En el búnker de Alberto Fernández seguían arribando informaciones extraoficiales que aumentaban la expectativa y ya se comentaba que tendría un 45% de los votos. Mariano Recalde y Felipe Solá, en una de sus salidas ante los medios, destacaron que había “una diferencia significativa a nivel nacional”. 

La breve y sombría alocución del presidente Macri no hizo más que ratificar lo que se percibía. “El nivel de dificultades que hemos tenido estos últimos años ha generado mucha angustia”, diagnosticó el jefe del Ejecutivo, quien concluyó su intervención ordenándole a su equipo irse a dormir para volver a trabajar al día siguiente.

Minutos más tarde, una Elisa Carrió desencajada salió al escenario. La líder de la Coalición Cívica minimizó las primarias –“Yo no registro agosto”– y añadió: “No es mala la adversidad. Lo que es malo es sentirse deprimido en la adversidad”. La diputada criticó la decisión de la mayoría de los votantes, a quienes comparó con los antiguos hebreos que quisieron regresar a la esclavitud en Egipto. “La mayoría se sienten más cómodos con los autoritarios”. Luego de esta fugaz aparición, el presidente Macri brindó una corta rueda de prensa y, a su término, el búnker de Costa Salguero se vació rápidamente. El último en irse fue el militante macrista Pablo Cabaleiro, también conocido como “El mago sin dientes”.

Posterior al anuncio de los resultados de las PASO de Mauricio Macri, los candidatos de Consenso Federal, Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey, se presentaron ante las cámaras en su búnker del Hotel NH. “Agradezco a los 3 millones de argentinos que no se dejaron atrapar por la falsa grieta y a los 2 millones y medio que votaron por Consenso Federal. En tres meses organizamos este espacio y hoy somos definitivamente la tercera fuerza y tenemos una voluntad inquebrantable por seguir adelante y trabajar permanentemente por reconstruir la brecha”, aseguró Lavagna.

La imagen de un Macri derrotado y la divulgación de las primeras cifras oficiales provocaron una ebullición en el centro de campaña del Frente de Todos. El 47 contra 32 suponía una rotunda victoria para la fórmula Fernández-Fernández. Al rato, Cristina Fernández de Kirchner hizo su entrada a través de un video –grabado– desde Santa Cruz que fue recibida con cientos de banderas argentinas agitadas por la multitud adentro del búnker y miles que se agolpaban afuera, sobre la avenida Corrientes. La candidata a vicepresidenta hizo hincapié en el futuro, se refirió al próximo 10 de diciembre como la fecha de “reencuentro de todos los argentinos” y expresó su deseo de “que el país vuelva a tener posibilidades de ser una sociedad mejor, más tranquila y más feliz”.

Recién a las 24, cuando todos los otros candidatos ya habían dicho lo suyo, salió a escena el gran ganador de la noche, Alberto Fernández. La ovación fue absoluta. Con su habitual ir y venir y los números de la elección a sus espaldas, en una pantalla gigante, remarcó: “Argentina escuchó el mensaje: vinimos para crear un nuevo país en el que todos tienen lugar. A partir de hoy se terminó la venganza, la grieta y cualquier cosa que nos divida”. Y, apelando a la memoria histórica de los argentinos, afirmó: “Una vez más vamos a arreglar los problemas que otros generaron”. “El único trabajo es que los argentinos recuperen la felicidad que han perdido”, concluyó entre abrazos y fotos de unidad. De fondo, la canción que sonaba era elocuente: “Hay que volver a empezar / hay que volver a soñar”.

El camino hacia octubre es incierto, pero en estas PASO los argentinos y las argentinas han elegido un nuevo rumbo. Otra historia comienza.