Por Cecilia García y Muriel Schtivelband
Fotografía: Gentileza Arde

El 16 y 17 de marzo se realizó ArdeEncuentro de Fotografía, Feminismos y Derechos Humanos, organizado por los trabajadores del Espacio de la Memoria y Derechos Humanos de la ExEsma, la agrupación Colectiva Pandilla Feminista y fotógrafos independientes.

“Desde la fotografía necesitábamos pensarnos dentro del feminismo”, cuenta a ANCCOM Gisele Volá, fotógrafa creadora de SubCooperativa de Fotógrafos y parte organizadora de Arde: “El encuentro está pensado desde la mujer, lesbiana, trans, travesti, intersexual, no binarie, en constante debate. Y lo hacemos desde la fotografía porque desde la imagen creamos nuevos discursos, en lo que es la representación de las identidades”.

La actividad comenzó a gestarse en el Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Chaco y se concretó este fin de semana en la ExEsma donde se llevaron a cabo talleres, conversatorios, proyecciones, muestras fotográficas y revisiones de portfolios con perspectiva de género.

La exposición de fotografías de Arde estaba dividida en tres temporalidades: pasado, presente y futuro. El pasado contaba con fotografías de archivos, como el de Memoria Trans; las correspondientes a la sección del presente estaban ligadas a trabajos sobre mujer y territorio realizados en la actualidad; y las incluidas en el apartado futuro reproducían imágenes que circularon por redes sociales.

Analía Cid, fotógrafa e integrante de la colectiva Pandilla Feminista cuenta sobre la curaduría de la muestra: “Hubo un fuerte hincapié en la temporalidad, que no fuese solo lo contemporáneo sino que retomaran distintos tiempos históricos. En la parte de futuro, por ejemplo, aparece la idea de que las nuevas generaciones tienen otras formas de producir y circular imágenes. Casi todo lo que se muestra allí son fotografías hechas en analógico pero que circulan por redes sociales, Instagram, Facebook. La idea de las que se muestran en la sección del presente es el intento de poder salirse de lo que vemos todos los días en Buenos Aires, mostrar qué estaba sucediendo en otros territorios. Es federal”.

Una de las preguntas que hacían las organizadoras a distintas visitantes fue “¿Qué es lo que Arde?”. Luego de estos dos días de jornadas y debates intensos y enriquecedores, no cabe duda que lo que Arde, como dijo Rita Segato, es el mundo. El mundo y  sus viejas formas patriarcales de producir y representar. Arde fue un encuentro que movilizó las  formas de mirar y deja mucho para seguir re-pensando dentro de la fotografía y los feminismos. “Tratamos de no repetir ciertos mecanismos con los que no estamos de acuerdo como la verticalidad, la jerarquía; nos propusimos  pensar formas más afectivas de relacionarnos, desde la sororidad”, explica  Volá.

El marco en el que se montó la muestra tampoco fue inocente. La elección de realizar el Encuentro en la ExEsma, llenar las paredes de imágenes que cuestionan lo establecido, irrumpen en el sentido común y ponen miradas ocultas a la luz, significa reconocer la importancia de la memoria colectiva –en tiempo en los que el Estado la niega- para pensar nuestro presente y proyectar nuestro futuro.

Arde denuncia y disputa sentido, construye desde la premisa que se debe politizar la comunicación y configurar espacios donde se ponga en el centro de la escena voces y miradas que no representen a los sectores hegemónicos. Genera herramientas que permiten entender otras formas de percibir y hacer mundo, denunciando la violencia de políticas que excluyen, censuran y persiguen a los colectivos disidentes, a los sectores más vulnerables de la sociedad.