Por Nahir Del Buey
Fotografía: Muriel Schtivelband

En medio de la feria judicial y las vacaciones escolares, la jueza Andrea Danas dictaminó que en la escuela Yrurtia hay espacio para otra institución más y rechazó la medida cautelar de la Unión de Trabajadores del Estado (UTE) para evitar el traslado de la Escuela de Cerámica, el tradicional establecimiento de educación media del barrio de Almagro.

El conflicto se inició el 26 de noviembre del año pasado, cuando estaban finalizando las clases y la comunidad educativa se enteró que el Ministerio de Educación porteño había decidido trasladar la Escuela de Cerámica Nº 1, ubicada en la calle Bulnes 45, al Polo de las Artes del barrio Vélez Sarsfield, a más de cinco kilómetros de distancia. Luego de más de 13.000 firmas de vecinos,  referentes de la cultura y la educación y numerosos actos en contra de este traslado, el juez Francisco J. Ferrer había ordenado la suspensión de la mudanza, frenando la resolución de la ministra de Educación Soledad Acuña. Pero ahora, otra magistrada, levantó la feria judicial para revertir esa resolución.

El traslado de la Escuela de Cerámica se enmarca en lo que parece constituirse la política más visible del Ejecutivo porteño: su proyecto para reunir cinco hospitales en un solo predio, el desalojo de la Asamblea de Villa Urquiza, el traslado del CENARD y la venta del predio del Tiro Federal, entre otras iniciativas, solo parecen tener como objetivo aumentar la recaudación a través de la venta de terrenos públicos a grandes grupos constructores.

Acuña manifestó que padres y alumnos, en su mayoría, estaban de acuerdo con la medida del traslado. Vanina Espinoza, profesora de taller de la Escuela en dialogo con ANCCOM expresa: “Lo que dice esta lleno de falacias de principio a fin. Dice que toda la comunidad está de acuerdo y eso es mentira, en las pocas reuniones que han tenido, tanto con familias como con docentes, hemos manifestado nuestro rechazo rotundo” y agregó que  “con les estudiantes nunca se reunieron y elles han manifestado siempre: no al traslado.”

En la misma línea, como defensa de su decisión, Danas advirtió que se inscribieron más chicos desde que comunicaron el traslado, lo cual Espinoza indica que es otra mentira. “No hubo más inscripción, o por lo menos no nos han informado. Se realizaron en septiembre y los exámenes de ingreso también, por ello nunca se pudo haber inscripto a nadie después de esa fecha. Que nos muestren las listas”, demanda Espinoza.

Luna, vicepresidenta del centro de estudiantes, cuenta la reacción que tuvo el estudiantado al enterarse del fallo en contra de la media cautelar que había dictado Ferrer a su favor, “nos sorprendimos, nos descolocamos, pero decidimos reunirnos con toda la comunidad educativa y revisamos la justificación de la jueza. Uno de los puntos es que la mayoría de las familias del Cerámica está a favor del traslado, cosa que es mentira, ni bien nos enteramos del traslado de forma unánime nos declaramos en contra porque a todos nos perjudica”, describe.

Para la estudiante, el traslado es algo injusto y van a seguir luchando y oponiéndose al mismo: “Para los alumnos esto es devastador, la escuela tiene un marco histórico impresionante, que también es parte de nuestra identidad”. Hace hincapié en que la medida les fue notificada una semana antes de terminar las clases, impidiéndoles anotarse en otra escuela porque las inscripciones y vacantes cerraron. Sumado a que el 80% del alumnado tendría que tomarse entre dos o tres medios de transporte para poder llegar a la nueva sede.

El edificio a donde pretenden trasladar el bachillerato no está terminado ni habilitado. “La justicia le pidió al Gobierno los planos de convivencia del Rogelio Yrurtia y de la Escuela de Cerámica y  no tienen fecha de finalización de obras, ni información sobre las habilitaciones, que para nosotros es fundamental: saber en qué condiciones los chicos van a realizar sus actividades”, argumenta Cecilia Paul, madre de una alumna del Cerámica y docente de otra institución.  

Paul remarca que los menores se ven afectados por esta medida por la pertenencia al barrio y a la escuela, y advierte que el traslado también es un atropello a la comunidad de la Escuela de Enseñanza Artística Rogelio Yrurtia que está esperando un edificio propio hace 15 años y por el que trabajaron los últimos cuatro para que esto sea posible.

Desde el Ministerio dijeron que el Cerámica no presentaba dificultades de espacio. “El recurso que interpuso el Gobierno de la Ciudad carece de documentación, por eso los abogados de UTE preparan la apelación con la información que le dieron las familias, por ejemplo  con respecto al horario de los chicos donde no hay horas ociosas”, concluye Paul.

Para continuar con la lucha se va a realizar un abrazo a la escuela, semaforeadas, actos con banderas y la posibilidad de firmar el petitorio para frenar el traslado. Sumado a que los docentes de UTE apelarán la decisión judicial por considerar que el traslado es inconstitucional, Solo favorece al Gobierno y perjudica a la comunidad educativa de la Escuela de Cerámica. En su comunicado oficial indican que la decisión tomada carece de contenido jurídico y hace hincapié en que las escuelas están para garantizar el derecho social a la educación y no para hacer negocios inmobiliarios.

Ante estos avances, el próximo 4 de febrero, la comunidad educativa realizará un abrazo y sostendrá una guardia en la escuela para evitar cualquier tipo de acción que quiera iniciar el Gobierno de la Ciudad con respecto al traslado.