Por Nahir Del Buey
Fotografía: Belen Ranelli

Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, y al cantautor argentino Víctor Heredia recibieron el premio Alicia Oliveira 2018, el miércoles último en el salón auditorio de la   Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires . La distinción fue entregada por el Defensor del Pueblo de la Ciudad,  Alejandro Amor, y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

El premio nació como un homenaje a Alicia Beatriz Oliveira, militante y abogada defensora de derechos humanos, además de haber ocupado el cargo de Defensora del Pueblo de la Ciudad entre 1998 y 2003. En este sentido, el galardón tiene como fin homenajear a personas que -como ella- dedicaron su vida a proteger y promover los derechos humanos. En el 2016 el premio fue entregado a Estela de Carlotto y en el 2017 a Lita Boitano, presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.

Silvina Pennella, Secretaria General de la Defensoría del Pueblo de porteña, mencionó que es el primer año que se homenajea a una persona de la cultura. “Estamos convencidos de que el arte dio soporte a las luchas de derechos humanos”, explicó. A la vez, señaló que esta entrega es especial porque coincide con los 70 años de la celebración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. “Hemos alcanzado enormes conquistas pero los derechos sufren en el mundo duros reveces, como las políticas hacia los migrantes, la desigualdad, la xenofobia, la discriminación, la represión y la violencia institucional”, enumeró. Luego repudió la resolución del Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich que legitima el gatillo fácil, lo que desató los aplausos en la sala: “Es un país que los Argentinos le dijimos nunca más hace tiempo”. Y para concluir celebró la histórica condena contra los ex directivos de Ford, por delitos de lesa humanidad.

Taty Almeida, Victor Heredia

“Estamos convencidos de que el arte dio soporte a las luchas de derechos humanos”, explicó Silvia Pennella.

Bajo la atenta mirada de sus nietos y bisnietos, en pantalla se proyectó un video para homenajear a Alicia Oliveira y su labor. Se escucharon abucheos al aparecer los rostros de algunos represores, como por ejemplo Miguel Osvaldo Etchecolatz. “Incansable luchadora, su coraje salvó y mejoró la calidad de vida de miles de personas”, concluía la proyección.

Luego tomó la palabra Carlotto, quien subrayó que a pesar de los momentos de crisis, nunca bajaron los brazos y recordó a los y las compañeras de lucha –como Alicia- que ya no están. “Su muerte no va a ser en vano, tenemos la democracia más larga de nuestra historia, imperfecta pero es democracia. El país se ha caído muchas veces y el pueblo se levanta”, afirmó. Remarcó que el premio las hace sentir acompañadas y que la lucha es grupal, entre todas “nos unimos por un amor y dolor, una unidad, a pesar de las diferencias”. Resaltó que los que siempre luchan por sus derechos y los de todos son los estudiantes y la clase obrera. Luego reflexionó que ella no conoció al hijo de Taty y que Almeida tampoco a su hija pero que “seguramente en algo habrán estado juntos, caminando para la liberación del pueblo y la justicia social”.

Alejandro Amor, por su parte, aseveró que hasta el último día de su mandato, la lucha por la memoria, verdad, y justicia serán un compromiso de vida. “Que el último de los responsables sea llevado a la justicia y condenado como corresponde”, exigió. También aprovechó para brindar su acompañamiento a la actriz argentina Thelma Fardin por su denuncia de violación: “Hay que cambiar nuestra conducta, las mujeres no son un objeto”, sostuvo. Además hizo mención a la migración como un derecho humano: “Los hermanos latinoamericanos son nuestros compatriotas, basta de muros y vallas, hay que abrir puentes y caminos, porque todos somos hijos o nietos de inmigrantes”. Por último, reconoció la labor de Víctor Heredia como artista y militante, y de las Madres de Plaza de Mayo: “Cuántos años que están ellas ahí adelante en esta lucha, son el ejemplo que nosotros tomamos, es el momento que todos demos un paso adelante con ellas para que quede claro: fueron 30 mil desaparecidos”.

“Que el último de los responsables sea llevado a la justicia y condenado como corresponde”, exigió Alejandro Amor.

Nuevamente las luces bajaron y sobre la pantalla se proyectó un resumen de la historia de los dos homenajeados de la tarde. Los nietos de Oliveira subieron al escenario y se realizó la entrega de premios, entre abrazos y aplausos.

La galardonada Almeida tomó el micrófono y dijo que comparte el premio con todas sus compañeras de lucha, sus tres hijos y los desaparecidos. Manifestó que su hijo Alejandro fue quien la parió y aseguró que “lo mejor que pude hacer fue juntarme con esas locas como nos llamaron, y empezar a compartir logros, tristezas y la lucha incalificable”. La reconforta la militancia, la resistencia, el ocuparse del otro. “No todo son pálidas, los juicios continúan”, resaltó. Agradeció el rol que tuvo Oliveira en la lucha por los derechos: “Hay que tomar la calle, poner el cuerpo, dejar de lado las diferencias y no aceptar la hipocresía”, concluyó.

La ganadora del año pasado, Lita Boitano, quiso dar sus agradecimientos, y le cedió el micrófono al segundo homenajeado de la tarde. Víctor Heredia sufrió la censura de sus obras por parte de la dictadura cívico-militar y en ese mismo año, su hermana María Cristina fue secuestrada y aún sigue desaparecida.

públicoComo regalo para Heredia, el grupo La Tranquera cantó “Tu Sangre en mi Cuerpo”: “Desde niño aprendí que patria es memoria y sueño bajo la piel”, sonaba. Más tarde, a pedido del público, Heredia se animó y cantó “Sobreviviendo”.

La sorpresa para Taty Almeida se la dio Cristina Banegas, representante de Actrices Argentinas. Ante su presencia, el público comenzó a cantar:

“Abajo el patriarcado/ se va a caer/ arriba el feminismo/ que va a vencer”. Cuando las voces se apaciguaron, leyó un poema de Alejandro Almeida, hijo de Taty, escrito pocos días antes de ser secuestrado, a sus 20 años.

“Si la muerte me sorprende lejos de tu vientre/ lejos de tus caricias/ si la muerte me abrazara fuerte/ como recompensa de haber querido la libertad/ parte de lo que fui lo vas a encontrar en mis compañeros”, decía aquel escrito.

La jornada terminó con aplausos y al grito de 30 mil compañeras y
compañeros detenidos desaparecidos, ¡presentes! ¡ahora y siempre!