Por Carolina Aguirre Hayes
Fotografía: Leonardo Rendo

«J. Timerman» la nueva obra de Eva Halac presentada en el Centro Cultural San Martín.

Jacobo Timerman fue un periodista de origen ucraniano que llegó a la Argentina con tan sólo cinco años. Nacionalizado en nuestro país, se inició tempranamente en el periodismo y fue fundador de algunos de los medios más importantes de la última mitad del siglo XX, como los semanarios Primera Plana y Confirmado, y el diario La Opinión. La dramaturga y licenciada en Ciencia Política, Eva Halac, cuenta los motivos que tuvo para “subir” a Timerman a escena: “Lo elegí porque lo vi como un gran personaje de teatro. Es un hombre con pasión, con contradicciones, con situaciones que lo obligan a tomar decisiones, a poner en juego sus convicciones, sus afectos y sus valores.”

Además, la autora señala que tuvo una vinculación con La Opinión al momento de la fundación del diario, en 1971: “Mi padre (nota de la re: el dramaturgo Ricardo Halac) fue periodista muchísimos años y de hecho trabajó con Timerman en el suplemento cultural de La Opinión. Fue un momento donde se conjugaba literatura y periodismo. Ése es el recuerdo que  había en mi casa”. Halac se sirvió de un lenguaje que le resultaba ya familiar para crear la atmósfera de la época, que coincide con un momento de inflexión en la vida de Timerman.

Guillermo Aragonés, que interpreta a Timerman, precisa el acierto de la directora en cuanto al recorte histórico realizado: “Eva lo ubica en tres hechos muy puntuales: primero, el casamiento de la hija de (Alejandro) Lanusse, que yo lo recuerdo siendo adolescente, como un evento social muy importante. Segundo, el levantamiento de Azul y Olavarría , que fue producto de una interna del Ejército y,  por último, el aniversario de la muerte del Che. Tres hechos muy significativos que sucedieron casi al mismo tiempo. Es un marco de fiesta y tragedia.”

Aragonés trabajó con Eva Halac en Café Irlandés,  obra de la dramaturga donde también aparecieron personajes vinculados al periodismo -como Rodolfo Walsh y Tomás Eloy Martínez- y en la que comenzaron a construir el personaje de Timerman. Al respecto,  el autor comenta: “Fue complejo. Hay una parte mía, generacional, de admiración hacia Timerman por haber sido tan importante en el mundo del periodismo. Yo no soy parecido físicamente pero debía hacer algo que me alejara de mí  y me acercara al personaje, así que, además de leer y estudiar, lo observé en reportajes, en donde yo pude captar algo su manera de hablar, su comportamiento, no para imitarlo sino para entender su mundo interior y su forma de ser, que se ve reflejada en la voz.”

El actor precisa, en diálogo con ANCCOM, las características que se destacaban en Timerman: “Tenía apoyaturas en algunas letras, una cadencia judía que de a ratos abandonaba y seguía con una tonada porteña. También me puse a leer lo que él leía y a construirlo desde su interior y su inmenso universo cultural.”

El simbolismo del espacio tiene una fuerte pregnancia en el espectador, que no puede sacar los ojos de la escena que se desvanece mientras otra comienza a construirse.

La obra transcurre en un espacio vallado, donde los personajes se encuentran como “en tránsito”, no hay objetos análogos con la realidad. No se ve un escritorio, pero sin embargo se puede sentir que está en una redacción. Y si no se ven los invitados, el espectador es transportado al casamiento de la hija de Lanusse. El simbolismo del espacio tiene una fuerte pregnancia en el espectador, que no puede sacar los ojos de la escena que se desvanece mientras otra comienza a construirse.

La gente sale del teatro comentando, haciéndose preguntas, discutiendo animadamente. Uno de los espectadores, el periodista Jorge Landaburu, comenta: “El personaje logrado es Timerman. Yo trabajé con él y tenía todas esas cosas tremendas. Está muy bien captado y la obra es linda de ver”. También forma parte del público la actriz Rocío Sueiro: “No necesitás saber nada de historia ni política porque parece un thriller. Me encantó”, subraya.

La obra está dirigida a un amplio público; por un lado, los mayores encuentran personajes, acontecimientos y hasta melodías que formaron parte de sus vidas y, por el otro, los más jóvenes van a ver la acción y sentir la  tensión de una época muy convulsionada, se van a despertar interrogantes sobre nuestra historia y van a conocer a un hombre con un gran poder y con la capacidad de influir sobre otros desde la redacción de un diario.

La obra está dirigida a un público amplio, desde personas mayores que quieran revivir momentos significantes de su vida, hasta jóvenes interesados en la historia.

«J Timerman» se presentará los jueves, viernes y sábados a las 20:30 y los domingos a las 20, en el Centro Cultural San Martín hasta el 9 de diciembre