Por Tomás Plibersek
Fotografía: Ailen Montañez, Cecilia García, Lucas Benevolo, Lucia Barrera Oro

Ni el diluvio pudo parar a la masiva movilización de miles de docentes, investigadores,  estudiantes que marcharon bajo la lluvia del Congreso a Plaza de Mayo en defensa de la universidad pública y en firme rechazo al ajuste del gobierno de Cambiemos en la educación. La marcha convocada por las 57 Universidades de todo el país en la cuarta semana de conflicto por una paritaria salarial dilatada e inconclusa sumó el respaldo de trabajadores no docentes, organizaciones sociales y políticas y ciudadanos “sueltos”. Los organizadores calcularon que más de 400 mil personas salieron ayer a las calles contra lluvia y viento helado para sumarse al grito en defensa de la universidad pública.

“La única forma de enfrentar a estos señores empresarios empecinados en bajarnos los sueldos y en achicar el presupuesto es con la más amplia unidad y con la lucha. ¡Estamos diciendo basta! ¿Cuál es la parte que no se entiende? ¡Basta de ajuste y basta de políticas antipopulares!”, subrayó Luis Tiscornia, secretario general de la CONADU Histórica desde el escenario central montado de espaldas a la Casa Rosada. Eran las 19:00 y la tormenta había dado apenas un poco de tregua a los manifestantes.

En el final de una jornada signada también por una nueva y brusca devaluación del peso, Walter Merkis, secretario de Hacienda de la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN), ironizó: “Se preocupan por unos bolsos pero no por 52.000 millones de dólares que acaban de llevarse del país. Quieren echar abajo los derechos que se consiguieron a través de la lucha”.

El movimiento estudiantil se expresó a través de un breve discurso de un delegado de la Federación Universitaria Argentina (FUA) quien describió la movilización como una “rebelión universitaria a la que el gobierno le tiene miedo” e instó a profundizar la organización estudiantil.

Ya sobre el final, Sonia Alesso, secretaria general de la CTERA, se dirigió directamente al presidente Mauricio Macri, advirtió que docentes y estudiantes no aceptarán sumisos el ajuste y exigió que se realice una paritaria nacional docente.

“Nos quieren hacer creer que esta movilización es una disputa por el salario. Lo que está en disputa hoy es la educación pública, laica e inclusiva, una herramienta fundamental para el desarrollo de nuestro pueblo”, sumó el titular de Conadu, Carlos De Feo.

Junto a docentes e investigadores, se sumaron también los estudiantes. Las largas y nutridas columnas incluyeron, entre otras, a las Universidades de Buenos Aires, Cuyo,  Tucumán, La Plata, Luján, Salta, Litoral, Mar del Plata. También a todas las del Conurbano bonaerense, amenazadas desde el inicio del gobierno de Cambiemos.

El reclamo de la comunidad educativa lleva meses, pero recién en las últimas semanas comenzó a ser visibilizado por la agenda mediática con las clases públicas en la Plaza de Mayo. Las 57 universidades nacionales de todo el país finalizaron el primer cuatrimestre de forma irregular y ninguna inició con normalidad el segundo. Esta es la cuarta semana consecutiva sin clases. El conflicto también afecta a los colegios secundarios preuniversitarios.

El conflicto tiene doble cara: la situación salarial docente, por un lado, y el presupuesto destinado a educación y ciencia y técnica, por el otro.

Luis Tiscornia, de CONADUH.

El lunes las gremiales docentes se reunieron con el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro y recibieron la oferta de un 15% de aumento salarial, muy lejos del reclamo del 30% de aumento con cláusula gatillo para adecuarse a la inflación. La reunión se pospuso en cuarto intermedio hasta el miércoles con la promesa de parte del gobierno de mejorar la propuesta. La respuesta fue escasa: 15% de aumento más dos cuotas no remunerativas – una de $456 y otra de $228 – a pagarse en noviembre y diciembre, respectivamente. Las gremiales docentes no aceptaron la oferta y ratificaron la convocatoria a la jornada de protesta.

La comunidad educativa también lleva meses manifestando su preocupación en relación al presupuesto. Junto con los paros, ese reclamo también se manifestó en abrazos multitudinarios. El presupuesto destinado a educación ha disminuido en términos reales un 12% desde el año 2015, y de los tres mil millones de pesos que se destinaron a principios de año para inversión en construcción sólo se ejecutó un 6%.

El reclamo también incluye a los investigadores nacionales que denuncian escasez presupuestaria. El año pasado, la inversión en Ciencia y Técnica llegó al segundo nivel más bajo desde el año 2004, superada por el año 2016.

La concentración de las gremiales docentes comenzó a las 16:00 en el Congreso de la Nación donde los principales referentes de las distintas confederaciones se apostaron para coordinar la movilización y atender a la prensa. Alrededor de las 18:00 la mayor parte de los grupos ya se habían incorporado a la movilización central que confluyó a las 19:00 en la Plaza de Mayo. Allí, los dirigentes de las gremiales docentes y estudiantiles dieron inicio al acto que contó con la presencia de sindicatos, agrupaciones populares y referentes políticos. Nora Cortiñas, Sergio Maldonado, hermano de Santiago, el secretario general de SUTEBA), Roberto Baradel; y un delegado del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), que sostuvo un cartel denunciando los despidos en Télam, se sumaron a la columna principal. El escenario estuvo rodeado por una valla circular que permitió que la Plaza se colmara de gente. La columna principal se apostó sobre la avenida De Mayo y fue tan extensa que llegó hasta la Avenida 9 de Julio.

Hoy, el gobierno vuelve a reunirse con los gremios docentes para intentar conciliar el aumento salarial. Los universitarios llegarán a ese encuentro con el envión de una movilización multitudinaria y pacífica –hubo incidentes con la Policía dos horas después de la desconcentración- en defensa de la educación pública.

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