Por Antonella Liborio
Fotografía: Cecilia García, Gentileza: Senado de la Nación, Guadalupe García

Con 31 votos a favor, 38 en contra y dos abstenciones y una ausencia, la Cámara de Senadores de la Nación no aprobó el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que obtuvo medía sanción en Diputados. La legalización del aborto podrá ser tratada nuevamente el año que viene.

El debate en el recinto comenzó a las 10 de la mañana y se prolongó hasta la madrugada del jueves. Ya desde temprano, los medios hablaban de una tendencia irreversible por el rechazo. A las 11 la votación estaba 38 a 31 en contra, teniendo en cuenta la abstención de la senadora Lucila Crexell del Movimiento Popular Neuquino y la indecisión del senador Omar Perotti del Partido Justicialista por Santa Fe, quien finalmente también se abstuvo.

Hasta el anochecer, la discusión en el Senado se llevó a cabo con tranquilidad. El primer cruce se produjo cerca de las 19, cuando Gabriela Michetti, la presidenta de la Cámara Alta, le pidió a Luis Naidenoff que no interrumpa los discursos de los senadores: “usted no tiene que conducir la sesión, no tiene que decir cuando termina o sigue alguien. Eso lo tengo que decir yo”. El presidente del interbloque Cambiemos insistió en hacer uso de la palabra y Michetti respondió casi para sus adentros, pero con el micrófono abierto: “Es un pelotudo, que no rompa las pelotas”.

Minutos antes de las 21 la senadora Crexell confirmó su abstención argumentando por qué decidió no votar ni a favor ni en contra: “este debate demuestra el fracaso del Congreso Nacional y el fracaso de la política”. Sin embargo, un rato después, las mujeres de la Campaña Naciónal por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito brindaron una conferencia de prensa en el Hotel Castelar y no hablaron del fracaso político sino del éxito de la lucha: “Nos quieren hacer retroceder, pero este día histórico les tiene que explotar en la cara”. Inmediatamente después tomaron la palabra las actrices argentinas y resaltaron la idea de que ya no hay vuelta atrás: si no es ley hoy va a ser ley el año próximo, porque somos dos millones.”

En el transcurso de la jornada la balanza no se inclinó en ningún momento hacia el resultado positivo y pese a la importancia del proyecto tratado, algunos senadores, seis en contra, uno a favor y otro que decidió abstenerse, optaron por no exponer en el debate. Entre ellos Carlos Ménem, quien regresó a última hora al recinto para rechazar el proyecto, a pesar de no haber asistido a ninguno de los plenarios de comisión en la Cámara Alta.

Pasada la medianoche, en el discurso de cierre, la ex-presidenta, Cristina Kirchner, cuestionó: “Estamos rechazando un proyecto sin proponer ninguna alternativa” y agregó: “Nunca es gratis oponerse al status quo y como legisladores tenemos la obligación de deconstruirnos a nosotros mismos”.

En definitiva, la ley no salió pero una cosa está bien clara: la multitud en la calle no está dispuesta a dejar morir el pañuelo en un cajón. Porque ese triángulo verde habla por sí solo y representa la lucha de las impulsoras de la Campaña, mujeres próceres y pioneras de un lago camino, y también la lucha de las jóvenes, de aquellas que viven el llanto, el abrazo y el grito en el asfalto. Dentro de un año, el proyecto de legalización del aborto podrá ser discutido nuevamente y para ese entonces el feminismo no se habrá borrado de los medios, de las escuelas y mucho menos de las conciencias. Como aseguran una y otra vez las integrantes de la Campaña, las mujeres se cansaron de esperar en la cola de la historia y “no van a parar hasta conquistar sus derechos, constituyendo la equidad nacional, afianzando la justicia social y promoviendo la autonomía y la libertad para todas, para todos, para todes”.