Por Ignacio de Pablo
Fotografía: Guadalupe García

Esta vez la música sonó para pedir justicia. Docentes, estudiantes, familiares e integrantes de diferentes orquestas y coros juveniles e infantiles se reunieron hoy frente al Ministerio de Educación de la Nación para homenajear a Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, los dos trabajadores de la Escuela Nº 49 de Moreno que murieron en ese establecimiento por la explosión generada por una fuga de gas. Todos se unieron en el reclamo para que el Estado reconozca su responsabilidad y rechazaron la hipótesis de un accidente. La movilización también contó con la adhesión de músicos independientes y del Sindicato Argentino de Músicos (SADEM).

“Hubo una necesidad de encontrarnos y simbolizar el aprecio y la conmoción, y homenajear tanto a Sandra como a Rubén. Ellos dos van a ser un símbolo para todos los que queremos que la educación musical y la educación pública sea para todos los pibes y pibas de nuestro país”, aseguró Claudio Espector, exdirector del Programa de Orquestas y Coros del Bicentenario, en diálogo con ANCCOM.

Calamano era una activa defensora de los programas que promovían el acercamiento de los niños y jóvenes de sectores vulnerables a la música. En abril de 2016 había participado de una marcha, también frente al Palacio Pizzurno, para exigir la restitución del plan anulado por el gobierno de Cambiemos. El video de su discurso de aquel día se viralizó en las redes sociales en las horas posteriores a su trágica muerte. “Tenemos que seguir reuniéndonos para lograr que los gobernantes, a los que lamentablemente les dimos el lugar que están ocupando, escuchen nuestras voces”, había advertido la vicedirectora en uno de los tramos de su mensaje.

Ayer, a los acordes del Himno Nacional siguió un minuto de silencio y el acto prosiguió con palabras de familiares y colegas. Todos exigieron una respuesta del gobierno provincial y del nacional. “Son dos ángeles que cuidaron hasta último minuto a cada niño, a cada docente de esta institución. Hoy son dos mártires y esto no tiene que quedar impune, tiene que servir. Es un punto de inflexión, va a haber un antes y un después. La justicia es lo único que nos va a sanar, la corrupción mata y acá tenemos la prueba”, aseguró la suegra de Sandra, también docente y directora, en un emotivo discurso.

Por su parte, Eduardo López, secretario general de UTE, reivindicó la tarea de los docentes en las condiciones adversas que el caso de Moreno dejó expuestas con crueldad. “Cada vez que haya directores y maestras como Sandra y trabajadores de la educación como Rubén, que sientan ganas de querer cambiar el mundo, que disfruten con ese violín, con esta orquesta, con el conocimiento y con el amor, estarán presentes ellos”, razonó.

Posteriormente, el secretario general de SUTEBA, Roberto Baradel, fue categórico al hablar de la responsabilidad gubernamental. “Sabían todo lo que estaba sucediendo en esa escuela. Hubo una carta a la gobernadora (María Eugenia Vidal) en la que lo explicábamos en detalle y en cada paritaria lo habíamos planteado, pero eligieron denostarnos y deslegitimarnos. No les importa nada”, advirtió.

Al ser consultado por ANCCOM, el dirigente sindical compartió la visión de que la muerte de Sandra y Rubén marcará un antes y un después. “Nosotros pretendemos una educación pública de calidad, pero primero las escuelas tienen que ser lugares seguros. No puede ir un chico, un maestro, un auxiliar y tener riesgo de vida como ha sucedido. Lo peor de todo es que han sido muertes evitables, y que no tienen que volver a pasar. Hay que seguir luchando, reclamando en la justicia, primero las responsabilidades, pero también a las autoridades políticas que manden las inspecciones, que las escuelas sean lugares seguros y que inviertan más en la educación”, le explicó a esta agencia.

Para el cierre, alumnos y maestros volvieron a entonar el Himno Nacional. La hija de Sandra lo interpretó con el chelo. Y todos aplaudieron con emoción.

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