Por Laura Pomilio
Fotografía: Laura Miconi

Liliana Herrero, Juan Falú, Sudor Marika, Las Taradas y Juana Molina le pusieron calor y música a la fría noche de sábado. El festival, organizado por medios alternativos de Argentina y Brasil con la colaboración de organizaciones populares, se llenó pronto con los carteles de “Lula libre” y “Marielle vive”, más tarde sonaron los cantitos contra Macri y luego fue el momento de miles de bocas abiertas de par en par para la foto del grito poderoso de la noche.

Bajo la consigna “Latinoamérica en emergencia”, la plaza fue el reflejo de las problemáticas que cruzan a los dos países: el endeudamiento, la violencia institucional, el debilitamiento de la democracia y el avasallamiento de derechos civiles. “Hay una avanzada oligárquica importante, un mapa en el continente donde el neoliberalismo va poniendo sus fichas. En Brasil fueron a fondo y han puesto en prisión al único que puede poner freno a los grupos concentrados de poder”, afirmó Rafael Klejzer, referente del movimiento popular La Dignidad (MPLD).

Se observa desde el escenario banda de música y una multitud participando del encuentro.

El festival, al que asistieron unas 20 mil personas, contó con la presencia de artistas, referentes políticos y organizaciones populares.

Mientras tanto, en Curitiba, frente a la sede de la Policía Federal donde permanece detenido el ex mandatario brasileño, continúa la vigilia popular y hasta allí, gracias a las redes, llegaron las voces e imágenes del festival en Buenos Aires. Rogerio Tomaz, coordinador de Comunicación del Partido de los Trabajadores de la Cámara baja de Brasil, presente en la plaza, detalló que hay entre 500 y 600 personas acampando provenientes de distintos estados. “Casi todos los días hay algún tipo de ataque, ya sean ofensas verbales o agresiones físicas. Nos tiran piedras y hasta hemos sufrido dos ataques armados donde un compañero resultó herido de gravedad pero ya está fuera de peligro. Aguantamos, no nos iremos hasta que Lula salga en libertad”, declaró.

Mídia Ninja, medio brasileño independiente y autogestionado, participó activamente de la organización de Lula Festiva. Oliver Kornblihtt, uno de sus integrantes, se refirió a la  Casa de la Democracia que instalaron en Curitiba, un espacio autofinanciado que alberga a periodistas y activistas que viajan de todo el mundo para cubrir la vigilia. “Hay mucha circulación, días en que llegamos a ser 70 personas trabajando. Se realizan debates, proyecciones, hay una sala de coworking con equipos de edición e Internet. Transmitimos en vivo todos los días a las nueve de la mañana el simbólico buenos días Lula y publicamos lo que sucede durante cada jornada”, explicó.

Se observa la multitud con imágenes de Lula en alto.

Las imágenes del evento llegaron, gracias a las redes, hasta Curitiba.

El otro reclamo fuerte del festival fue el de verdad y justicia por el asesinato de la concejala feminista Marielle Franco, de 38 años, el pasado 14 de marzo en Río de Janeiro. “Lo de Marielle podría haber pasado en otro momento como un asesinato más de una mujer negra y, sin embargo, se transformó en un símbolo. Lo que los asesinos han querido eliminar no lo han conseguido, porque como todos los símbolos Marielle se siembra en lucha y en rebeldía”, reflexionó la periodista Liliana Daunes después de la lectura de uno de los manifiestos de la noche. “No queremos ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres”, sintetizó.

Una de las fundadoras del colectivo Ni una menos, Cecilia Palmeiro, dejó en claro que en estos casos el disciplinamiento funciona a la inversa ya que “matando a Marielle la convirtieron en un ícono para el mundo de la resistencia de las feministas, negras, lesbianas y faveladas. Renueva el compromiso con la lucha y nos muestra que nuestros cuerpos están en peligro y si no nos organizamos nos van a matar de a una”.

Imagen de banda de música tocando sobre el escenario.

“Latinoamérica en emergencia” fue la consigna central del festival.

Sentada desde temprano en la segunda fila frente al escenario, Analba Brazao Texeira, referente del movimiento  Articulación de Mujeres Brasileras (AMB), sostuvo: “El golpe en Brasil fue un golpe patriarcal y racista que fomenta y profundiza actualmente el odio de clase, a las personas negras y a las mujeres. La sociedad brasileña es muy machista y homofóbica, no soporta la resistencia y búsqueda de autonomía de las mujeres. Esa era una de las luchas diarias de Marielle”. También subrayó su preocupación por la asesora de prensa de Marielle, única sobreviviente de la balacera, quien tras prestar declaración para la reconstrucción del hecho debió exiliarse del país ya que su seguridad no estaba garantizada.

Dos mujeres con sus brazos en alto hablando sobre el escenario.

El pedido de verdad y justicia por el asesinato de Marielle Franco sonó fuerte en la plaza.

Luego de cantar acompañada por el guitarrista Juan Falú, Liliana Herrero, en diálogo con ANCCOM, expresó: “Si bien es un momento abismal en Argentina y Latinoamérica, estoy convencida que el arte y la música son una promesa de comunidad libre e independiente y en eso la política debería copiarnos un poco”. Se sumó a la conversación Silvia León, secretaria de Organización de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), quien reivindicó el papel de las mujeres dentro de las estructuras sindicales, históricamente machistas. “Para que dejen de ser patriarcales debe conformarse un espíritu democrático y participativo que incluya la mirada de la mujer y nuestras formas de forjar alianzas y tomar decisiones”, remarcó.

Las siempre emotivas palabras de Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, y las canciones de Juana Molina cerraron el festival. El grito “¡Marielle vive y queremos a Lula libre!” retumbó un buen rato, quizás con la esperanza de que se escuche en toda Latinoamérica.