Por Estefanía Hernández
Fotografía: Daniela Morán

Dentro del predio del INTI, los trabajadores despedidos sostienen una permanencia pacífica y organizada. Afuera, separados por el alambrado, centenares de compañeros apoyan activamente la medida. Asambleas permanentes, actividades programadas, muestras constantes de unidad y solidaridad, dan cuerpo a un plan de lucha que se muestra hasta ahora sólida. ANCCOM recorrió el Parque Tecnológico Miguelete para conocer las historias de las nuevas víctimas de los despidos resueltos por el gobierno nacional.

El INTI, centro de las noticias por estos días,  es un organismo público nacional con 61 años de trayectoria, 51 centros de investigación y desarrollo tecnológico y 3.200 trabajadores en todo el país. “Es muy importante el trabajo que hace el INTI porque asiste a las industrias, a las Pymes, a todos los rubros industriales. Hay distintos centros de investigación y desarrollo que hacen asistencias técnicas, certificaciones, ensayos” explicó Sofía Cornell, trabajadora despedida del Centro de Mecánica. Y resaltó otro de los valores fundamentales de la institución: “Tenemos mucho sentido de pertenencia y una identidad muy fuerte, tenemos puesta la camiseta del INTI”.

El 80% de los trabajadores del organismo está contratado bajo la modalidad de la Ley de Contrato de Trabajo. Los 254 despidos pertenecen a esta modalidad, son sin causa y deben ser indemnizados.

Cecilia Belistri, trabajadora despedida que ingresó al INTI en 2010, contextualizó el conflicto: “A fines de 2017 las autoridades contrataron a una institución vasca que se llama Tecnalia para que hiciera el plan maestro del instituto. Después tuvieron incidencia en lo que empezó a ser una propuesta de reestructuración que conocimos hace un par de semanas porque se filtró la información.” Y agregó al respecto: “Las autoridades armaron todo un esquema que implicaba girar de raíz 60 años de experiencia del INTI y que iba en un sentido completamente opuesto al que se venía trabajando, implicaba reducción de trabajo y empezaban a aparecer normas desrregulando actividades  de centros tradicionales. “

Uno de los ejes centrales que promueve el INTI es el fomento de la industria nacional. Juan Valle, trabajador despedido con trece años de antigüedad, explicó: “Me dedico a la vigilancia tecnológica en el Centro de Textiles, a buscar los nichos donde pueden insertarse las industrias nacionales en ese contexto. La industria nacional necesita para sobrevivir ser competitiva y nosotros asistimos a la capacitación y formación de los recursos humanos para desarrollar esos nichos”.  

La entrada del INTI, custodiada por policías.

Los trabajadores sostienen que la mayoría de los despidos están relacionados a la actividad gremial y a la participación en asambleas y movilizaciones.

Micaela Rivero, trabajadora despedida del Área de Certificación con once años de trabajo, afirmó: “La semana pasada ya se estaba rumoreando que iba a haber 250 despidos, yo tuve la sensación de que podía ser hacia nosotros, yo milito en la agrupación Naranja del INTI, es una agrupación conformada hace doce años perteneciente al Partido Obrero. El último año nos opusimos sobre todo a la restructuración y creemos que en represalia nos están echando a la agrupación completa”.

Además de Micaela, entre los despedidos del Área de Certificación se encuentran su pareja y su hermana: “Nos vamos a quedar para defender al Inti hasta el último momento. Tengo un hijo de 10 años que ayer por primera vez pudo venir a visitarme, se está quedando con el papá, y por suerte pude explicarle que estoy acá defendiendo mi trabajo,  trato de darle el ejemplo de lucha y de que hay que  defender lo que creemos” expresó.

 

Valle recordó el momento en que se enteró de su despido: “El martes me llegó el telegrama, lo recibió mi señora, yo ya estaba acá, y un par de horas más tarde el director de Textiles habló con todos cuando le dieron la lista de los seis despedidos del sector.” Y agregó: “Me incorporé a la permanencia pacífica con los compañeros. Ayer por suerte pudo venir mi hija y pudimos abrazarnos y estar un rato juntos. Y acá estamos esperando que de alguna manera las autoridades revisen la medida con la que no están de acuerdo ni los directores de los centros ni las cámaras empresarias que ya han manifestado la necesidad que tiene cada uno de los sectores industriales en mantener al INTI funcionando”.

La lucha los impulsa, les da fuerzas y una esperanza que los empuja a seguir.  Sofía Cornell explicó convencida: “Es frustrante todo lo que está pasando, es muy doloroso a nivel sentimental, pero hay una esperanza, por la solidaridad  y el compromiso que hay acá adentro.” Y sostuvo: “Queremos al INTI, queremos un país con industria y todos los que estamos acá trabajamos desde esa convicción, desde esa ideología”.

Los trabajadores sostienen que la mayoría de los despidos están relacionados a la actividad gremial y a la participación en asambleas y movilizaciones.

Valle concluyó: “La tecnología, nosotros decimos, es un derecho.  Ellos no entienden que nos importa nuestro trabajo, que éste es nuestro lugar. Están los compañeros, no estamos solos, tenemos apoyo, el INTI es necesario para el desarrollo de la industria, tenemos mucha chance de pelearla.” Y en el mismo tono Micaela Rivero expresó: “El INTI tiene 61 años de historia y hay un sentido de pertenencia y de familia que ningún funcionario puede romper, tenemos todas la de ganar. En el INTI no sobra nadie.”

A medida que crece el conflicto, el INTI se convierte en un destino de solidaridades y en un predio en el que confluyen distintos conflictos. Por eso, el domingo 4, entre las 16 y las 19, en su sede se llevará a cabo la Feria Científica contra el Ajuste, una iniciativa llevada adelante por investigadores científicos afectados por las políticas restrictivas del CONICET.

Familiares y compañeros les alcanzan alimentos y bebidas a los trabajadores que se encuentran dentro del instituto desde el día viernes.

Manifestación por los más de 250 despidos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).