Por Carolina Aranda
Fotografía: Liana Rodríguez

A simple vista, el público bailaba. No abundaban ni banderas ni remeras con el nombre de la banda, lo que más caracteriza a los seguidores es el balanceo propio del reggae y sus cantos. Las banderas que luego aparecieron fueron entregadas como regalo hacia la banda en el transcurrir de distintas canciones. Néstor Ramljak, mientras cantaba, se las ponía  sobre lo hombros en forma de agradecimiento. Así empezó Nonpalidece su gira The Aswad Experience, en la íntima sala de La Trastienda, a la que volverán el 23 de octubre para cerrar la gira que durante estos días está haciendo por Mar del Plata, México, Panamá, Costa Rica y Chile. La están realizando junto al cantante inglés Brinsley Forde, fundador y voz del grupo Aswad, banda que desde 1975 realiza música con raíces reggae . En los shows, Nonpalidece y Brinsley Forde presentan los dos temas nuevos que realizaron juntos: “Keep the fyah burning” y “Total Destruction” y, a su vez, Forde cantará temas propios.

Nonpalidece  se encuentra andando desde 1996, cuando decidió darle voz y estilo propio a la música que a le gustaba. Grabó su primer disco en 2000, llamado Dread Al Control. Le siguieron seis discos más. La banda busca que sus canciones comprometan el arte con causas sociales. Esto lo reflejó su último disco Activistas, de 2013, en el que el book de cada una de las doce canciones de la placa está asociada a distintas personalidades de América Latina involucradas en causas vinculadas a luchas por los derechos humanos, como por ejemplo Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y Susana Trimarco. Recientemente participaron con sus voces de la canción «¿Dónde está mi hermano Santi? Digan quién se lo llevó», el video realizado por organismos de Derechos Humanos, artistas y la familia Maldonado para pedir por la aparición de Santiago, el joven desaparecido desde el 1°de agosto, cuando desapareció en medio de una represión de la Gendarmería en el Lof de Cushamen.

La banda conformada por doce integrantes viajó y transmitió los valores de su música por todo el continente latinoamericano, Estados Unidos, y el año pasado, por primera vez, a Europa. La semana que viene vuelven con su música a la ciudad porteña. Bruno Signaroli, guitarrista e integrante de la banda desde sus comienzos dialogó con ANCCOM.

Recital de Nonpalidece en La Trastienda.

¿Cómo transitan estar de gira junto a Brinsley Forde?

Estar de gira de por sí es una montaña rusa, algo muy intenso. Tocar junto a él esta vez nos da mucha alegría, es un honor y un orgullo. También es un gran desafío porque nosotros hacemos de banda suya cuando él canta sus temas, entonces es aprenderse un recorrido de canciones distintas. Estamos al lado de una personalidad célebre, que a su vez, a sus 64 años, está muy compenetrada con el ahora.

¿Cómo se produjo el encuentro para tocar juntos en la gira The Aswad Experience Latinoamérica?

En parte fue de manera fortuita. Fue después de un show que hicimos con la banda Israel Vibration, donde nos encontramos con Flabba Holt, el bajista y fundador de los Roots Radics. Él nos propuso hacer un tema juntos, proyecto al que se sumó Brinsley Forde cuando llegó este año a Argentina. Les mostramos unas bases nuestras, y como le gustaron quiso componer una letra. Una de ellas es “Keep the fire burning”, y la otra es “Total Destruction”, las canciones que están en este nuevo  CD. Con “Total Destruction” pasa algo extraño porque la música es un sonido alegre, pero la letra en cambio no lo es. A medida que lo iban haciendo se iban mostrando partes del tema, y así se hizo la composición conjunta.

¿Y en el caso de ustedes? ¿Cómo fue su encuentro en los ’90, que dio origen a Nonpalidece?

Se produjo debido a una búsqueda de querer reproducir la música que nos gustaba. Nosotros nos hicimos amigos en el barrio y hablábamos de música. No existían las redes sociales, esa era la manera que teníamos. Esa búsqueda de sonar como el reggae que nos gustaba nos fue llevando a otras cosas, a ir puliendo lo que era necesario para que se escuchara como queríamos. Entonces íbamos probando, y de a poco fuimos incorporando más integrantes, hasta llegar a los que somos hoy.

En tu caso, ¿cómo fue la transición de tocar un instrumento de viento a uno de cuerdas?

Empecé a tocar la trompeta en la banda como una cuestión de necesidad, porque estaba ese lugar vacante. Era una manera de hacerme lugar. A mí, en realidad, me gusta más la guitarra, y es un instrumento con el que me siento mucho más cómodo. Sentí el cambio porque es totalmente diferente la manera de encarar el instrumento. Lo que pasaba era que no teníamos trompetista, y el ritmo del reggae lleva en las melodías una base muy fuerte de ese instrumento. Era el único viento de la banda en ese momento. Luego vino Agustín (Azubel), y ahí yo pasé a la guitarra. Después se fueron sumando los otros vientos.

En los shows, Nonpalidece y Brinsley Forde presentan los dos temas nuevos que realizaron juntos: “Keep the fyah burning” y “Total Destruction” y, a su vez, Forde cantará temas propios.

¿Te acordás cómo fue el primer ensayo de la banda?

No me acuerdo de uno en particular, pero tengo muy buenos recuerdos de los primeros ensayos. Los hacíamos en la sala La Nave, de Tigre, un lugar con muy buena energía, donde además tocaban otros músicos. Era un ambiente de mucha música y las dueñas del lugar eran muy voladas.  La pasábamos muy bien haciendo música ahí.

Hiciste referencia a la falta de redes sociales cuando ustedes se juntaban en el barrio. Hoy esas plataformas se usan mucho para compartir música y mostrarse. ¿Recordás cómo compartían su gusto por el reggae?

Exclusivamente la manera que teníamos era el cassette. Tratábamos de escuchar lo que habíamos logrado grabar. Todavía tengo una caja guardada con los cassettes que escuchaba en ese momento. Hoy hay mucha información. Antes no teníamos acceso fácil, conocíamos a pocas bandas y de a poco nos interiorizamos en más. Cada disco que encontrábamos o artista, era una luz, algo que te había costado mucho conocer. Así nos pasó con Bob Marley, Peter Tosh, Culture, entre otros. Todo pasa muy rápido hoy, a mí por lo menos me gusta más sentarme a escuchar un cassette o un CD entero.

¿Qué fue lo que más les costó en el trayecto?

No sé qué fue lo que más nos costó, quizás haya sido aprender a aceptar al otro y pensar más en colectivo. Somos muchos en la banda y a veces eso puede traer situaciones incómodas, principalmente en una gira, porque dormís mal y estás muchos días fuera. Lo más difícil es aprender a convivir. Otra cosa que cuesta también es producir la gira, porque nosotros desde el principio decidimos ser una banda independiente, entonces producimos todo nosotros y eso lleva a tener que estar en todos los detalles.

¿Alguna vez pensaron cambiar la filosofía de ir contra la corriente, de no tener un sello discográfico?

No, nunca nos pasó de dudar cómo llevábamos el proyecto. Si ocurre que quizás en algún momento te sentís frustrado porque hay cosas que cuestan un poco más. Un sello discográfico te da mucha más visibilidad. Pero nunca lo dudamos.

Nonpalidece se encuentra andando desde 1996, cuando decidió darle voz y estilo propio a la música que a le gustaba.

¿Los condiciona en su música tener que estar pendiente de la parte comercial o de las últimas tendencias?

Tenemos en cuenta algunas cosas en la manera de crear, por ejemplo en el video de “Total destruction” hicimos dos versiones, una normal y una versión 360 grados. No lo hacemos porque haya que hacerlo, pero si nos gusta optimizar y crear con los recursos que tenemos. También es una manera de brindarle nuestra música de otra manera al que no puede ir a un concierto nuestro. Hacer un video no es algo que nos resulte tan divertido como hacer música en vivo, es una manera de llamar la atención de manera visual en el negocio de la música.

¿Cómo ves al reggae en la actualidad? ¿Hay alguna banda que te interese?

El reggae ya tiene un lugar ganado en el país, hay muchas bandas de músicos jóvenes. Una que me gusta se llama C4, es conocida, tiene 25 años de trayectoria. Me parece que tiene personalidad. En general, las bandas buscan ir por el mismo lugar que otros, se intenta más la copia. Por eso es muy bueno cuando una logra un estilo propio.

En sus recitales se pueden ver niños chiquitos que están bailando sus canciones. ¿Qué les provoca ver esto?

Es un cariño muy grande el que nos da el público. Hay gente que nos viene a ver, que fue creciendo con nuestra música, y ahora trae a sus hijos. Es lindo que puedan compartir el reggae en familia, cuando nosotros éramos chicos no podíamos compartir música con nuestros padres, culturalmente estábamos en las antípodas. Eso está bueno porque en parte te hace pensar que lo que nosotros hacemos no tiene que ver con una moda. Es algo maravilloso, incluso tal vez los nietos dentro de unos años puedan escuchar nuestra música.

¿Qué creés que tiene la banda que los hace Nonpalidece?

Siempre tuvimos en claro a qué lugares no queríamos llegar. Queríamos hacer música que nos guste y buscar que los shows sean siempre dinámicos. No presionarnos, sino disfrutar de esto. Si no fuese así ya lo hubiésemos dejado de hacer. Creo que eso es también lo que el público valora, la autenticidad.

Grabó su primer disco en 2000, llamado Dread Al Control. Le siguieron seis discos más. La banda busca que sus canciones comprometan el arte con causas sociales.

 

Actualizado 18/10/2017