Por Antonella Rossi
Fotografía: Gentileza Elvira Recchia

No hay justica para los familiares de las víctimas de los genocidas Eduardo Alfonso y Rafael Félix López Fader. El viernes 24 el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín condenó al ex General de Brigada y ex N° 2 del Ejército Argentino, Eduardo Alfonso, a tan solo cuatro años de prisión por el allanamiento ilegal y la privación ilegítima de la libertad de  Beatriz Recchia, embarazada de cinco meses, y de su hija Juliana Inés García. Si bien la sentencia probó la coparticipación de Eduardo Alfonso en el operativo ilegal llevado a cabo en Villa Adelina en la casa de la familia Recchia-García se rechazó la posibilidad de su participación en el asesinato del padre de la familia, Antonio García, ocurrido minutos antes del secuestro de Beatriz Recchia y su pequeña hija.  Alfonso fue absuelto del cargo por homicidio a pesar de las solicitudes de condenas a prisión perpetua por unanimidad de las partes querellantes. Mientras que el ex capitán del Departamento de Inteligencia del Comando de Institutos Militares, López Fader, acusado por su participación en la privación ilegal de la libertad y tormentos, homicidio y tentativa de homicidio de Diego Muniz Barreto y Juan José Fernández, respectivamente, fue absuelto de todos los cargos.

La audiencia comenzó a las 9.30 con las últimas palabras de los imputados. El primero en hablar fue Eduardo Alfonso quien comenzó a agradecer como si fuera una estrella de rock a todos los que lo habían apoyado durante el juicio: “Voy a ser realmente muy breve respecto a los hechos de los cuales se me imputan, no voy a hablar más de lo que se hizo durante todo el debate y lo hizo con mucho detalle el doctor Gerardo Ibarra. Así que solamente me queda agradecerle el asesoramiento que me dio a lo largo de todo el juicio y especialmente la contención y el cariño que ha tenido al tratar con mi familia. Respecto a mi familia quiero agradecer especialmente a mi mujer por el apoyo que me dio, a mis tres hijos, mis nietos, mis hermanos y mis amigos que me ayudaron permanentemente a sobrellevar este momento tan duro.  Por último, agradecerle al tribunal por el respeto y la consideración que me ha tenido a lo largo de todo este juicio lo cual valoro mucho”. Al finalizar una señora sentada del lado de la querella gritó “Justicia”. Por su parte, López Fader reafirmó su inocencia, como lo hizo durante todo el debate: “Yo fui detenido el 28 de marzo de 2016 en mi domicilio. Llevo 20 meses detenido por la declaración de un testigo que no conozco, (Víctor Armando) Ibáñez. No pertenecí nunca al batallón de inteligencia 601, yo estuve destinado en comisión de Seguridad Federal de la Policía Federal; como tampoco estuve destinado en comisión en la fábrica militar de Tolueno. No puedo decir lo que dijo el señor Alfonso sobre mi familia, porque no los tengo presentes por razones de distancia. Quiero agradecerle al tribunal que me ha permitido expresarme en mis declaraciones con total libertad, siempre he dicho la verdad y voy a seguir diciendo la verdad. Tengo que agradecer a mi abogado por su defensa y quiero pedirle al tribunal que Dios haga justicia en este juicio”. Finalmente, la jueza Marta Milloc convocó al público a las 13.30 para dictar la sentencia

Pablo Llonto, querellante en la causa.

Mientras el jurado deliberaba afuera del tribunal, una radio abierta transmitía el juicio encabezando un acto del que participaron los familiares de las víctimas junto a distintas  agrupaciones como Abuelas  de Plaza de Mayo; la Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, entre otras. Durante el acto, se plantaron cuatro árboles en la vereda del tribunal que procaman “Nunca Más”, “Memoria”, “Verdad” y “Justicia”. El nombre del último árbol es lo que todos los familiares de las víctimas esperaban y no obtuvieron esa tarde. A las 14 se reanudó la audiencia  con la lectura del veredicto. Tanto la sala principal, donde se encontraba el jurado y las partes, como la sala secundaria, se llenaron, el aire se cortaba con cuchillo, las expectativas eran muy grandes. Cuando Milloc pronunció la palabra absolución el público espontáneamente comenzó a gritar “justicia”, “hijos de puta, los jueces”, “asesinos”, “cobardes”. Cinco minutos después comenzaron a desalojar las salas, las personas salían con amargura, llorando de tristeza e impotencia, otros con ira insultaban al tribunal, a los genocidas y a sus familias. Pronto comenzaron a cantar “olé ole, olé olá/ como a los nazis/ les va a pasar/ a dónde vayan los iremos a buscar”; “Donde no hay Justicia, hay escrache”; y “No hubo errores/ no hubo excesos/ son todos asesinos los milicos del proceso”.  Poco a poco las veredas del tribunal se fueron descongestionando. Los amigos de los imputados salieron con sonrisas en sus rostros, sin ninguna muestra de respeto por el dolor de los allegados a las víctimas.

Juliana Inés García, hija de Beatriz Recchia y Antonio García, víctimas del genocida Eduardo Alfonso dijo a ANCCOM:La verdad es que esperábamos que lo condenaran a perpetua o que lo absolvieran, pero lo que hicieron fue un mamarracho. Quisieron absolverlo, pero no tuvieron la valentía de hacerlo, entonces se mandaron este mamarracho de condenarlo a cuatro años por privación ilegítima de la libertad, mía y de mi vieja, cuando antes de eso sucedió el asesinato de mi viejo.  Es un fallo vergonzoso por donde se lo mire y salvaron a dos asesinos, porque también está la absolución de López Fader. Igualmente vamos a apelar, pero es increíble lo del fallo”. Este es el segundo juicio que debe soportar Juliana sobre el operativo de su casa, en el primero fueron condenados Santiago Omar Riveros, Reynaldo Bignone, Luis Sadi Pepa y Carlos Eduardo José Somoza, pero Eduardo Alfonso evadió sus responsabilidades al fugarse a Paraguay, donde permaneció prófugo durante cuatro años. “Él era el que quedaba pendiente. Ahora es hacer todo esto de nuevo. Los cuatro años (de condena) fueron una mojada de oreja. Fue no jugársela y declarar lo que en definitiva es una absolución encubierta”, concluyó Juliana.

Juliana García Recchia, querellante y víctima de Alfonso y Alan Iud, abogado de Abuelas, hablando con el fiscal.

Sobre la sentencia a Eduardo Alfonso, Carolina Villella, abogada de Juliana Inés García actuando por la organización Abuelas de Plaza de Mayo, dijo: “Es un fallo que denota bastante incongruencia ya que, por un lado, condenan a Alfonso por su participación, como autor directo y coautor de los delitos de privación ilegal de la libertad en contra de Beatriz Recchia y de su hija Juliana Inés García y, por otro lado, lo que hacen es absolverlo por el homicidio de Antonio  Domingo García. Con lo cual, por un lado, se está reconociendo y acreditando que Alfonso participó en el operativo en la calle Independencia 1940, en el que asesinaron a Antonio y secuestraron a Beatriz y Juliana y, por otro, establecen que no es responsable del homicidio de Antonio y lo absuelven de ese cargo. Tenemos que ver qué dicen los fundamentos para saber cómo llegaron a esa conclusión tan incongruente entre una cosa y la otra, porque el secuestro se produce con posterioridad al homicidio”.

Con respecto a la sentencia dictada por el jurado a López Fader, Pablo Llonto, abogado de Juana Barreto dijo: “Son tres jueces que da vergüenza como han resuelto, es evidente que se alían con el poder político de Mauricio Macri y (Elisa) Lilita Carrió. Es un fallo político y de época, a favor de los genocidas. No puede entenderse cómo en nuestro caso un miembro de inteligencia de Campo de Mayo,reconocido por dos testigos, un suboficial y un conscripto, es absuelto por el beneficio de la duda. Vamos a esperar los fundamentos, pero estos tres jueces pasan a estar en la lista de la vergüenza argentina. Ha sido un juicio con pruebas claras, dos testigos directos que lo vieron actuando en Campo de Mayo. Ojalá que la sala de casación revoque el fallo y que establezca lo vergonzoso que es este veredicto”.

El Tribunal integrado por Marta Milloc, Diego Barroetaveña y Marcela Mónica Rodríguez dará a conocer los fundamentos de este fallo el próximo viernes 1° de diciembre.

Juana Muniz Barreto, querellante contra López Fadern y su abogado Pablo Llonto junto a familiares y amigos antes de darse a conocer la sentencia.

 

Familiares y amigos en la puerta del Tribunal en San Martin.

Actualizado 26/11/2017