Por Tiziana Ortoman
Fotografía: Daniela Morán, Serena Moyano

A dos meses de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, una multitud colmó Plaza de Mayo y las plazas de otras 150 ciudades del país para reclamar la aparición con vida del joven que fue visto por última vez en el violento desalojo de Gendarmería a la comunidad mapuche de Cushamen, en la provincia de Chubut. La marcha, convocada por la familia y organismos de Derechos Humanos, volvió a apuntar a la responsabilidad del Gobierno y de los medios de comunicación tanto en la desaparición como en la desviación de la investigación del caso. “Te estoy buscando, te seguiré buscando. Quiero que los viejos, la abuela y toda la familia dejen de sufrir y que esta pesadilla termine”, expresó Sergio Maldonado, el hermano de Santiago, desde el escenario montado de espaldas a la Casa Rosada.

Un mes atrás, en la misma Plaza y por el mismo reclamo, policías de civil reprimieron a trabajadores de prensa y ciudadanos que habían participado de la movilización. En los días previos a la segunda marcha se viralizaron formas de cuidado y protección. Tal vez por eso, este domingo se respiró el sentido colectivo de agruparse, de estar con un otro. De todas formas, bajo el mismo modus operandi, un grupo de encapuchados buscó generar incidentes en el momento que los manifestantes desconcentraban pacíficamente. Tiraron bombas de estruendo, intentaron pintar la Catedral y el Cabildo, y agredieron a periodistas de C5N y Crónica.

El acto comenzó alrededor de las 15:45, cuando el cielo nublado permitió que unos pequeños rayos de sol llegaran hasta la Plaza. Hasta entonces, se proyectaron videos de artistas, actores, músicos y referentes de otros espacios que pedían por la aparición de Santiago Maldonado.

Alrededor de 100.000 personas colmaron Plaza de Mayo. Ana Otamendi, 90 años, metro cincuenta, pelo corto y labios pintados de rojo, le contó a ANCCOM que “en la Argentina se vivieron horrores y esta es una nueva mala señal”. Y subrayó: “Como a todas las marchas vengo a gritar ‘Nunca Más’”.
La comunidad mapuche se hizo escuchar a través de un comunicado que envió. “Han querido desligar responsabilidades de la desaparición de Santiago, mediatizando, estigmatizando y volcando una interminable nube de mentiras, cuando todos sabemos que la realidad es una sola. Hay idealizado un falso enemigo interno”.

“Te estoy buscando, te seguiré buscando. Quiero que los viejos, la abuela y toda la familia dejen de sufrir y que esta pesadilla termine”, expresó Sergio Maldonado.

El último video proyectado terminó con la frase “¿Dónde está mi amigo Santi? Digan quién se lo llevó. Si fue Gendarmería, entonces devuelvanlo”. En realidad, terminó con la gente coreando esa frase. En realidad, terminó con una sola voz gritando por la aparición de Santiago. Una voz que abrazó a la familia.

Los únicos oradores fueron los hermanos y las cuñadas de Santiago. Cuatro voces bien diferenciadas. La primera fue Cecilia. Flaca, rubia y con lentes oscuros. Su voz reveló bronca y cansancio. Habló del dolor de toda la familia. “Nadie puede decir nada de Santiago. Laven sus bocas y muerdan jabón. No voy a perdonar jamás a los medios y al Estado, por el dolor que causaron en nuestra familia”, advirtió.

Lo siguió su pareja, Germán. Más directo y afilado, sus palabras vomitaron furia e impotencia. “Son los medios de comunicación a los que les gusta jugar y dar noticias falsas. Señores periodistas y comunicadores sociales, sean un poco más profesionales e investiguen correctamente. No se imaginan el daño que causan. Tengan un poco de amor propio, por la profesión y por ustedes mismos”, reclamó. Los aplausos no tardaron en aparecer. Y agregó: “A todos ustedes, zánganos del Estado y parásitos del proletariado, les digo que la familia Maldonado no milita en ningún partido (político) y segundo, el tema es político desde un inicio, desde el momento en que Gendarmería se lleva a mi hermano”. Concluyó preguntando por la presencia del presidente Mauricio Macri; su ministra de Seguridad, PatriciaBullrich; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; y la gobernadora María Eugenia Vidal. “¿Dónde están que no los veo? Nunca los vi apoyando ninguna marcha”, señaló. Su voz despertó lágrimas. Taty Almeida hizo lo que muchos manifestantes hubiesen querido hacer: abrazar a Germán. Los sentimientos traspasaban los poros de la piel.

Los aplausos no cesaron hasta que Andrea se puso de pie. Su discurso hizo eje en el reciente desplazamiento del juez Guido Otranto y su reemplazo por Gustavo Lleral. También repudió al secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj; y pidió la renuncia de Bullrich. “El dolor aumenta con solo pensar que los responsables pueden quedar impunes”, puntualizó.

El último fue Sergio. Con voz quebrada y ojos tristes, comenzó por agradecer el acompañamiento. Eligió leer una carta escrita para Santiago. La temperatura empezó a descender y el frío llenó la Plaza. “Santiago, donde estés, quiero que sepas que te quiero. Cada día que pasa te lloro más y me pregunto por qué sos vos quien está pasando por esto y no yo. La respuesta es inmediata: nunca me involucré en diferentes causas como lo haces vos”. Concluyó con la frase que reúne un pedido de justicia. “¿Tan difícil es pedir que te devuelvan? Quiero que los viejos, la abuela y toda la familia dejen de sufrir y que esta pesadilla termine”, concluyó.

Finalizado el acto, ANCCOM dialogó con Germán Maldonado, quien reiteró el mensaje que minutos antes había brotado en la Plaza: “Queremos que aparezca mi hermano y que los responsables paguen por lo que hicieron. Siempre desconfié de Otranto, porque es el que mandó a Gendarmería. Yo creo que con el nuevo juez se va a poder avanzar. Confío en él”, puntualizó.

Rubén López, hijo de Jorge Julio López, en diálogo con ANCCOM dijo que siente lo mismo que hace un mes: “Bronca e impotencia.  El Estado es siempre responsable por omisión o por acción”, puntualizó.

Otra de las voces que se hizo presente fue la del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien afirmó que “Lla democracia no se regala, se construye con la participación social. Democracia y derechos humanos son valores indivisibles. Si se violan los derechos humanos la democracia se debilita”.

Mirá la fotogalería de ANCCOM:

Actualizado 02/10/2017