Por Mariela de la Hoz (Universidad Nacional de Moreno)
Fotografía: Archivo ANCCOM: Julia Otero

 

Emergencia Social y Alimentaria en el distrito de Moreno. La medida, que ilustra la dureza de la situación socioeconómica en el Conurbano, fue aprobada por el Concejo Deliberante local. ANCCOM dialogó con distintos actores para explicar el panorama y las implicancias de esa declaración.

José Santinelli, subsecretario de Comercio y Actividades Rurales, explicó: “El intendente Walter Festa los juntó a todos, para buscar una solución en conjunto”. Primero dialogó con el empresariado. “A ellos el gobierno provincial les garantizó Gendarmería en caso que se desmadre la situación”, advirtió.  Por otra parte, en negociaciones con el Municipio se llegó a acordar una canasta básica que cubra todas las necesidades, y apoyar a las organizaciones sociales ya que “los comedores y merenderos se han cuadruplicado”, según el funcionario

El proyecto de declaración de Emergencia Social y Alimentaria fue elaborado como resultado de una serie encuentros de la Mesa Intersectorial para la Promoción del Diálogo Social. Johana Morinigo,  responsable de Barrios de Pie en Moreno, asegura que no fueron invitados a ese espacio, aunque manifiesta que la situación que viven los comedores en Moreno “es lamentable”. En ese sentido, Morinigo señaló: “El problema es que los chicos tienen que comer a diario, uno no puede esperar a que se pongan de acuerdo, no alcanza con el dialogo, se necesitan soluciones.”

Las situaciones en los barrios son variadas, pero en algo coinciden: los bolsillos necesitan un poco más de dinero. Alicia Hernández,  directora y fundadora del hogar de niños SIAND (Servicio Integral al Niño Desamparado), reveló: “Yo administro correctamente, no se tira ni un gramo de nada, y nos alcanza. Si digo que no me alcanza mentiría, pero si nos dan más, mejor”.

 La situación no es la misma para Gloria Páez, cocinera y fundadora del comedor “Carlitos”, ubicado en San Lorenzo 1275 del Barrio de Cascallares. Cuenta que hace dos años que trabaja en este proyecto, que en principio le daba de comer a 20 chicos y ahora son más de 50. Las necesidades son muchas: “Hay chicos que no conocían la carne”, asegura, ya que en esos hogares  “comen papas, fideos, guisitos con dos o tres ingredientes”. Gloria aclara que “los comedores se han cuadruplicado en el municipio”.

 El problema de la Emergencia Alimentaria es un problema que involucra la responsabilidad de diferentes jurisdicciones: “El municipio se propone seguir asistiendo a los comedores, a través de asistencia social.  El diálogo con Provincia es difícil y muchas veces no existe la coordinación necesaria para entender la situación.”

  Por otra parte, la declaración de Emergencia Alimentaria necesita, para ser operativa,  la difusión a través de los organismos municipales de los bolsones o canastas de productos básicos acordados con los comerciantes, para que puedan ser comercializados barrio adentro, en los típicos almacenes de la zona. Con la medida, los mayoristas contarán con beneficios impositivos y los minoristas podrán acceder a un mejor precio. La cadena Maxiconsumo, por caso, ya tiene esa canasta.

  María Trinidad Acosta es una flamante ama de casa; no es que sea una recién casada, es una recién desocupada. “Antes era comerciante” dijo con un dejo de nostalgia, Era dueña de un supermercado ubicado en Galileo Galilei esquina O’ Brien, en Barrio Parque. Durante más de veinte años se conoció el negocio como el “súper de “Yesi”, con cinco empleados, carnicería, fiambrería, productos de almacén y cotillón. “Me empezó a ir mal en el último periodo de Cristina y con este gobierno me terminé de fundir. No hay plata en la calle”, afirmó. Un corte de calle por una obra municipal que se demoró cien días, combinado con la recesión y la caída del consumo, hizo cerrar las persianas de su local. Otros tres comercios de esa cuadra cerraron por los mismos motivos.

Lucas Chedrese, jefe de Gabinete del Municipio de Moreno,  aporta datos duros: “Los comedores en 2015 eran 39, ahora son 84 y los merenderos pasaron de 36 a 125. Sobre las estadísticas sanitarias no hay indicadores concretos ya que hay que realizarlos año a año. Solo hipótesis: se redujo la ingesta de proteínas a la vez que se incrementó la de carbohidratos. Desde la Secretaria de Salud indican que se incrementaron los nacimientos con bajo peso. Pero habrá que esperar para los indicadores concretos. Son temas muy delicados”, aclaró.

  Yolanda Britos forma parte de la estadística; manda a sus hijos al comedor de la Escuela Primara N°19, en Paso del Rey. “Al mediodía comen en la escuela y a la noche nos arreglamos”,  Cuenta que su esposo hace changas, pero que no todos los días tiene trabajo y que la Asignación Universal por Hijo le dura unos días nada más.

— ¿Y después?  

— Después hay que esperar. Esperar que todo pase.

 

Actualizada 12/07/2017