Por Tomás Borgo
Fotografía: Melisa Molina

American Express ya lo oficializó: 300 trabajadores se quedarán sin empleo en sus oficinas de Argentina a partir de la relocalización en México del sector de atención al cliente. “Se están entrenando a los trabajadores allá, se están armando los puestos del call center, el proceso está avanzado”, explicó David Aguilera, delegado gremial en la institución financiera. Hasta el miércoles de la semana pasada era un rumor, pero la empresa blanqueó una decisión que se enmarca en un proceso que comenzó el año pasado con el cierre de otros sectores de la compañía y que, según denuncian los delegados gremiales, continuará hasta mudar gran parte del personal al país azteca, donde es más barata la fuerza laboral.

 En una primera audiencia conciliatoria realizada en el Ministerio de Trabajo, representantes de la firma radicada en Nueva York aseguraron que se conservarán los puestos de trabajo hasta el 30 de junio; mientras tanto, ofrecen la adhesión a un plan de “retiro voluntario” a cambio de una suma de dinero que superaría el valor correspondiente a la indemnización legal. Los trabajadores denuncian que esta metodología fraudulenta encubre los despidos y genera un clima laboral cargado de incertidumbre. El Estado: un espectador de lujo. “De alguna manera, la presión que ejercimos hizo que lo anuncien, porque no tenían pensado hacerlo ahora sino más sobre la fecha, cosa de no dar tiempo a ningún tipo de acción”, explicó el delegado Aguilera. El lunes de esta semana hubo una segunda reunión en la cartera laboral, pero tampoco aparecieron perspectivas auspiciosas.

 La maniobra de vaciamiento de las diferentes áreas laborales cuenta con la connivencia del Estado ya que la empresa tiene influencia en las altas esferas del poder político.  La mediación del Ministerio de Trabajo resulta estéril para los trabajadores, debido que no interviene en el conflicto con ánimos de evitar los despidos. “En el Ministerio están, de alguna manera, con una postura neutral, que al ser neutral beneficia a la parte más fuerte, que es la empresa”, sostuvo Aguilera. La incertidumbre prima entre los empleados: aún no se ha anunciado cuál será el monto que se pagará a aquellos que accedan a retirarse voluntariamente, y tampoco se ha decidido qué pasará con aquellos que no acepten la oferta. “Se manejan a través de la coacción, porque la empresa te dice: ‘Te damos esta indemnización por encima de lo legal ahora, o el 30 de junio vemos qué pasa con vos’ –graficó Aguilera-. La realidad es que el Ministerio debería exigir la continuidad laboral de los que no acepten el retiro voluntario. Eso es lo que estamos pujando para que se logre en esa mesa de diálogo. Básicamente, lo único que conseguimos es que conste en actas que vamos a tomar medidas de acción directa a los fines de defender los puestos de trabajo de los que no se adhieran al retiro”.

 Resulta destacable el hecho de que el sector financiero no esté atravesando ninguna crisis; más bien, todo lo contrario, ya que es uno de los que en los últimos años viene obteniendo ganancias extraordinarias, por lo que los despidos no se justifican desde lo económico. “Este modelo se va a trasladar a las otras compañías del sector financiero y no tiene ningún tipo de justificación, simplemente aprovechan el momento del país, en donde el Estado mira para el otro lado, no se regula nada, no pone reglas claras –advirtió Aguilera-. La tendencia que vemos es que esto va a suceder de igual manera en las demás empresas de tarjetas como Visa o MasterCard. Tendría que existir una política de Estado que contemple la situación y no permita que se genere desempleo a pesar de las tremendas ganancias que genera el sector financiero”.

 Pero este proceso de vaciamiento de la empresa y de destrucción de los puestos de trabajo se viene dando desde principios del año pasado. “Ante las denuncias que hacemos los delegados, primero la empresa dice que son rumores y lo desmienten, pero luego se terminan llevando áreas como ya pasó con el sector de cobranzas, de prevención de fraudes, de créditos –señaló Aguilera-. La reducción de la plantilla es tremenda. Y de hecho esto no va a  terminar acá, porque todavía quedan sectores que en el mediano plazo van a seguir siendo desmantelados, y se va a seguir centralizando el trabajo en México”.

 La relación entre los delegados gremiales y la patronal es cada vez más tensa y no es casualidad que se decida vaciar un sector de la empresa en donde los trabajadores, a partir de la organización, lograron en los últimos años conquistas laborales importantes. “Hay una finalidad que tiene que ver con una postura anti gremial que tiene la corporación –dijo Aguilera-. En nuestro mandato como delegados tuvimos muchos logros, inclusive salariales, hasta negociamos una paritaria directamente con la empresa. Y esto no les gustó mucho y empezaron a mover sus influencias, haciendo lobby dentro del mismo sindicato. El gremio tampoco estaba muy contento con la autonomía de negociación que habíamos adquirido como cuerpo de delegados”. Este no es el primer conflicto laboral que se desata en American Express, pero sí uno de los que está adquiriendo mayor visibilidad. “Nosotros acampamos varias veces en la puerta de la empresa, y ya en el expediente del Ministerio advertíamos que la empresa podía llevarse la actividad del call center del país, pero la reacción del sindicato fue tardía”.

 Este lunes hubo una segunda reunión en el Ministerio de Trabajo que tampoco llegó a buen puerto. “La empresa no se mueve de su postura de garantizar los empleos hasta el 30 de junio y va a proceder a ofrecer su plan de retiros voluntarios –dijo Aguilera-. Cuando sepa qué cantidad de personas no se adhirieron, recién ahí va a trabajar una solución para esas personas. El Ministerio lo único que hizo es hablar de casos particulares como algún tipo de enfermedad o casos de familias numerosas. Ni siquiera se preocupó por la desaparición de puestos de trabajo, ni le reprochó a la empresa haberse presentado ya con la decisión tomada de despedir. Vemos que no hay una perspectiva de solución”.

 Muchos trabajadores afectados por la medida fueron incorporados a la compañía el año pasado, por lo que el monto de la indemnización va a ser muy bajo. “Teniendo en cuenta el contexto nacional, en donde no se está generando empleo en el mercado laboral, muchos compañeros saben que a partir del 30 de junio van a terminar en la calle –sentenció Aguilera-. El panorama es realmente muy oscuro”.

 

Actualizado 15/03/2017