Por Daniela Vargas
Fotografía: Melisa Molina, Valentina Bellomo

“Tengo que comprarme un manual de hermano mayor”, pensó Ramiro Menna el lunes por la tarde, luego de conocer la noticia que había esperado durante casi 40 años: habían encontrado a su hermano, nacido en cautiverio durante la última dictadura militar. Entre sonrisas y lágrimas, Ramiro participó de la conferencia de prensa realizada en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo para anunciar la restitución del nieto número 121.

En junio, tras investigaciones llevadas a cabo por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad CONADI y Abuelas, el hombre -de 40 años- había sido convocado a realizarse estudios en el Banco Nacional de Datos Genéticos. Finalmente, el lunes se conocieron los resultados, y se anunció el hallazgo. “Qué mejor que encontrar a nuestros nietos, los desaparecidos con vida, los que nos están esperando”, dijo Estela de Carlotto, titular de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.

Alba Lanzillotto con Ramiro, hermano del nieto aparecido.

Alba Lanzillotto con Ramiro, hermano del nieto aparecido.

Dos generaciones de lucha

Ana María Lanzillotto nació en La Rioja 1947 junto con su hermana melliza María Cristina. Tenían otra hermana 19 años mayor, Alba. Las mellizas decidieron irse a Tucumán a estudiar. Ana estudió derecho y Cristina, escribanía. Ambas tomaron contacto con el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y comenzaron su militancia. Más tarde, formaron pareja con compañeros de la agrupación.

Ana conoció a Domingo “el Gringo” Menna, quien había estado radicado en Tres Arroyos y, luego, viajó a Córdoba para estudiar Medicina. “El Gringo” participó del Cordobazo y de la fuga del penal de Rawson.

En 1974, Ana María y Domingo tuvieron su primer hijo: Ramiro. Ana María, embarazada de ocho meses, fue secuestrada junto a su pareja y otros compañeros militantes del PRT el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli. Este operativo trascendió en los medios de la época como “un éxito en la lucha contra la subversión judeo-marxista”. Según testimonios de sobrevivientes, estuvieron detenidos en Campo de Mayo, y Ana también fue vista en el centro clandestino Puente 12.

Carlos Mario Lanzillotto, tío de Ramiro, desde La Rioja comenzó a averiguar dónde se encontraban los tres. Junto a su esposa Nidia viajaron el 8 de agosto de 1976 hacia Buenos Aires en busca de su sobrino, quien estaba en una guardería. Hasta ese momento, nada se sabía sobre Ana, Domingo y su bebé.

Ramiro vivió con sus tíos como si fueran sus padres, hasta que de a poco se fue informando sobre su verdadero origen. Creció y se formó en el movimiento juvenil de salesianos,  decidió hacerse cura y viajó a Etiopía. Luego se separó de la congregación y formó una pareja, con quien vive actualmente en Chepes, La Rioja, junto con cuatro hijos. Nunca supo nada sobre su hermano, incluso llegó a pensar que podría ser una mujer. Nunca, hasta el lunes.

La primera denuncia sobre el hecho la hizo Irma Ferrer de Menna, exiliada en México, en 1982. Denunció que su nuera había sido secuestrada embarazada.

La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo incorporó el caso y, más tarde, la hermana de Ana, Alba, pondría en marcha la búsqueda. Desde 2004 se investigó sobre la denuncia de su sobrino. Al mismo tiempo, la CONADI estaba realizando una investigación en colaboración con el Juzgado N° 3 de La Plata en el marco de una causa en la que Abuelas es querellante, sobre actas de nacimiento.

De común acuerdo entre Abuelas y CONADI, se decidió que la Comisión se contactara con el hombre, quien accedió voluntariamente a realizarse los estudios.

Así, el lunes se dio a conocer la noticia que Ramiro, Alba y el resto de sus familiares esperaban desde hacía años: la aparición del hijo de Ana y “El Gringo” nacido en cautiverio. “Es como que los chicos nacen de nuevo, porque nacen como debe ser, como personas libres”, expresó Alba.

40 años después

La conferencia de prensa comenzó con emoción y aplausos cerca de las 13 en la sede de Abuelas, ubicada en el centro porteño. Contó con la participación de Estela de Carlotto, Ramiro Menna, Alba Lanzillotto, el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj, Leandro Despouy  -embajador extraordinario plenipotenciario y representante especial para los Derechos Humanos-, abuelas y nietos restituidos, entre otros.

Carlotto leyó un comunicado sobre la historia de la familia Lanzillotto-Menna, y resaltó: “El Estado es el responsable de reparar lo que hizo la dictadura. Van a haber respuestas, y hay que esperarlas y acompañarlas”.

Ramiro manifestó su alegría, aunque expresó que su hermano tiene que procesar toda la información. “No esperaba este resultado, tiene que hablar con su familia”, dijo, y contó los detalles del momento en el cual se enteró de la noticia. “El lunes a las 6 de la tarde estaba en Chepes haciendo cosas de mi laburo. Me llaman de Abuelas y me dicen ‘Ramiro, encontramos a tu hermano’. Así, ¡boom!”, explicó el flamante “hermano mayor”. “Me quedé helado. Me tiraron dos datos: es pelado y tiene barba como vos. De ahí, salí corriendo a contarle a mi mujer”.

Alba Lanzilloto, hermana de Ana María, conmovió al público con sus anécdotas sobre su familia, y se refirió a Domingo Menna: “’El Gringo’ era divino. Se complementaba perfectamente con la Ani”.

Cerca del final, ambos dedicaron unas palabras hacia el nieto: “Acá hay una familia que tiene 40 años de amor acumulado para darte, te queremos abrazar, te estamos esperando”, dijo su hermano.  

Estela de Carlotto remarcó la presencia de funcionarios del Estado en la conferencia y subrayó: “Estamos muy preocupadas por muchas cosas que están pasando, en relación a la violación a otros derechos humanos, como el trabajo y la vivienda, y hay que empujar para que se hagan las cosas”. Sin embargo, afirmó que la relación con el secretario de Derechos Humanos es “buena y constante”. Avruj, por su parte, expresó: “Estamos celebrando la vida. Esto nos hace crecer cada día más, como sociedad, como democracia”.

Dibujos que hablan

Hace cuatro años, el ilustrador Matías Trillo -hijo del reconocido guionista de historietas y escritor argentino, Carlos Trillo- había sido convocado por Abuelas de Plaza de Mayo para realizar con dibujos la historia de la familia Menna-Lanzilloto en el marco de “Historias por la identidad”, un proyecto que compiló treinta historias de hermanos que buscan a hermanos nacidos en cautiverio y que fueron editadas en un libro por el Archivo de Historietas y Humor Gráfico de la Biblioteca Nacional.  

En una historieta, Matías representó la vida de esta familia, resaltando el aparato represivo que hizo desaparecer a Ana María, Domingo, su bebé y a “decenas de miles de obreros, estudiantes, profesionales, docentes, amas de casa…”. En diálogo con ANCCOM, Trillo habló sobre la particularidad de realizar este tipo de ilustraciones: “Si vos me preguntás sobre ilustración, me puedo poner a hablar, pero en estos temas trabajás con gente real, con historias de verdad, es muy difícil”.

 

El hijo de la pareja Lanzillotto- Menna –el nieto número 121- nació luego del secuestro de su madre. “Vos podrías ser la hermana o el hermano que Ramiro está buscando”, dice la historieta.

Matías explicó cómo fue su contacto con Ramiro en ese momento: “Él acababa de ser papá, de lo único que me hablaba era de los ‘enanos’, y se me ocurrió poner a los chicos en la historieta, porque si no lo iba a encontrar el padre por ahí lo encontraban los chicos”.

En la última parte, la historieta dice: «Ellos también te buscan. Acércate a abuelas». Y ahora Matías agrega: «Que se arrimen a Abuelas sin ningún miedo. Y que se arrimen más allá de las ideologías políticas que tengan o que hayan construido porque eso no tiene nada que ver con esto. Esto es un realidad tremenda que nos tocó vivir como sociedad y que ahora hay que reconstruir. Nadie debería irse de este mundo sin saber de donde viene. Ramiro está recontento, me dio una alegría…”. Luego de casi 40 años de búsqueda, el hijo de Menna y Lanzillotto fue encontrado. A partir de hoy, esta historia se reescribe.

 

Actualizado 06/10/2016