Por Juan Funes
Fotografía: Melisa Molina, Valentina Bellomo

Pasadas las 12 del mediodía del jueves, la sede de la Asociación Madres de Plaza de Mayo se enardece en la espera de la ex presidenta Cristina Fernández. El aglutinamiento de militantes escoltándola se volvió una costumbre en los últimos meses. Los cánticos se encienden a medida que el auto blanco se acerca con balizas. Al vallado metálico se superpone una hilera humana. Cristina no le facilita el trabajo a la seguridad: se acerca a la gente, estrecha las manos tendidas, escucha los susurros de los más afortunados. De cualquier forma no se demora, sabe que las Madres tienen que estar a las 15:30 marchando en su ronda número dos mil. 

“Por los dos mil jueves, por nuestra querida Cristina, para que haga lo que quiera y está bien lo que haga, y para que Macri nos tenga miedo”  proclama Hebe .

“Por los dos mil jueves, por nuestra querida Cristina, para que haga lo que quiera y está bien lo que haga, y para que Macri nos tenga miedo” proclama Hebe .

Hebe de Bonafini la espera adentro de la Asociación con otras madres. Hace 39 años un grupo de 14 mujeres, después de preguntar por sus hijos en hospitales, iglesias, ministerios y hasta morgues, decidieron llevar el reclamo a Plaza de Mayo hasta obtener una respuesta del dictador Jorge Rafael Videla. Como el estado de sitio no permitía reuniones públicas de más de tres personas, un policía les ordenó circular. Ellas obedecieron y, una detrás de la otra, imprimieron una marca eterna alrededor de la Pirámide que se erige en la plaza. Desde ese día, cada jueves, ellas marcharon. Una y dos mil veces.

“Si tuviera que decirte qué es, es un ejemplo”, afirmaba Cristina refiriéndose a Hebe.

“Si tuviera que decirte qué es, es un ejemplo”, afirmaba Cristina refiriéndose a Hebe.

El encuentro con Cristina dura casi dos horas. Terminan con un brindis en el que Hebe proclama: “Por los dos mil jueves, por nuestra querida Cristina, para que haga lo que quiera y está bien lo que haga, y para que Macri nos tenga miedo”. El presidente no fue muy oportuno antes de ayer, en una entrevista con el portal BuzzFeed, cuando declaró: “No tengo idea si fueron nueve mil o treinta mil – refiriéndose a los desaparecidos durante la dictadura-, si son los que están anotados en un muro o son muchos más” Como si fuera poco en vez de hablar de terrorismo de Estado se refirió a “la horrible tragedia que fue esa guerra sucia”. Y sobre Hebe, un emblema de la lucha por los derechos humanos, opinó que “está desquiciada”.  Las declaraciones del presidente fueron apenas una semana después que el juez Marcelo Martínez de Giorgi emitiera una orden de arresto contra fundadora de Madres y que una multitud impidiera que se ejecute.

“No tengo idea si fueron nueve mil o treinta mil –  refiriéndose a los desaparecidos durante la dictadura-, si son los que están anotados en un muro o son muchos más”,  afirmó Mauricio Macri.

“No tengo idea si fueron nueve mil o treinta mil – refiriéndose a los desaparecidos durante la dictadura-, si son los que están anotados en un muro o son muchos más”, afirmó Mauricio Macri.

Cristina no repara en las desafortunadas palabras del presidente, cuando al salir responde a los periodistas arracimados ante las vallas. “Es un día demasiado feliz, me interesa hablar de Hebe”, declara, para luego agregar que: “Si tuviera que decirte qué es, es un ejemplo”.

Durante el encuentro la cantidad de personas en las puertas del edificio de Congreso se multiplicó y así el aliento se hace más vigoroso cuando la ex presidenta se retira. No son muchos los que se quedan a esperar a las Madres. Prefieren sumarse a la multitud que espera en la Plaza.

Encabezadas por Hebe, las mujeres salen en hilera con sus pañuelos, mientras los presentes se terminan de dispersar. La Plaza las espera desbordada para, una vez más, marchar por la memoria de sus 30.000 hijos.

Actualizada 12/08/2016