Por María Eva González
Fotografía: Camila Alonso, Florencia Ferioli, Melisa Molina, Valentina Bellomo

El 30 de octubre de 1977 comenzó oficialmente la marcha que todos los jueves llevan adelante las Madres de Plaza de Mayo alrededor de la pirámide central. Esta semana se cumplieron dos mil rondas de aquella fundacional, provocada por las disposiciones de la dictadura cívico militar que se instaló en 1976: “Cada jueves a las 15:30 las Madres venimos a la Plaza. Para nosotras es una cita de honor. Cuando vamos entrando a la Plaza, sentimos el calor, los ojos, las manos, la respiración de nuestros hijos, que nos acompañan y que nos están guiando en este camino” declaró la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

La llegada al aniversario no pasó desapercibida gracias a condiciones exógenas. El pasado jueves 4 de agosto el juez Marcelo Martínez de Giorgi pidió la detención para Hebe de Bonafini lo que despertó la adhesión de centenares de militantes de distintas organizaciones y de numerosas personas que se acercaron a la sede de las Madres para solidarizarse, prestar su apoyo y su enérgico rechazo a la decisión tomada por el juez. Esa misma tarde, decenas de personas colaboraron para que la camioneta de las Madres logre salir y dirigirse a la Plaza. Otro factor fueron los dichos del presidente Mauricio Macri durante una entrevista, en la que evitó hablar de los detenidos-desaparecidos alegando desconocimiento total de la causa, allí también calificó a Bonafini como “desquiciada” y al terrorismo de Estado como “guerra sucia”.

En este contexto desde distintos sectores de la sociedad, se produjo una convocatoria para acompañar a las Madres de Plaza de Mayo, en su ronda número dos mil. Pasado el mediodía el clima de un día histórico comenzaba a sentirse a varias cuadras del punto de encuentro y, una vez ahí, se veían tanto banderas de agrupaciones y partidos políticos, como de sindicatos. Pero más que nada, ciudadanos y ciudadanas congregados por algo más profundo que una determinada identificación político-partidaria. Mientras esperaban, decenas de personas escribieron en hojas que tenían una Casa Rosada dibujada. Esas hojas se unieron unas con otras y formaron una red entre la Pirámide central y las rejas que la rodean. Un joven con una bandera en la mano expresó: “Hoy vine junto a mis compañeros para apoyar esta lucha que llevan las Madres hace años y que hoy, con su ronda 2000, sigue más viva que nunca. Las acompañamos para poder seguir construyendo derechos y una patria más justa”. Una compañera a su lado, agregó: “Estamos viviendo una nueva etapa de revanchismo en la que las políticas de derechos humanos, memoria, verdad y justicia son dejadas de lado por un gobierno que retoma la teoría de los dos demonios y la guerra sucia”.

Cuando llegó la camioneta, el grito fue unánime: “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”. En ese mismo momento, los centenares tuvieron que reacomodarse, para devolverle a las Madres el lugar que ocupan desde 1977. Las Madres estuvieron rodeadas y acompañadas por sus compañeras de Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S, Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, Memoria Abierta y demás organismos de derechos humanos. Delia Giovanola, de Abuelas, recordó: “A nosotras no se nos hubiera ocurrido jamás caminar en círculo alrededor del mástil de la plaza, sino que fuimos obligadas porque no nos permitían, por el estado de sitio, estar hablando. Así que las rondas que hicimos no fueron elección nuestra, sino una imposición del mismo gobierno de facto. Querían que caminemos y caminamos”. Esta vez, la ronda se realizó a bordo de una combi que bordeó la Plaza, mientras a su lado se cantaban consignas como: “Con Hebe no se jode”.

Luego comenzaron varias horas de incertidumbre en el que circulaban cantitos y mates, acompañados de una pregunta fundamental: “¿Y ahora?”. Sin música, sin voces amplificadas, sin señales de una continuidad, la multitud aguardó hasta que, finalmente, cerca de las 17:30, comenzó el acto de cierre. Las Madres entregaron el emblemático pañuelo al diputado Edgardo Depetri, quien desde el escenario, ubicado a la izquierda de una plaza vallada, afirmó: “Las Madres en sus marchas empezaron a abrirnos los ojos y el camino para decir con fuerza en esta Plaza, y en todas las que sea necesario, que no hubo ‘guerra’ o ‘guerra sucia’. Hubo Terrorismo de Estado y aniquilamiento de nuestros compañeros”. Luego se sucedieron tres discursos: uno inicial de Verónica Parodi, directora del ECuNHi; el segundo de Silvina Rivilli, de la agrupación 13 de agosto de Córdoba; y el último, de la periodista Nora Veiras, quien afirmó que “las Madres hicieron realidad lo que parecía inconcebible, transformar el dolor y el miedo, en coraje y por sobre todo, en acción, en lucha. Son genuinas protagonistas de la historia”.

El cierre estuvo a cargo de la titular de la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien aclaró: “No es fácil ver esta Plaza llena de gente alegre, feliz, de gente que vino a conmemorar, a acompañar para decirnos que están dispuestos a seguir el camino de nuestros hijos”. Luego de un recorrido veloz sobre posibles temas para el discurso, en el que se incluyeron los partos y los estudios universitarios, recordó: “Un día mi hijo mayor me dijo que tenía que guardar a un pibe, le dije que le pregunte al padre, él le dijo que me pregunte a mí y yo dije que sí. Y así empecé a entender el maravilloso proyecto de tanto pibe que se jugó la camiseta para que hoy podamos estar acá en libertad. Se jugaron la vida por la patria, por el otro. Nuestros hijos nos decían que teníamos que llenar las calles y las plazas, por eso las Madres nunca fuimos Madres de escritorio, fuimos Madres de las calles”.

Para finalizar, haciendo referencia al contexto sociopolítico pero también a modo de invitación, añadió: “En el año 1981 escribí una carta a mis hijos en la cual decía que yo sabía que un día un hijo nuestro iba a cruzar la Plaza de Mayo e iba a ocupar el sillón de Rivadavia. Cuando vino Néstor (Kirchner) no hicimos más Marchas de la Resistencia porque el enemigo ya no estaba en la casa de gobierno. Pero las retomamos ahora, el 26 y 27 de este mes, porque hace ocho meses, en la casa de gobierno, tenemos otra vez un enemigo”.