Por Ariadna Dacil Lanza
Fotografía: Camila Alonso Suarez, Florencia Ferioli, Nicolás Parodi

Antes de empezar a andar, los grupos sirven algo caliente y reparten alfajores Guaymallén. La organización se ve por todas partes: movimientos con pecheras, gorras, banderas, carteles,  viandas, micrófonos y repertorio de canciones, viandas. También tuppers con empanadas llevadas en carros, bolsones de maíz inflado para el trayecto, packs con botellas de agua. Muchos vinieron en familia, con chicos en brazos, cochecitos o de la mano. Hay planificación, no pueden improvisar en una caminata de trece kilómetros.

Marcha Paz, Pan y Trabajo- Tierra, Techo y Trabajo/ CABA / 07-08-16 / Camila Alonso Suarez /ANCCOM Movilización que reunió a trabajadores de la Economía Popular de todo el país agrupados en la CTEP junto a Barrios de Pie, la CCC (Corriente, Clasista y Combativa) y otras organizaciones populares. Se marcho desde San Cayetano, Liniers hasta Plaza de Mayo, bajo las consignas " Paz, Pan y Trabajo" y "Tierra, Techo y Trabajo".

La movilización reunió a trabajadores de la Economía Popular de todo el país agrupados en la CTEP junto a Barrios de Pie, la CCC (Corriente, Clasista y Combativa) y otras organizaciones populares.

El tradicional paisaje de cada 7 de agosto en el barrio de Liniers está  alterado. A los feligreses de la iglesia de San Cayetano se suman hoy miles de militantes de organizaciones sociales. Pero ellos no quieren ingresar al templo, sólo se proponen marchar por la avenida más larga del mundo. La Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento Barrios de Pie se preparan en el cruce de Rivadavia y Cuzco, bajo el paraguas de  dos frases “Paz, Pan y Trabajo” y “Tierra, Techo y Trabajo”. Dos consignas que para el lector desprevenido puede sonar redundantes. Sin embargo, ambas tienen su historia: la primera fue la consigna de la marcha del 30 de marzo de 1982 cuando miles de trabajadores argentinos se movilizaron contra la última dictadura militar; la segunda fue recientemente pronunciada por el Papa Francisco.

Muchos vinieron en familia, con chicos en brazos, cochecitos o de la mano. Hay planificación, no pueden improvisar en una caminata de trece kilómetros.

Muchos vinieron en familia, con chicos en brazos, cochecitos o de la mano. Hay planificación, no pueden improvisar en una caminata de trece kilómetros.

Acá todos saben moverse entre las tacuaras y sogas de las banderas, saben cómo caminar entre un grupo que agita los brazos mientras golpea sus bombos, saben respetar los cordones de seguridad y saben qué son los cordones de seguridad. Algunos llegaron en micros desde Mar del Plata, Córdoba, La Matanza, Villegas. Otros tuvieron menos suerte: “El micro que nos iba a traer desde La Plata tuvo problemas y tuvimos que llamar a remises para poder llegar”, dice Jorge Villa del Movimiento Misioneros de Francisco, mientras camina en la cabecera de la movilización.

 Santo

Son las ocho de la mañana. Dos colas desembocan en las puertas de la iglesia de San Cayetano, sobre la calle Cuzco, en el barrio de Liniers. Las dos filas están prolijamente valladas en casi todas sus cinco cuadras de extensión sobre la calle Bynon. En una de las colas declaran que llegaron al alba, no más. En la otra, la mayoría está desde ayer, por eso tienen sillas plegables, abrigos hasta las orejas y cantan con palmas para darse aliento. “Esta cola es la del sacrificio, la que podés entrar y tocar a San Cayetano, no sólo verlo de lejos”, explica una mujer con la figura del santo en cuestión en sus manos. Un drone vaga sobre las cabezas del grupo.

. La Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento Barrios de Pie se preparan en el cruce de Rivadavia y Cuzco, bajo el paraguas de  dos frases “Paz, Pan y Trabajo” y “Tierra, Techo y Trabajo”.

La Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento Barrios de Pie se preparan en el cruce de Rivadavia y Cuzco, bajo el paraguas de dos frases “Paz, Pan y Trabajo” y “Tierra, Techo y Trabajo”.

“Espiga para la abundancia, para que no falte ni el pan, ni el trabajo”, vocea una vendedora ambulante de las decenas que escoltan a los feligreses antes de llegar a la iglesia. La imagen del santo se puede ver en cada figura, miniatura, colgante o estampitas que exhiben los feriantes, pero no faltan elementos de la cultura oriental, imágenes del Gauchito Gil, venta de sábanas, juguetes, chipá, y el tradicional choripán. Las palabras de ocasión se entremezclan con referentes de la iglesia que apostados en la calle de adoquines  confiesan a los visitantes, arrojan agua bendita o los invitan a “hacer una oración por los que no tienen trabajo”.

Al otro lado de la vía, la calle Cuzco se arrima a Rivadavia. Allí empiezan a desbordar los contingentes de las organizaciones convocantes. Es la previa. Ya se van a acomodar.

Son las ocho de la mañana. Dos colas desembocan en las puertas de la iglesia de San Cayetano, sobre la calle Cuzco, en el barrio de Liniers.

Son las ocho de la mañana. Dos colas desembocan en las puertas de la iglesia de San Cayetano, sobre la calle Cuzco, en el barrio de Liniers.

 Mensaje

En la cabecera, antes de partir, se lee la carta que el Papa Francisco envió al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el obispo José María Arancedo, el primer día de agosto. “El pan es fácil de conseguirlo, porque en Argentina siempre alguien te lo acerca, pero el trabajo es tan difícil lograrlo, sobre todo en momentos con índices de desocupación tan altos”, escuchan los manifestantes. Un pastor de la iglesia pentecostal Dimensión de Fe recibe el micrófono y afirma que “Jesús, quien nació en la hoy Palestina bombardeada, fue torturado y asesinado por pelear por un mundo nuevo”. Luego es el turno del obispo Juan Carlos Ares quien da una bendición.

“Nosotros venimos acompañando a las cinco centrales sindicales, ahora ellos nos están acompañando a nosotros que somos los trabajadores de la economía popular”, afirma el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro.

“Nosotros venimos acompañando a las cinco centrales sindicales, ahora ellos nos están acompañando a nosotros que somos los trabajadores de la economía popular”, afirma el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro.

Los que marchan son trabajadores de la economía popular, cooperativistas, y desocupados. Hoy no se escucha hablar del Impuesto a las Ganancias. “Nosotros venimos acompañando a las cinco centrales sindicales, ahora ellos nos están acompañando a nosotros que somos los trabajadores de la economía popular”, afirma el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro. La referencia incluye a Hugo Yasky (CTA), Roberto Baradel (SUTEBA), Eduardo López (UTE), Daniel Catalano (ATE), y algunos referentes de la CGT. Raúl Eugenio Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema de Justicia, el legislador del Parlasur Jorge Taiana, y el intendente de San Martín Gabriel Katopodis se suman a las columnas de textiles, cartoneros y recicladores agrupados en la CTEP, cooperativistas de la construcción de la CCC La Matanza, militantes de Barrios de Pie de González Catán, productores agrícolas de La Plata.

 Testimonios y consignas

Silvia camina con su casco amarillo, pantalón de trabajo beige y una camisa con la cara de uno de los líderes del Cordobazo, el dirigente clasista René Salamanca. Trabaja en una cooperativa en La Matanza donde realizan obras de agua, cloacas y construcción de viviendas. “Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC. Y continúa: “La plata, con la inflación, no alcanza. Tenés que comer, pagar los impuestos, transporte, vestirte. La situación es caótica”.

“Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC.

“Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC.

Desde una columna de Barrios de Pie, Walter cuenta que vino desde Córdoba donde tienen diez cooperativas de trabajo. “Yo estoy en una que hacemos carpintería. En nuestra provincia la situación se agravó en los últimos meses, hay muchísimas más personas en los comedores y también los que piden la copa de leche. A nosotros también nos pegó el tarifazo, pero nadie sale por eso porque el presidente está acá en Buenos Aires. Podés reclamar al gobernador porque también es cómplice pero no es lo mismo”, describe.

Algunos integrantes del Movimiento Misioneros de Francisco, que vinieron en remis, cuentan que son “del campo”, son productores agropecuarios de La Plata, con tradición andina. “Yo tengo trabajo pero hace falta más, también atendemos a chicos de la calle y no alcanza”, explican.

"En nuestra provincia la situación se agravó en los últimos meses, hay muchísimas más personas en los comedores y también los que piden la copa de leche" afirma Walter.

«En nuestra provincia la situación se agravó en los últimos meses, hay muchísimas más personas en los comedores y también los que piden la copa de leche» afirma Walter.

Noelia promedia los 25 años. Es de la CCC de Mataderos y trabaja en una cooperativa encargada de mantenimiento de un colegio, camina al lado de su pareja quien lleva a su bebé en brazos. No es su primera marcha.

Uno que peina canas sostiene un paraguas para cubrirse de la “lluvia de dólares” que lleva enganchados para emular las promesas presidenciales. Mientras los más jóvenes saltan y cantan: “Por eso yo te quiero dar, algo de corazón. Basta de bajos salarios, tarifazo y desocupación…”, “…estamos todos juntos nuevamente, la dignidad del pueblo no se vende, se defiende”, “…porque el hambre con Macri no se termina, soy piquetero, quiero ser gobierno, hoy salgo a luchar por un gobierno popular…”

Margarita de Villegas también milita en Barrios de Pie. Trabaja dando la copa de leche a los chicos, pero dice que por ahora no pudo cobrar. “La plata no alcanza”, aclara. Fabiana, del partido bonaerense de Laferrere, dice: “Hacemos productos de panadería. El país empezó a vivir una situación  inhumana”.

En las filas de la organización Compromiso Padre Múgica levantan una veintena de pancartas de monseñor Enrique Angel Angelelli, un símbolo de la lucha contra la dictadura. Apenas unos pasos por detrás aparece un banner con la imagen de Bergoglio como Papa Francisco con la frase “hagan lío”.

“Vengo por la salud pública, para que las empresas no desvirtúen nuestra profesión, la quieren transformar con sus coimas. También contra los despidos, y sobre todo por la memoria de los compañeros desaparecidos”, explica un visitador medico.

“Vengo por la salud pública, para que las empresas no desvirtúen nuestra profesión, la quieren transformar con sus coimas. También contra los despidos, y sobre todo por la memoria de los compañeros desaparecidos”, explica un visitador medico.

 

Mientras las organizaciones avanzan, los altoparlantes invitan a los vecinos de Floresta, en Rivadavia y Nazca: “Sumate a la caravana de la dignidad. Vamos a Plaza de Mayo donde tenemos una feria de productos de la economía popular.” La ambulancia de la CTEP con la cara del padre Mugica y el Che acompaña el paso al final de las columnas.

Un visitador médico transita descalzo. Es delegado sindical en Morón. “Vengo por la salud pública, para que las empresas no desvirtúen nuestra profesión, la quieren transformar con sus coimas. También contra los despidos, y sobre todo por la memoria de los compañeros desaparecidos”, explica.

La cartelería -además de las consignas de “Paz, Pan y Trabajo” y las T “Tierra, Techo y Trabajo”- siguen: “Somos lo que falta”, “basta de inflación, desocupación y del tarifazo”, “trabajo=dignidad”, “#MenosDrogas”, “en todas perdés vos: devaluación, quita de retenciones, aumento de tarifas, inflación, despidos, “merendero gaucho gil”, “el hambre es un crímen”, “quiero pan con manteca”, muchas acompañadas de globos con la leyenda “fuera Macri”.  “Nuestra fe será revolucionaria o no será nada”, reza la bandera argentina que sostiene un grupo de la JP Evita. Cantan algo sobre Kosteki y Santillán, y contestan que “trabajan, estudian y militan”.

Habrá que llegar hasta Plaza Flores para que se sume más ciudadanía.

 Sueltos

Emilio camina bajo una boina, con sus manos agarradas por detrás de la espalda. “Soy jubilado, tengo 89 años, vengo de Flores”, responde frente a cada pregunta.

Dos “vecinas de Flores sur, casi Bajo Flores” marchan del brazo, mientras una sostiene una banderita argentina en la mano. “Es la primera marcha a la que vengo pero estuvimos haciendo ruido contra el tarifazo”, explica una. Dicen que es importante estar porque “aumentó todo, el costo de vida es muy alto”. Promedian los 60 años. Critican que la “marcha está politizada”, pero están decididas a caminar junto a las banderas de Barrios de Pie.

Claudia también marcha del brazo con su compañero. Del otro lado ayuda el paso con un bastón. “Venimos porque tenemos pensamiento crítico. Yo ya cuento 65 primaveras”, apunta buscando una sonrisa. Y continúa: “Sabemos lo que se hizo en el pasado y no podemos dejar que Macri haga lo quiera. Hay que salir a la calle”. Claudia viene desde Flores y su pareja de Liniers. “Acá está todo, desde San Cayetano que estoy subiendo a Facebook” dice mientras desliza el índice por su teléfono celular.

“…estamos todos juntos nuevamente, la dignidad del pueblo no se vende, se defiende”.

“…estamos todos juntos nuevamente, la dignidad del pueblo no se vende, se defiende”.

La ex directora de un colegio de Caballito, jubilada “de las que paga ganancias”, dice por qué salió a la calle: “Para no traicionarme a mí misma, porque fui maestra villera y sé lo que padecen los chicos. También sé lo que hicieron en la Ciudad; cerraron cursos porque faltaba un alumno, no arreglaban el frente de una escuela de más de cien años que se caían los pedazos”.

“Fuimos esclavos del ayer pero dueños del mañana”, dice la remera de una decena de jóvenes y familiares de personas con problemas de adicción. “Mi hijo está en una granja de recuperación, le falta poco para salir porque son dos años de tratamiento”, se presenta una madre. “Estamos acá porque si los chicos consiguen trabajo, tienen algo en qué pensar, mantienen la cabeza ocupada”, completa.

En Parque Rivadavia unos vecinos al paso aplauden mientras exhiben orgullosos un cartel, con estética de imprenta, que dice “No al tarifazo”. Unas cuadras después, Ricardo sale a la vereda de la librería en la que trabaja, y sostiene dos hojas pegadas a un cartón escritas a mano, que dicen “basta de despidos” y “gracias pueblo”. En el camión de sonido, un vocero apunta: “El Papa dice que más importante que ser ciudadano es ser pueblo”. Y concluye: “Lo dijo Francisco, este sistema no se aguanta”.

Ya en Plaza Once las columnas de las organizaciones se nutren  aún más de familias con cochecitos, personas mayores, otras organizaciones como Patria Grande y Movimiento La Dignidad que suma al menos una cuadra más de extensión. Lo mismo pasa en la Avenida 9 de Julio. Los contingentes de Barrios de Pie de Avellaneda, la CCC de Berazategui y Varela, CTEP y Movimiento Evita de Zona Sur. La gente “suelta” se multiplica en el último tramo. Algunos marchan apenas un tramo. Otros muchos prefieren llegar directamente a la Plaza.

Actualizada 08/08/2016