Por Leandro Rojas Soto
Fotografía: Rocio Garcia

Miles de trabajadores circulan a diario como autómatas por las distintas líneas de trenes y subtes del barrio porteño de  Retiro. Disponen de tan poco tiempo que apenas si pueden detenerse unos minutos en algún puesto de comida al paso de los alrededores. Allí, en el hall central del Ferrocarril General Bartolomé Mitre, se destaca un local de comida rápida que es atendido por eficaces trabajadores con discapacidad. Se trata de Discapanch, una de las tantas empresas gastronómicas que hoy se encuentra en riesgo de cerrar sus persianas y mantener sus fuentes laborales, como consecuencia de los aumentos indiscriminados en los servicios y la suba en el contrato de alquiler.

 

Los costos

“El problema es no solo para Discapanch sino para todas las pymes. Aumentan los proveedores, los impuestos, los servicios y, en menor medida, los salarios. Y todo ese aumento en los gastos fijos no se puede trasladar a los productos que vendemos porque la gente tiene poco poder adquisitivo. Termina siendo una trampa sin salida”. Así lo asegura Saúl Macyszyn, dueño fundador de Discapanch.

Macyszyn denuncia que se ha multiplicado por cinco la tarifa de servicios que pagaba en las últimas facturas. “La boleta de luz registraba 2.000 pesos y ahora pago 11.000, lo mismo el gas y el agua. Aducen que el aumento se debe a que se trata de un local comercial. Pero pido que me acompañen en esta reflexión: esto es un comercio que está generando trabajo social, hay una función social de darle empleo a personas que seguramente han sido discriminadas en otros empleos. Esto no es un consumo de energía individual en mi casa”.

Macyszyn logró recibirse de Analista de Organización y Métodos, tarea de la que pudo trabajar varios años, hasta que el salto tecnológico redujo esa actividad que fue remplazada por la de analista de sistemas.

Macyszyn logró recibirse de Analista de Organización y Métodos, tarea de la que pudo trabajar varios años, hasta que el salto tecnológico redujo esa actividad que fue remplazada por la de analista de sistemas.

Por su parte, la concesión de los locales comerciales de las distintas estaciones de tren está a cargo de la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE), en la órbita del Ministerio de Transporte de la Nación. Actualmente, este organismo proyecta de convertir en hall de Retiro en un shopping. “Están sacando a los comercios chicos que no pueden convertirse en centros comerciales de categoría aumentándoles el alquiler entre un 37 y un 50 por ciento. Están previendo que el valor del alquiler debe contemplar este cambio de imagen, que va a demandar mayor marketing y que va a suponer mayor venta y consumo”, señala Macyszyn, también presidente de la Asociación Microemprendimientos Solidarios.

“Estamos dialogando antes de llegar a un conflicto judicial. Las fuentes de trabajo para personas con discapacidad están protegidas por dos leyes nacionales: la ley 26.378 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la ley 4.308, aprobadas internacionalmente ante la ONU. Por eso, busco un acuerdo para llegar a una modernización que mi empresa pueda pagar y mantener todas las fuentes de trabajo de mi empresa”, afirma.

 

Orígenes

Sobre la barra de la derecha hay una larga vitrina con cada nota periodística que hace referencia a la vida de Saúl Macyszyn. “Evita me salvó la vida cuando me accidenté a los 10 años. Un camión se había descontrolado, se subió a la vereda y me atropelló contra un alambrado, me produjo múltiples lesiones y  discapacidades, como la amputación de un brazo, disminución de la vista y de la motricidad de las piernas. Evita conoció mi caso y la situación social de mis padres, que eran muy humildes, y le pidió al doctor Ricardo Finochietto que me atendiera, un adelantado en materia de cirugía en la Argentina”, rememora este hombre de mirada franca detrás de sus grandes lentes. “Estaba convaleciente y no podía caminar. Evita me regaló un trencito para estar entretenido y rodeado de amiguitos”, agrega con nostalgia.

“Nosotros no nos sentimos discapacitados, nos sentimos personas con capacidades diferentes"  afirmaba Walter Gabriel Versaci.

“Nosotros no nos sentimos discapacitados, nos sentimos personas con capacidades diferentes» afirmaba Walter Gabriel Versaci.

Macyszyn se casó y tuvo tres hijos. En 2000 creó la Asociación Microemprendimietos Solidarios para colaborar en el bienestar de las personas con discapacidad, ofreciendo asesoramiento y capacitación gratuitos. Integró la Mesa de Diálogo en una comisión del Senado de la Nación sobre discapacidad como asesor honorario (sin remuneración), hasta que el organismo fue disuelto por la vicepresidenta Gabriela Michetti.

Macyszyn logró recibirse de Analista de Organización y Métodos, tarea de la que pudo trabajar varios años, hasta que el salto tecnológico redujo esa actividad que fue remplazada por la de analista de sistemas. Así, durante siete años, Saúl estuvo sin empleo fijo. En cada entrevista “era discriminado porque me faltaba un brazo”, dice mientras cubre su calva del frío de la estación con su boina negra. “De repente, me di cuenta que la única persona que podía darle empleo a Saúl Macysyn era Saúl Macysyn”, agrega con una sonrisa.

Así, en 1998, nació Discapanch como un modesto puesto de venta callejera de panchos, que estaba atendido por la familia Macysyn. Recién en 2001 Saúl pudo acceder, con el dinero de la venta de su casa, a la concesión de uno de los locales de la estación Retiro.

“‘Ahora voy a tomar personas con discapacidad’ -me dije. Voy a demostrarle a la sociedad que no tiene porqué discriminar. Si se les da una buena capacitación y una disposición ergonómica laboral adecuada -adecuar el lugar de trabajo y otorgar las herramientas para que la discapacidad no interfiera en la labor-, terminás teniendo un trabajador excelente”.

Cerca de un centenar de trabajadores han sido parte de las empresas de Macyszyn. Actualmente, Discapanch opera con 12 empleados, y diez de ellos son personas con discapacidad. El sueldo más bajo es de 13 mil pesos, según informa Macyszyn, quien por su parte se opone a la quita de subsidio para los discapacitados que han conseguido empleo formal.

 

Los trabajadores

Entre quienes trabajan en Discapanch se encuentra Walter Gabriel Versaci, de 41 años. Trabaja hace siete años como cajero. Está a cargo de un hijo de 13 y de sus ancianos padres. Versaci, que nació con hemiplejía congénita,  recuerda: “Trabajaba de modo informal en otro local de comida y también hacía changas para sobrevivir”. Y aclara: “Nosotros no nos sentimos discapacitados, nos sentimos personas con capacidades diferentes. Nos da bronca e impotencia que este lugar pueda cerrar. Toda empresa tiene que tener como mínimo un cinco por ciento de personas con discapacidad entre su personal y eso se cumple en pocos lados”.

Guillermo Martín Aguirre tiene 41 y es otro de los empleados que está defendiendo su fuente de trabajo. Cumple funciones como cajero  hace siete años y tiene dos hijos. “Trabajé en un maxikiosko, hacía changas y en la mayoría de los lugares donde fui a pedir empleo me cerraban la puerta apenas me veían”, asevera Aguirre y explica su estado: “Tengo un problema de nacimiento en la muñeca, pero eso no me impide ejercer funciones porque tengo mucha movilidad. Me manejo muy bien y soy muy eficaz. Acá en Discapanch me pude desarrollar y ayudar a mi familia y me siento bastante bien con eso”.

En tanto, Guillermo Claudio Molina nació con focomelia, una enfermedad que le produjo una malformación en los brazos. Tiene 31 años, una nena de 11 y un nene de 5. Entró a trabajar en la panchería en diciembre de 2014 como ayudante de cocina. “Fui ayudante de albañilería, de pinturería, fui vendedor ambulante, fui parte de la Lotería Solidaria también”, dice y agrega: “No sufrí discriminación de modo directo, pero se sabe que por atrás existe y que no te llaman porque ya te juzgaron como una persona que no va a poder con la tarea que se le mande o que no va a dar con la presencia que demanda una empresa. Directamente te niegan la posibilidad de demostrar que sí podés y con eso te niegan también la integración social”.

El joven Maximiliano Escobar tiene 21 años y hace seis meses consiguió su primer empleo como ayudante de cocina. Maximiliano perdió el 80 por ciento de su capacidad auditiva y aún así contribuye con la economía de su familia. Busca darle el mayor bienestar posible a su padre quien padece diabetes y está atravesando por un cáncer cerebral. “Un poco mi enfermedad me afecta para realizar ciertas tareas; por ejemplo, intenté estar en la barra atendiendo pero me pasa que no puedo reaccionar a tiempo frente a lo que me están pidiendo. Justamente porque no puedo escuchar. Pero acá Saúl y mis compañeros me tienen paciencia y me ayudan en todo lo que pueden”, manifiesta Maximiliano.

Saúl Macyszyn, titular Panchería Discapanch. Martes 28 de junio de 2016, Ciudad de Buenos Aires. Fotos Rocío García/ ANCCOM

“Estaba convaleciente y no podía caminar. Evita me regaló un trencito para estar entretenido y rodeado de amiguitos” afirmaba Saúl Macyszyn.

 

El futuro

Desde que se desató el conflicto con SOFSE, Discapanch tuvo una serie de inspecciones por parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos, de Control Bromatológico de los Alimentos y del Ministerio de Trabajo. “Siempre tuvimos inspecciones cada dos meses, pero de repente se desata este conflicto y surgieron un montón de inspecciones casi al mismo tiempo”, dice Macyszyn y añade: “No encontraron nada para sancionarnos, lo único que me dijeron es cambiar una mesada de madera por una de acero inoxidable, que me metió en un gasto más de 70.000 pesos para adecuarme a las exigencias de la inspección”.

Finalmente Macyszyn concluye: “Discapanch está trabajando en el límite de ser deficitario y en el mes de julio con el pago de aguinaldos Discapanch será deficitario. Así que ojalá este mensaje lo escuche Gabriela Michetti, que disolvió la Comisión de Discapacidad y lo escuche también el ministro de Trabajo Jorge Triaca y el de Transporte Guillermo Dietrich: todo gobierno debe otorgar una distinción a toda PYME que genere una función social, no solamente con la discapacidad sino con toda problemática social. No por recaudar más se puede descuidar la política social de un gobierno”.

 

Actualizada  26/07/2016