Por Santiago Caviglia
Fotografía: Gentileza Viviana Semienchuk y Cecilia Franco

Se saben minoría. Forman parte  de un universo gobernado históricamente por los hombres pero su pasión y su vocación fueron más fuertes que los prejuicios y los  estereotipos. Pero a pesar de todas las dificultades, las mujeres  están ganando cada vez más espacio en los principales medios periodísticos deportivos del país y quieren hacer oír su voz, su opinión, y también, que se las valore por su capacidad y no por sus cualidades estéticas.

«Aceptan que una mujer entreviste a los jugadores, pero no admiten que opine sobre fútbol. Si hacés eso, es punto final. Cuando se trata de opinar sobre fútbol: no te dejan. Puedo ir y preguntarle a un tipo ¿cómo fue tu gol? ¿Estás contento? ¿Terminaste cansado? pero no preguntarle por qué estuvo parado todo el partido. Creo que el comentario irrita a los hombres”. Esta declaración fue hecha por Eglis Giovanelli , la primera periodista deportiva mujer que tuvo nuestro país. Entre fines de los años setenta y comienzos de los ochenta Eglis trabajaba en la prestigiosa tira radial “La Oral Deportiva” por Radio Rivadavia junto a José María Muñoz.  Sin duda, fue una pionera que tuvo que luchar sola contra el prejuicio constante de una sociedad que aún al día de hoy no logra aceptar que las mujeres puedan opinar libremente en los medios de comunicación masivos deportivos. ANCCOM entrevistó a tres periodistas de la actualidad para saber cómo es la vida de las mujeres en esta profesión predominantemente masculina.

Los orígenes

Ángela Lerena, al menos hasta el año pasado, era una de las pocas mujeres que trabajaban en la transmisión de “Fútbol Para Todos”. Hacía campo de juego, donde entrevistaba a los protagonistas de los partidos que le toca cubrir. Pero su pasión por el deporte nació junto a ella: “El Fútbol  ya me gustaba  desde muy chiquita. En esa época, cuando no había tantos partidos televisados por la televisión de aire, se escuchaba mucha radio y me encantaba. Luego, empecé a hacerme amigos para ir a la cancha, en el tren, en el colectivo, hasta en las vacaciones. De esa manera ya tenía un montón de conocidos que veíamos los partidos juntos desde la tribuna”.  Ángela también estudió en Ciencias de la Comunicación  en la UBA y le faltó hacer sólo la orientación, pero las obligaciones laborales le impidieron terminar la carrera ya que entró a trabajar en TyC Sports desde muy chica, a los 19 años.  

Ayelén Pujol es periodista deportiva desde hace once años y la mayor parte de su trayectoria la realizó en la prensa gráfica: “Desde muy chica me gustan los deportes, en particular el fútbol, y también me gustaba jugarlo. Y eso que no vengo de una familia futbolera, donde se respirara ese aire”, dice y agrega: “Mi familia tenía un puesto de diarios y yo me enganchaba con las publicaciones y eso me fue marcando para el futuro”, agrega.

Gabriela Previtera también lleva una importante trayectoria en medios de comunicación masivos deportivos. Últimamente se la pudo ver en tele en la TV Pública y en DeportTV: “Siempre fui muy curiosa , muy preguntona. Mi mamá me decía que iba a ser periodista. Desde chica, desde los 8 años, ya sabía que quería ser periodista. Además, veía que había muy pocas mujeres en el periodismo deportivo y eso también era algo que me entusiasmaba”, cuenta.  “Estudié en Deportea, también locución y Abogacía pero las terminaba dejando  porque trabajaba full time. Hice cursos de redacción, fotografía, y hasta de relato deportivo. Aunque creo que nuestra sociedad aún no está preparada para escuchar un partido de futbol relatado por una mujer”, señala.

Luchar contra el prejuicio

“Cuando entré a TyC Sports era una de las pocas mujeres que había en el canal trabajando de periodista, y en mi puesto que era cronista yo era la única”, cuenta Ángela que agrega: “Siempre noté una subestimación dentro del periodismo con varios colegas, a mí me costó mucho que me manden a cubrir partidos de fútbol, al comienzo me enviaban a cubrir otros deportes, que también me gustaban, pero a mí lo que más me gustaba cubrir era fútbol hasta que me empezaron a dar un lugar de a poco en los partidos del ascenso”.

El caso de Ángela no es para nada aislado y parece ser una constante. Ayelén cuenta sobre sus primeros años: “En  mis comienzos en Clarín podía observar el trato que había respecto a las mujeres. Simplemente por una cuestión de género y sin  medir  la capacidad que podíamos tener respecto a los hombres, a nosotras se nos mandaba a cubrir otros deportes o tareas no tan predominantes”. Y no fue el único lugar donde notó estas diferencias: “En la producción de ESPN éramos solo dos chcicas y teníamos un jefe que no le gustaba trabajar con mujeres. Si había ascensos o cargos importantes vacantes las mujeres era más difícil acceder”.

Y así fue la llegada de Gabriela a los medios: “Entré a la tele por esas cosas del destino. Estaba por cerrar un casting en TYC Sports y llegue con lo justo a enviar el cv y presentarme. Por suerte quedé entre 10 y esas 10 tuvimos que ir al programa y la gente nos tenía que votar para ver quien quedaba, hasta que finalmente quedé yo”. Desde su óptica, también tiene un punto de vista cercano al de las chicas sobre el prejuicio y la valorización de la mujer en este ámbito: “Respecto al trato que veo para la mujer dentro del periodismo ni siquiera te voy a decir que lo vi solo en los primeros años, hasta el día de hoy es como que en muchos lugares se la cosifica y se la ve como una figura decorativa”.

El rol actual

Una de las consecuencias del prejuicio hacia la mujer dentro del periodismo deportivo se ve reflejada en los puestos que ocupan en los distintos medios de comunicación. Al respecto, ésta es la mirada de Ángela: “Hoy se avanzó mucho en la cantidad de mujeres en medios deportivos, pero no tanto en la calidad del espacio que nos brindan, que es siempre secundario en comparación al de los hombres. Por suerte tenemos el ejemplo de Viviana Vila que comenta paridos en FPT y ése es un espacio puramente de opinión, privilegiado para los hombres”

La periodista añade: “La mayoría de las mujeres aún hoy ocupan en su mayoría un rol decorativo o secundario respecto a los hombres. Siempre los roles principales son asignados a ellos, independientemente de la calidad y capacidad que puedan tener las mujeres periodistas”.

Ángela va un poco más allá y agudiza su análisis, extendiendo esta situación a los medios en general, extrapolando esta situación por fuera del periodismo deportivo exclusivamente: “Esto pasa en  la televisión en general, no busca mujeres con alta capacidad intelectual, sino que los requisitos son más estéticos, físicos.  Allí es cuando se tiende la trampa y se refuerza el prejuicio: cuando la mujer quizás no sabe tanto de deporte, y la hacen opinar, quizás realiza un comentario equivocado y esto termina repercutiendo en que se genere una ola de críticas machistas pidiendo la expulsión de mujeres  del periodismo deportivo para que vayan a lavar los platos. Por esto, es que cada lugar que logramos conseguir por méritos propios, debemos cuidarlo, ser lo más profesionales que se pueda y de ésta manera, tratar de ser un ejemplo para las demás chicas que vienen detrás de nosostros”.

Pujol también nos da su punto de vista sobre este tema: “Las chicas que ves en los medios es como que tienen que cumplir con ciertos requisitos físicos para estar. Es un factor que juega y las chicas que vemos parecen cumplir con estas condiciones y estereotipos”.

Previtera, desde un punto de vista cercano al de Lerena, es más crítica con las personas encargadas de buscar, seleccionar y poner en el aire a mujeres que quizás no estén tan capacitadas para trabajar en un programa de deportes: “Yo no cuestiono a las chicas que actualmente ocupan puestos en medios deportivos y no están quizás muy preparadas para hacerlo; en todo caso, la culpa es de aquellos productores que las tomaron en lugar de darle el puesto a otra periodista mujer que esté más capacitada para hacerlo y se preparó para hacer eso”.

Y también introduce el concepto de “cosificación”: “A la mujer  en el periodismo se la cosifica cuando sólo importa que esté buena aunque no sepa decir tres palabras de corrido. Se la cosifica porque al que la contrató  no le importa si no sabe nada de ningún deporte sino solo que esté buena y tener más rating en base a eso”. Y agrega: “Yo no quiero ponerme en ese lugar, quiero que se me valore por mi capacidad y no por si tengo buen físico o por si soy linda o fea. Considero que provocar desde mi imagen obligaría a que presten atención a mi imagen y no a lo que yo quiero contar o la noticia que voy a presentar”.

De esta manera, Previtera piensa que muchas veces las periodistas que realmente están capacitadas para llevar adelante su trabajo terminan viendo perjudicada su imagen por este tipo de situaciones o consecuencias colaterales. Si bien esto pasa también en los hombres (periodistas que no ejercen bien su profesión) se diluye en la cantidad que hay, entonces es mucho más evidente cuando pasa con las mujeres. “Muchas veces te terminan juzgando por las chicas que están en los medios, lindas, atractivas pero que no saben mucho de deportes, entonces terminan  metiéndonos a todos en la misma bolsa y perdemos”, resume Previtera.

El periodismo deportivo

Nuestro país está fuertemente atravesado por la pasión por el deporte (sobre todo por el fútbol) y el negocio que está a su alrededor. Por esa misma razón, existe una enorme producción de programas televisivos y radiales, además de diarios y revistas deportivas. Dentro de ella, aparece una creciente tendencia a la creación de programas que apuntan más a la espectacularización del deporte y sus protagonistas que a la información y el análisis sobre él. “El periodismo deportivo actual tiene muchos vicios. Está muy dedicado al show, al impacto, más al espectáculo que al análisis del juego en sí. Me gustan poco los programas que hay, eligen temáticas polémicas, cosas vacías, que no dejan nada. La televisión cada vez es menos interesante. Quizás la gráfica es más interesante pero las condiciones en las que se trabaja no son las mejores.”

Y una de las consecuencias de que este tipo de programas y periodistas tengan tanto rating y protagonismo termina repercutiendo en sus audiencias: “Finalmente se alimenta el exitismo de la gente: sirve, no sirve, ganador, fracasado. Esto es algo destructivo, a mí me gusta hacer pensar a la gente, debatir ideas y no centrarme en polémicas baratas, sin contenido. Por ejemplo, me gusta dar el ejemplo del rugby, un trabajo a largo plazo, con esfuerzo, conciencia, trabajo en equipo y respeto por los procesos. De todas formas creo que se puede lograr un periodismo mejor y mucho depende de nosotros, de los periodistas”.

Pujol –cuya trayectoria en el periodismo deportivo estuvo más vinculada a los medios impresos- aporta un nuevo punto de vista: “En la gráfica creo que se labura más seriamente que en la tele, donde reina más el amarillismo, la espectacularización “.

Previtera, por su parte también es crítica con el periodismo deportivo actual, y encuentra otros aspectos desde donde cuestionarlo. Pero también  rescata y valora a aquellos que  son dignos representantes de esta profesión: “Hoy en el periodismo actual vemos una mezcla de todo; por un lado vemos lo que la sociedad quiere y que vos entendés que vende y está más vinculado a cierto amarillismo, y por otro lado hay cierto ´amiguismo´ de periodistas que se hacen amigos de los jugadores y luego no pueden medir con la misma vara ciertas situaciones. En televisión tenés a Ángela Lerena, Viviana Vila, Verónica Brunatti  que entendemos como es el juego de la televisión, sabemos poner límites e hicimos que en el periodismo deportivo se nos respete. Esperemos hacer escuela en  este sentido”.

Tiempo de descuento

La charla con Lerena deja la sensación de haber hablado con alguien que hace mucho que está en este  medio y conoce muy bien cómo es su dinámica de funcionamiento actual. También, que tiene muy en claro cuál es el rol que ocupa dentro de este mundo: “Soy parte de una generación de periodistas deportivas mujeres que queremos hacernos valer por nuestra capacidad, y que se nos reconozca por ello.“ Pujol, por su parte, está momentáneamente alejada de los medios deportivos. Actualmente trabaja en el equipo de prensa de un legislador pero no descarta volver a ejercer el periodismo deportivo, su pasión, en cualquier momento.

Previtera también es muy consciente de su rol dentro de los medios y de cómo funcionan estos hoy en día: “Yo como tantas otras mujeres del periodismo deportivo actual soy de las que luchamos para demostrar que la belleza externa no tiene nada que ver con los conocimientos. Algunas mujeres pudimos avanzar en el periodismo deportivo y demostrar que no hace falta ser modelo para ejercerlo.”

Son pocas pero pese a todas las dificultades que aún hoy enfrentan no se dan por vencidas y quieren seguir dando pelea, sumando nuevas compañeras que desean ser elegidas y valoradas por su capacidad y no por su apariencia. Que puedan y se les permita un espacio mayor,  también hablará de una sociedad que está creciendo y evolucionando en búsqueda  de mayor igualdad.