Por Delfina Corti
Fotografía: Daniela Yechua, Deborah Valado, Romina Morua

Leandro N. Alem y Sarmiento. 11 de la mañana. Un grupo de 100 personas, rodeado por otras 200 que acompañan una lucha, una más de los trabajadores que deciden los pasos a seguir: “Su objetivo es desgastarnos, tenemos que contar con un elemento para forzar una conciliación obligatoria”, “nos están dando la peor parte del decreto”, “la pelea es adentro del edificio, nos tenemos que exponer”, “queremos luchar, pero no vamos a entrar a la fuerza”. En la puerta del Centro Cultural Kirchner (CCK), se escuchan diferentes voces, diversas posturas, pero todas con una misma conclusión: “A un trabajador no se le puede negar su lugar natural y ese lugar, en nuestro caso, es el CCK”, afirma Hernán Granovsky, delegado del Centro Cultural.

Por orden de las nuevas autoridades, el pasado sábado 2 enero 530 trabajadores del Centro Cultural Kirchner no pudieron acceder a sus puestos de trabajo porque su ingreso al edificio estaba prohibido. La medida ocurrió sin previo aviso, sin ninguna nota formal, sin ninguna resolución ni acto administrativo. La modalidad fue una lista que identificaba a quienes tenían restringido el acceso. “Al entrar al edificio, nos encontramos con una lista con nombre y apellido de aquellos que sí podían ingresar, en su mayoría gente de mantenimiento y recursos humanos, y de quienes no teníamos permitida la entrada”, cuentan dos trabajadoras del CCK, quienes prefirieron mantener en reserva su identidad por medio a mayores represalias. “Si bien sabemos que nuestro futuro pende de un hilo, pensamos que se iba a respetar el acuerdo al cual se llegó la semana pasada”, agregan.

El martes 29, después de tres semanas de cimbronazos permanentes, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) había llegado a un acuerdo con Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, bajo cuya esfera se encuentra ahora el CCK. Lombardi les había prometido su continuidad laboral durante los tres meses que se hiciera efectivo el Decreto 254/2015: “La semana anterior tuvimos una reunión con Lombardi, quien se comprometió por la continuidad laboral de los 530 trabajadores del CCK. Iba a hacer efectivo el decreto presidencial, no obstante garantizó durante los tres meses de revisión, la renovación de los contratos. Ayer los trabajadores se encontraron con las puertas cerradas”, sostiene Diego Martínez, dirigente de ATE. “Al ingresar al edificio, nos recibió una persona de Recursos Humanos que nos comunicó que nuestros contratos ya no eran reconocidos -explica  Hernán Granovsky-  y como solución nos dijeron que nos iban a evaluar para decidir nuestra continuidad o reubicación en el nuevo organigrama del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos”.

Los cambios con la nueva gestión

La mayoría de los trabajadores del CCK contaba con un contrato que finalizaba efectivamente el 31 de diciembre. Sin embargo, antes del 10 de ese mismo mes, se llegó a un nuevo acuerdo y se firmaron los nuevos contratos por un año más. De este modo, los trabajadores tenían asegurada su continuidad. No obstante, una serie de medidas modificaron el panorama.

La primera medida que tomó el gobierno de Mauricio Macri a través del decreto 254/2015 instruyó a ministros, secretarios y autoridades a revisar los procesos concursales y de selección de personal de los organismos descentralizados, así como empresas y sociedades del Estado. Como primera respuesta ante esta normativa, ATE llamó a un paro nacional  la semana pasada con el principal objetivo de impedir los despidos masivos. Lombardi garantizó la continuidad de los 530 trabajadores del CCK durante los tres meses que se hacía efectiva la revisión.

La segunda medida fue bajo la dirección de Gabriela Ricardes, flamante secretaria de Contenidos del Sistema Federal de Medios Públicos y parte del equipo de transición que se está haciendo cargo del CCK, quien no reconoció los nuevos contratos. A partir de ahí, los trabajadores ya no pudieron ingresar a su puesto de trabajo. “El sábado, primero, nos comunicaron que el CCK estaba cerrado porque iba a abrir únicamente de lunes a viernes. El lunes, nos encontramos con la decisión de no dejarnos ingresar al edificio. Nos comunicamos con el secretario de Ricardes, Diego Fernández, quien se excusó con el paro que realizamos para no reunirse con nosotros”, cuenta Marcelo “Nono” Frondizi, secretario de acción política de ATE Capital. “Recibidos por personal de Recursos Humanos, se nos informó que seríamos sometidos a entrevistas laborales sin estar en nuestros puestos de trabajo, de hecho, que nos retiremos a nuestras casas y que ellos se irían comunicando con cada uno de nosotros. Justificaron estar recolectando la información para ver cómo entraría en el nuevo organigrama del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, y que llegado el momento, ellos se comunicarían. Nos invitaron a llenar un formulario con los datos que ya fueron dados y que incluso se encuentran en nuestros legajos”, relatan los trabajadores en el comunicado subido a su perfil de Facebook “Trabajadores del Centro Cultural Kirchner”. Ante  esta medida, vino la segunda respuesta de los trabajadores: mantener un estado de asamblea permanente, acompañados por los sindicatos ATE Capital y UPCN Cultura, a la espera de una negociación con Lombardi o Ricardes.

Estado de asamblea permanente

Leandro N. Alem y Sarmiento. 12 del mediodia. 300 personas se reúnen en las escaleras del Centro Cultural Kirchner para exigir la reincorporación de los 530 trabajadores. Múltiples banderas de ATE, banderas con escritos – “Por el trabajo y la cultura pública”, “#TrabajadoresCCK”, “El CCK no se abre sin sus trabajadores. Renovación de los contratos” y cánticos contra Lombardi y en defensa de los derechos de los trabajadores ambientan la lucha. En este escenario se escucha la voz de “Nono” Frondizi: “Otro días más y las autoridades no nos atienden. Lo único que vale es la firmeza. Cada trabajador tiene que llevar el pan a su casa. Quieren un plan de ajuste para destruir lo que se logró durante estos doce años. No hay que tener miedo. Así lo demostró el conjunto del movimiento obrero. Somos peronistas y no nos vamos a rendir. Vamos a proteger el proyecto del CCK porque es el proyecto público que defendemos”.

La lucha continúa y los trabajadores convocan al público, artistas, trabajadores, organizaciones sociales y culturales, medios y a todos los que quieran acompañarlos, el próximo jueves 7 de enero a las 16, a encontrarse en la puerta del Centro Cultural Kirchner. La autoridades no responden, pero los cánticos no dejan de sonar mientras se despliega una bandera que corta un carril de la avenida: “Soy estatal, mi trabajo son tus derechos”. Son trabajadores y el CCK es la cultura pública.