Por Paula Moretón
Fotografía: Andrea Kain

“La moto es libertad pura, llevar el alma afuera, y cuando estás re loca ponés primera y te olvidas de todo”, dijo Alejandra Haldvbourt, una de las integrantes del grupo “Mujeres Motociclistas Argentinas”, cuando se refería a los motivos que la impulsan a subir a su moto todos los días.

Para Mujeres Motociclistas, la moto es una parte más de su cuerpo. No sólo un medio de transporte, sino una filosofía de vida que las define. El grupo comenzó hace cinco años con 42 jóvenes de la Ciudad de Buenos Aires que se unieron a través de las redes sociales, y hoy ya suman más de 500 en todo el país.

“La mujer en moto tiene otra impronta. Te paras sobre la moto y decís yo sé a dónde voy, yo elijo mi camino y mi destino”, dice Marcela La Tata Pérez, fundadora  del grupo, que maneja una Honda Vmen. La liberación sexual en los  años 60 y la industria de la música joven aparecieron en sintonía con las motos. Entre la música y las modas se generó un estilo de vida: “En la década del 60 mi papá se vestía como Marlon Brando y era motoquero. Escuchaba a Elvis Presley, era hijo del Rock and Roll -dice Marcela y agrega:- todo era rebeldía, aparecieron los anticonceptivos, el rock and roll y apareció la moto”.

El grupo de Facebook «Mujeres motociclistas argentinas» suma más de 500 integrantes de todo el país.

Fue recién en 1980 cuando comenzó a ser masiva la práctica en Argentina y, si bien la imagen del motociclista era masculina, las mujeres también se subieron. Renée Castro tiene 37 años, maneja una  Honda Twister y es mecánica de motos: “También estoy estudiando para piloto de carrera de motos. Estoy a full porque me encanta, me hace muy feliz”, dice Renée, quien además de formar parte de Motociclistas Argentinas, es miembro de otros clubes motoqueros.

A pesar de todo, las motociclistas aún se encuentran con ciertos prejuicios: “Pasa también que muchos nos encasillan en la idea de que la mujer que maneja una moto no es femenina”, cuenta Mariela Córdoba, que tiene 40 años y es la única mujer con una Ducati en Argentina. “En realidad –completa- la mayoría somos madres, tenemos hijos, estamos casadas y tenemos una vida aparte de la moto”. Según Pérez, la idea de su agrupación es precisamente esa: “Lo que buscamos desde Mujeres Motociclistas es fomentar la imagen de la mujer femenina, que se sepa cuidar y proteger, que viaje segura. Somos mujeres muy independientes”.

El Walkyria Gruppe de Rosario ha realizado caravanas solidarias para hogares de huérfanos y proyecta continuar con la iniciativa.

Para ellas, andar en moto puede tener también un fin solidario. Carina Belkis, de Walkyria Gruppe de Rosario, cuenta que con sus compañeras motociclistas hicieron caravanas solidarias para hogares de huérfanos, “y vamos a seguir haciendo más”. La pasión y la adrenalina de la moto se manifiesta en todas, en buscar la libertad y sentirse parte de un grupo humano: Lo que yo busqué desde el comienzo es que nos juntemos. Que en cada lugar, en cada barrio, se junten las mujeres que andan en moto y se conozcan. Y lo estoy logrando. Es eso, generar la amistad”, concluye La Tata Pérez.