Por Agustina Corral
Fotografía: Gentileza CAJ

Los chicos están sentados, concentrados en sus cuadernos. La profesora acaba de leer un cuento y los garabatos surgen y se multiplican a toda velocidad en los cuadernos. La coordinadora pregunta si falta mucho, junta las hojas y los inquietos estudiantes pueden salir al patio. Todos a la carrera. Afuera los espera la tallerista de Capoeira. Es un hermoso sábado por la mañana en la escuela n°25 de Wilde, en el partido de Avellaneda, y el Centro de Actividades Juveniles (CAJ) funciona  a pleno.

Enmarcados en el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente 2012-2016, los CAJs tienen como propósito ampliar y mejorar las condiciones y formas de acceso, permanencia y egreso de los jóvenes en las escuelas. También fortalecer sus trayectorias educativas a través de la participación en diferentes acciones organizadas en tiempos y espacios complementarios y alternativos a la jornada y al horario escolar.

Según datos oficiales, 190 mil jóvenes de 2.542 escuelas de todo el país asisten a los CAJs, financiados íntegramente por el Ministerio de Educación de la Nación. En el programa trabajan unos 12 mil talleristas de distintas áreas.

La principal responsable del programa desde 2012 es Patricia Rodríguez. La coordinadora por el Ministerio de Educación destaca la implementación del programa en casi todo el territorio nacional, aunque lamenta que en la Ciudad de Buenos Aires no se haya puesto en marcha. “Participan 23 provincias y la única jurisdicción donde no tenemos potestad es en la Capital Federal. El Ministerio de Educación porteño nunca quiso firmar convenio, nosotros sí. Los CAJs son una política de Estado, se proponen anualmente y en la Ciudad –aunque no abiertamente- siempre se rechazó la propuesta. No se lograron avances de ningún tipo”, puntualiza en diálogo con ANCCOM.

Centros de Actividades Juveniles (CAJ). COL JORGE W. ABALOS , LOS TELARES , SGO. DEL ESTERO . 2015   FOTOS GENTILEZA CAJ.

Los participantes del CAJ de Los Telares, Santiago del Estero. 

En la implementación de los CAJs intervienen, aportan recursos y equipos técnicos, la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas del Ministerio de Educación de la Nación y las direcciones de Nivel, direcciones y coordinaciones de Políticas Socioeducativas de los ministerios provinciales.

A nivel programático, los objetivos principales son contribuir con la calidad educativa; generar las condiciones adecuadas para la construcción de aprendizajes significativos para los jóvenes en la escuela; fortalecer estrategias de inclusión escolar y pertenencia institucional de adolescentes y jóvenes que, por distintos motivos, no están cursando estudios en el nivel secundario; y promover el recorrido por espacios complementarios a los curriculares para la apropiación de conocimientos. “La idea no es pensar que el CAJ es el espacio para la realización de estos fines y la escuela no, sino poder trabajar en conjunto y ver qué está pasando con los jóvenes. También es una manera de interpelar a la escuela secundaria. En este sentido, los CAJ vienen a cuestionar un poco lo que es el origen de la escuela, su matriz conservadora. La finalidad es que haya un diálogo entre estos dos formatos y que se interpelen y dialoguen”, reflexiona Rodríguez.  

El trámite para poner en marcha los talleres que dan vida a las escuelas cada sábado supone una articulación entre el Ministerio de Educación de la Nación  y cada una de las jurisdicciones. Tras la firma de los convenios marco entre la Nación y los distritos, las instituciones educativas que desean incorporarse formalizan la solicitud a las autoridades provinciales y al Equipo Jurisdiccional. Cada distrito puede definir los días y horarios de funcionamiento en los CAJs, privilegiando los sábados para el desarrollo de las actividades. En todos los casos deben cumplir por lo menos con una jornada semanal de cinco horas para llevar adelante las actividades.

Centros de Actividades Juveniles (CAJ). Escuela Secundaria N°17, Villaguay, Entre Rios. 2015   FOTOS GENTILEZA CAJ.

Las participantes del CAJ de la Escuela Secundaria N°17, Villaguay, Entre Rios. 

 

Los CAJs están abiertos para los estudiantes de las escuelas donde se desarrollan las actividades y jóvenes de la comunidad que pertenezcan a otras instituciones educativas. También para aquellos que no asistan a ninguna escuela. Además, el Programa se implementa bajo la modalidad de Educación en Contextos de Encierro, lo que implica el trabajo con jóvenes involucrados en procesos judiciales pendientes de resolución o resueltos y que se encuentren alojados en instituciones de encierro.

Cada escuela puede optar entre las orientaciones de Educación Ambiental, Arte, Comunicación y Nuevas Tecnologías, Ciencia y Deportes. A su vez, el Programa retoma la propuesta del Ministerio y propone el trabajo de tres ejes transversales: Participación Juvenil y Derechos Humanos, Prevención del Consumo Problemático de Drogas y Educación Sexual Integral. “Tanto las orientaciones como los ejes transversales fueron seleccionados en función de los lineamientos trabajados por el Ministerio y que están presentes en todas sus políticas”, afirma Rodríguez.

El programa también contempla un Proyecto Transversal de Lectura y Escritura, con prácticas que amplíen la formación literaria y multipliquen los encuentros con la cultura escrita. “Una de las cosas más importantes es que los chicos pueden tomar la palabra, porque en definitiva todos los talleres del CAJ tienen que ver con apropiarse e ir construyendo ellos y con los demás su propia subjetividad, ya sea desde la palabra, el canto, el baile o cualquier actividad física. Otra cuestión fundamental es la reivindicación del placer: no estar pendientes de la nota, de lo ‘correcto’ o ‘incorrecto’ que en el caso de la lectura y la escritura están muy asociadas a la práctica escolar. Poder volver al disfrute de eso y vincularlo con lo lúdico. Creo que ahí hay un componente creativo e imaginativo inmenso”, subraya  Micaela González, profesora de Escritura Creativa, en diálogo con ANCCOM.

Centros de Actividades Juveniles (CAJ). Escuela Corbeta Uruguay , Pinamar, Buenos Aires,  2015   FOTOS GENTILEZA CAJ.

Participantes del CAJ de la escuela Corbeta Uruguay en Pinamar, Buenos Aires.

 

Otro proyecto dentro de los CAJs -y que está vinculado con la orientación de Comunicación y Nuevas Tecnologías- es el de Radios Escolares, que se realiza en conjunto con la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) y la Autoridad Federal de Servicios Audiovisuales (AFSCA) y propone el desarrollo de diferentes estrategias y ámbitos de trabajo escolar que estimulen la investigación, la expresión y el intercambio entre los alumnos, los educadores y la comunidad.

El proyecto impulsa el uso del medio para la comunicación y el aprendizaje, y se lleva adelante a partir de experiencias regionales o provinciales con equipamiento básico para la comunicación radiofónica.  “Hay 197 radios escolares al aire y son una herramienta pedagógica fantástica para los jóvenes. A partir de esto también se han dado muchas cuestiones de acreditación de contenidos con trabajo con los docentes, capacitación y asistencia técnica. Este año vamos a terminar de instalar 240 radios en convenio con el AFSCA”, señala Rodríguez.  

En las escuelas, los alcances del programa se traducen en el vínculo con los estudiantes. Así, lo explicita la coordinadora de la Escuela n°25 de Wilde. Belén Gessaroli traza la historia del establecimiento con los ‘talleres de los sábados’. “Comenzamos hace poquito, unos tres meses aproximadamente, pero lo que más rescato es el vínculo que se va formando con los chicos. Desde entrar la primera clase sin conocernos y brindarse, empezar de a poquito, tímidos, sin demasiada confianza; al día de hoy, se nota muchísima diferencia: se sienten mucho más cómodos, nos cuentan cosas bastante personales y nosotros tratamos de orientarlos. Eso también es lo bueno del Centro de Actividades, no solamente lo lúdico sino  también la parte emocional, espiritual, los valores, que puedan expresarse, que puedan decir lo que sienten , ya sea a través de la escritura, la radio o el cuerpo y salir un poco de la rutina de ellos que quizás no es tan buena”, subraya.

Centros de Actividades Juveniles (CAJ). Corbeta Uruguay , Pinamar, Buenos Aires,  2015   FOTOS GENTILEZA CAJ.

Pintando murales con el CAJ de la escuela Corbeta Uruguay, Pinamar, Buenos Aires. 

Los chicos se toman su tiempo para entrar en confianza con sus talleristas. Los abrazan, se dejan abrazar, hacen chistes y colaboran aunque quizás la actividad de ese día no sea su favorita. Tamara Goncálvez, de 13 años,  pasó de no querer saber “nada” con la radio porque le daba vergüenza, a acompañar a la tallerista de Radio cantando jingles en las tandas comerciales. “Al principio venía para no estar en casa ayudando a limpiar o aburrida. Pero ahora me gusta estar con la gente del CAJ y compartir las reuniones de los sábados junto a mi amiga Antonela y uno de mis hermanos”, reflexiona. Cada tanto sorprende a todos con sus riquísimas tortas fritas caseras.