Por Leandro Rojas Soto
Fotografía: Daniela Yechua

A fuerza de costosas campañas de marketing, Coca-Cola ha soñado, desde sus orígenes, en mayo de 1886, que su imagen sea asociada con un mundo colorido, optimista y sin fisuras. Su última campaña publicitaria a nivel global busca convencer de que no hay problemas, por más adversos que estos parezcan, que no puedan resolverse con tan sólo destapar una botella de gaseosa, envase que por estos días se ha convertido en un objeto artístico para la compañía. Y no hay dudas de que la fórmula secreta de Atlanta sigue aumentando la felicidad (al menos la de sus dueños y sus empresas asociadas).

“Primero esperaron unos meses y comenzaron a echar a más de 40 personas, todos con familia, después centralizaron los almacenes en un depósito inteligente en el Mercado Central y sacaron a otras 40. Finalmente, en Pompeya nos echaron a 20 compañeros”, comentó uno de los despedidos.

Como parte de su política para aumentar la rentabilidad, anunciado en octubre del año pasado, la multinacional viene aplicando recortes y precarizando las condiciones laborales en forma gradual, según denuncian los trabajadores de la compañía. Durante el período comprendido desde julio de 2015 hasta la actualidad, la empresa mexicana FEMSA, franquicia distribuidora de los productos de Coca Cola,  ha sumado más de un centenar de despidos, contando los de las centrales de Monte Grande, en la provincia de Buenos Aires, y de Avenida Alcorta, en el barrio porteño de Pompeya. Los empleados que conocen bien el funcionamiento de esta última planta dan cuenta de las políticas de ajuste de la compañía.

Cristian Durán fue despedido de la factoría de Pompeya. De acuerdo con su testimonio, Coca-Cola-FEMSA, que tiene la distribución de los productos de la compañía estadounidense en Buenos Aires y alrededores,  lleva adelante una fuerte campaña de precarización laboral: “Primero esperaron unos meses y comenzaron a echar a más de 40 personas, todos con familia, después centralizaron los almacenes en un depósito inteligente en el Mercado Central y sacaron a otras 40. Finalmente, en Pompeya nos echaron a 20 compañeros”, enumeró.

Dentro de estos despedidos se encuentran trabajadores que estaban organizados sindicalmente, pugnando por evitar ceder derechos laborales y sindicales que habían sido obtenidos en 2005. Antes de esta fecha, especialmente en los noventa, las conquistas gremiales eran nulas. Ni siquiera estaba permitida la sindicalización: “Aquel que entraba debía firmar un consentimiento de desafiliación”, indicó Durán.

Gabriel Zapata también cumplía funciones en Pompeya y fue despedido. “Te echan sin causa. Como no hay motivos -porque no te enfermás, no faltás, no llegás tarde ni nada-, te ensucian el legajo diciendo que no das con el perfil que pretende la empresa a futuro. O te dicen que te ausentaste y no faltaste, o que llegaste tarde y no lo hiciste. Por eso, enseguida nos dimos cuenta de que fue persecutorio y político el asunto. Por defender derechos de la gente de planta y a los contratados”, explicó Zapata.

“Aquel que entraba debía firmar un consentimiento de desafiliación”, indicó Durán.

Gaseosas que bajan turbias

Los trabajadores denuncian que la empresa pretende mayores ritmos de producción con una plantilla en permanente reducción o subcontratada, abaratando así los costos. Durán, quien hace once años trabajaba en la embotelladora, señaló que la empresa busca tener en sus plantas la “mitad del personal contratado y la mitad efectiva”.

Antonio Fernández Carbajal integra la presidencia del consejo de administración de Coca-Cola FEMSA, que tiene a The Coca-Cola Company como uno de sus accionistas principales. En relación con el aprovechamiento que la multinacional procura de los países cuyas monedas se han devaluado (caso Colombia o Brasil), había manifestado que se estaba viviendo “una época con muertos y heridos, pero quienes nos mantengamos vivos vamos a reforzar nuestra presencia en el futuro”. También había declarado tener cierta incertidumbre sobre la rentabilidad de la economía latinoamericana. Sin embargo, de acuerdo con un informe de la Cámara de la Industria de Bebidas Sin Alcohol de la Argentina, el consumo de refrescos se incrementó un 1,6% en el primer semestre del corriente año.

Pablo Silvestri (43), cuyos padres fueron asesinados por la Triple A, fue delegado y actualmente trabaja en la planta de Avenida Alcorta. Su posición es que Coca-Cola está compensando lo que no puede ganar en todos lados con aquellos lugares donde la crisis no ha llegado: “Una multinacional como esta lo que hace es resolver el problema que tiene en una región -por ejemplo, en los países que les aumentan los impuestos- usufructuando en otra región”, detalló.

Coca Cola es una megaempresa que comercializa más de 500 marcas y 3.500 productos a escala planetaria. El operario también coincide en que los despidos responden a una persecución ideológica a integrantes de la Agrupación Marrón, cuyos miembros pertenecen o simpatizan con el Partido de Trabajadores Socialistas y el Frente de Izquierda.

Los trabajadores denuncian que la empresa pretende mayores ritmos de producción con una plantilla en permanente reducción o subcontratada, abaratando así los costos.

Sin embargo, no todos los despedidos son militantes gremiales. Para los empleados consultados, se trató de una medida de disciplinamiento. “Termina flotando la idea que, si a estos, que no se metían en nada y hacían todo sin chistar, también los rajaron, le puede tocar a cualquiera”.

Como cualquier empresa, Coca-Cola desea producir más a un menor costo. Los trabajadores consultados manifestaron que se está imponiendo una estructura de mayor control y aceleración de la producción, que comenzó a implementarse fuertemente a partir del desembarco de una administración mixta mexicana- colombiana. Esta gerencia sustituyó a los directivos locales, quienes habían sido tildados de “blandos” por sus superiores. Por su parte, los jefes argentinos ya fueron reubicados en otras empresas, según informó Zapata.

“Para introducir el llamado ‘6 x 2’ tuvieron que echar a buena cantidad de gente. Este sistema consiste en tener dos fines de semana libres cada 45 días. Ahora se está realizando esto en el sector de Llenado de Bidones de Agua”, afirmó Silvestri. Y añadió: “Han sido despedidos compañeros que justamente se oponían a este trato”. Otro ejemplo de precarización es la introducción de la política productiva a partir de metas, la cual duplicó el stock con apenas la mitad de los trabajadores.

Para los empleados consultados, el caso de los contratados merece mayor atención. En la época de aumento de la actividad, entre octubre y febrero, Coca-Cola FEMSA se ve obligada a tomar personal eventual, asegurándose así un enorme stock en depósito a un costo salarial sustancialmente más bajo. Finalizado el acuerdo (y su posible renovación) cualquier sociedad comercial posee dos alternativas: romper la relación por desvinculación o, en su defecto, efectivizar al contratado e incorporarlo a la planta permanente. No obstante, la multinacional lo que hace es tomar nuevamente a los mismos empleados, a quienes se les paga menos y se le conceden menos derechos. “De este modo, Coca-Cola está haciendo fraude laboral”, denunció Silvestri, quien asegura que lleva 23 años viendo este tipo de prácticas.

Otra de las trampas, según denuncia, reside en que a los contratados, en general jóvenes que están dando sus primeros pasos en el mercado laboral, se les obliga a realizar las mismas tareas que a un operario de planta, no sólo dándoles un salario menor sino también haciéndoles asumir los mismos riesgos. Durán señaló: “Los colocan en sectores donde van los efectivos, donde hay ciertas medidas de seguridad que se deben seguir. Los temporarios usualmente deben ser auxiliares de línea. Pero -para no colocar efectivos y darles la categoría que merecen- ponen personal tercerizado que no conoce el método ni está capacitado”.

Esta situación llegó al extremo ocho años atrás, cuando a un chico de 19 se le ordenó trabajar en una línea mecánica compleja, sin previa capacitación, en un ambiente altamente robotizado, con aparatos automatizados que requieren cierto nivel de conocimiento. De acuerdo al testimonio de los trabajadores, se introdujo en una máquina con el fin de destrabar un palo de madera que había quedado enganchado; por descuido tocó un sensor que activó una torre, y la mole de metal de inmediato bajó y lo aplastó.

Otra de las trampas, según se denuncia, reside en que a los contratados, en general jóvenes que están dando sus primeros pasos en el mercado laboral, se les obliga a realizar las mismas tareas que a un operario de planta, no sólo dándoles un salario menor sino también haciéndoles asumir los mismos riesgos.

Vacas y bebidas

Los trabajadores de Coca Cola han recibido respaldos de distintos frentes: delegaciones de obreros (entre los que se destacan los choferes de la línea 60,  petroleros de Shell, y empleados de Madigraf, entre otros), organismos de derechos humanos y  organizaciones sociales y universitarias. También de legisladores del Frente para la Victoria y del Frente de Izquierda y los Trabajadores.

El lunes 28 de septiembre, tras una manifestación en Callao y Corrientes, el Ministerio de Trabajo de la Nación convocó a una audiencia en la que no se arribó a ningún acuerdo. El martes 13  tuvo lugar una segunda mediación, con un abogado externo de la multinacional, un representante del sindicato y los funcionarios correspondientes del Ministerio. Sin embargo, se pasó a un nuevo cuarto intermedio hasta el 27 de octubre. De acuerdo con Durán, “no es más que una relativa paz en plena época de elecciones, pero no se soluciona la cuestión de fondo. Por eso vamos a seguir divulgando lo que se está haciendo”.

En contraste, del 8 al 12 de este mes, Coca-Cola celebró la creación de su botella curvilínea, con una omnipresente campaña que recorrió más de 140 naciones, iniciada este 2015. La emblemática Sociedad Rural Argentina fue el ámbito que acogió el festejo por el centenario de la contour. Cien años de un producto que día a día se envasa de a miles. Pero, por el momento, fabricada por un plantel integrado por cien operarios menos.

Actualización 14/10/2015