Por Sabrina Saraceni

Casi 280 fotografías se reparten alrededor de los dos grandes círculos que conforman la parte superior del Palais de Glace. En ellos se ve reflejado lo mejor del fotoperiodismo argentino del año pasado. Como ocurre desde 1980, ARGRA (Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina) presenta al público su muestra anual y colectiva, una serie de trabajos seleccionados que recorre pasiones, visiones y devenires del país a lo largo de 2014.

 La riqueza de la muestra se sustenta en la calidad y el cuidado que caracterizan a las muestras de ARGRA, y también en la diversidad de miradas que la conforman. Seleccionadas por un comité evaluador conformado por Diego Araoz, Daniel García, Sergio Goya, Pepe Mateos y Res, las fotografías se agrupan por temáticas -deportes, retrato, vida cotidiana, política, naturaleza, medio ambiente, arte, espectáculos- y en algunos casos se despliegan series e historias realizadas por reporteros de todo el país.

“ARGRA es una asociación civil a nivel nacional, por lo que llegan fotos de todas partes,» explicó a ANCCOM el vicepresidente de la Asociación, Diego Paruelo. «Se ven muchas cosas de Buenos Aires, pero también hay trabajos de otras partes que de otra forma no tendrían la posibilidad de ser vistos por tantas personas. Y son de una calidad enorme, como el de Pablo Piovano, que recorrió distintas provincias con el tema de agrotóxicos”.

Desde hace algunas ediciones la muestra tiene un formato itinerante, que este año comenzó en Mendoza y, luego de Buenos Aires, se trasladará a Tucumán y a otras provincias. Cada imagen seleccionada irrumpe en el espacio con una potencia siempre impensable, que varía entre la piel de gallina de emoción, lo desgarrador de la tragedia, la belleza y simpleza en lo cotidiano, el gesto inesperado en la figura pública y el momento exacto en que todo parece confluir para crear imágenes con un poder de síntesis histórica increíbles. Como novedad en esta edición se incluyeron algunas fotografías en formato de posters de un metro setenta por dos metros y medio que optimizan esa mezcla de sensaciones.

Así, el abanico se va desplegando como una suerte de testimonio de existencias inobjetables a partir de ese instante fotografiado: Piovano deja en carne viva “el costo humano de los agrotóxicos” en una serie de fotografías que develan los casos de malformaciones y enfermedades que se registraron como consecuencia del uso de glifosato en algunas regiones. Leo Vaca retrata el primer plano del abrazo entre Estela de Carlotto y su recientemente encontrado nieto, Ignacio Guido. Carolina Cabrera retiene el momento en que un niño logra elevar bien alto un barrilete dentro de un cielo completamente despejado y azul en la Calera, Sierra Chica; y Carolina Pierri retrata el hastío de las vacaciones de los que no se van de vacaciones en la Isla Maciel. Así, a modo de elegir la propia aventura, el visitante puede comenzar, transitar y finalizar la muestra según lo decida. Cada fotografía cuenta una historia que impacta, que atrapa y lleva a preguntarse qué pasaría si nadie hubiera podido congelar ese tiempo y espacio irrepetibles para reflejar ese momento para siempre.

Foto de Pablo Piovano. Noviembre – diciembre de 2014
El costo humano de los agrotóxicos

 

“Una foto es un pedacito de pasado. Y para quienes buscan en el pasado alguna explicación que ilumine el presente, una foto es un tesoro”, dice Raquel Robles en el prólogo que descansa en una de las entradas a la exposición. En esta muestra, el colectivo de reporteros gráficos elige las fotografías que creen que merecen ser vistas por todos. “Nosotros somos trabajadores de los medios que dedicamos tiempo, como podemos, a llevar adelante esta decisión que tenemos desde siempre de mostrar las imágenes que los medios no muestran –expresó Paruelo-. Algunas de las que forman parte de la muestra circularon un montón y fueron noticia, pero son las menos: la gran mayoría no se vio y probablemente nunca se verían de otra forma.”

Cada muestra queda completamente registrada con una excelente calidad en los anuarios de Fotoperiodismo argentino que se editan desde ARGRA Editora todos los años, disponibles en el Palais o a través del sitio web de la Asociación. “La muestra es la posibilidad de mostrar el laburo que hacemos –agregó Paruelo-. Y es un orgullo que sea itinerante y gratuita, que todos puedan acceder”.

Como asegura Carlos Bosch, referente de la fotografía argentina, cuyo trabajo sintetizado en una selección de imágenes fue publicado este año por ARGRA Editora, “la fotografía debe reflexionar sobre ella misma, debe buscar, preguntarse y debe manifestar su diferencia respecto de la fotografía que no es más que una herramienta al servicio del dinero, de la política, del poder y de la falsificación de la realidad”.

 Emmanuel Fernández  Buenos Aires 20 de agosto de 2014 El ex ministro de Econom’a Domingo Cavallo se esconde bajo una mesa tras ser recibido a huevazos cuando se disponía a dar una conferencia junto al ex titular del Banco Central Javier González Fraga en la Universidad Católica Argentina

Foto de Emmanuel Fernández, Buenos Aires, 20 de agosto de 2014
El ex ministro de Economía Domingo Cavallo se esconde bajo una mesa, tras ser recibido a huevazos cuando se disponía a dar una conferencia junto al ex titular del Banco Central, Javier González Fraga en la Universidad Católica Argentina.

Pequeña editora

Pero no sólo la muestra surca estos caminos de trayectorias propias que marca el colectivo de reporteros gráficos cuando se organiza fuera de los espacios laborales. Otro de los proyectos nacientes que sigue esa línea tiene que ver con las producciones editoriales que se vienen confeccionando desde Argra Editora: la colección Pequeño Formato, que este año va por su segunda trilogía de libros que, aunque pequeños en tamaño, son de gran interés por la calidad y sensibilidad que expresa cada temática o autor elegidos.

Carlos Bosch, fotografías, es uno de los tres volúmenes que ARGRA acaba de publicar: fue pensado a modo de homenaje para este referente del colectivo. En simultáneo, apareció también Daniel Ramón Baca – El diario, resultado de un concurso anual que realiza la Asociación, para que un fotógrafo tenga la posibilidad de publicar un libro con su obra. Archivos incompletos complementa el conjunto de novedades: el volumen surgió a partir de que alumnos de ARGRA encontraran de forma fortuita, en la basura, parte de los archivos fotográficos de los diarios La Razón, Tiempo Argentino y El Cronista Comercial. A partir del hallazgo se encaró la recuperación de los materiales y se creó la Red Federal de Fototeca ARGRA, dedicada a restaurar fotografías y negativos deteriorados y a resguardar archivos. En 2014, la Editora había publicado 19 y 20, diez años de fotoperiodismo en la calle; Archivo 32: recuperación y puesta en valor; y Pablo Zucheri, fotografías.

“Estos libros, al igual que la muestra, son una forma posible de generar un medio propio para mostrar nuestro trabajo”, expresó a ANCCOM Diego Sandstede, coordinador de Pequeño Formato. La idea, subrayó, es que las imágenes circulen, que no queden varadas en los archivos de los medios, en aparente período de extinción. “El libro siempre fue un gran canal para mostrar las fotos, que históricamente se imprimían en papel –concluyó-. Lograr estos libros impresos y materializados, y por otro lado darle visibilidad a diferentes trabajos que de otra manera estarían guardados, es una gran felicidad”.

Actualización 12/08/2015

 

Los libros de este año y el anterior, así como los anuarios de las muestras, se consiguen durante el transcurso de la exposición en el Palais de Glace, o en la página web de Argra / La muestra permanecerá abierta hasta el 17 de agosto. Entrada libre y gratuita.