Por Lucas Lufrano
Fotografía: Andrés Wittib

“Yo nací en un conventillo, que es de chapa y de cartón”, cantan veintiséis camisetas azules y amarillas acompañadas por el retumbar de tres bombos en una tarde soleada del jueves 4 de diciembre de 2014. En la marcha de la coordinadora denominada La Boca resiste y propone, por primera vez Boca es Pueblo desplegó su bandera homónima a modo de identificación política. “No queremos estadio-shopping, la puta que los parió”, completan la estrofa desde la retaguardia de una movilización de más de 300 personas.

Dos jóvenes con un trapo de la Juventud Guevarista se suman a los versos. Hay también insignias del Frente Darío Santillán, de La Cámpora Comuna 4, Tribuna Docente,  Hospital Argerich, comedores, bibliotecas y otras asociaciones del barrio. La columna ocupa el ancho de la avenida Almirante Brown y avanza a través de diez cuadras desde la Plazoleta de los Suspiros en la histórica Vuelta de Rocha hasta el Parque Lezama. A mitad de camino llegan los bocinazos de saludo de los Bomberos Voluntarios. Al llegar al cruce con las avenidas Paseo Colón y Martín García, donde un mástil da la bienvenida a la República de La Boca, una vecina del asentamiento La Madrid lee el pliego de reivindicaciones contra la gestión del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.

Matías Scínica de la Agrupación Boca es Pueblo

Matías Scínica de la Agrupación Boca es Pueblo

Militantes

Con una musculosa del equipo de básquet xeneize y el número 12 en la espalda, Matías Scinica camina a la cabeza de la manifestación y se ocupa de la seguridad. En cada esquina espera a que todos crucen, regresa corriendo adelante y repite el proceso una y otra vez. El domingo 15 de julio de 2012 decidió crear junto a su hermano Hernán y su compañero Ariel un nuevo grupo de hinchas bosteros, descontento con los manejos del oficialismo y con las alternativas opositoras. Los tres abandonaron su militancia en el Frente Estudiantil Revolucionario de la facultad de Psicología de la UBA. Matías participaba de un taller de panadería en el Hospital Borda, cuyas instalaciones ubicadas en el subsuelo del edificio habían sido desmanteladas en marzo de ese año por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

“Acá se sale a la calle todos los días. Se patea el barrio”, remarca como diferencia esencial Santiago Procaccini de Boulogne, que se unió en marzo de 2013. Con 23 años,  milita en simultáneo en el Partido Obrero (PO). En el reparto de tareas cotidianas de la organización xeneize, le toca brindar apoyo escolar los jueves en el centro cultural Navegantes del Sur, un merendero emplazado en la avenida Don Pedro de Mendoza 1455. Además de ayudar en las actividades diarias, Boca es Pueblo se reúne allí una vez por semana. Antes lo hacían quincenalmente a una cuadra de la Bombonera, en el local de la esquina de Pinzón y Hernandarias que les había prestado la Juventud Guevarista y que les quedó chico a medida que crecieron: recibieron el 2015 con 75 miembros.

“Charlamos todas las posiciones y actividades. Y resolvemos en el momento. Hasta ahora no hubo nunca una votación polarizada. Tratamos de que todo sea por consenso y para ello debatimos las veces que sea necesario”, ilustra Santiago. Por ejemplo, la Comisión de Redacción discute el contenido de los comunicados que emiten a través de las redes sociales o entregan en mano a los hinchas. Versan sobre cuestiones vinculadas al club pero también al país. “Uno menos”, titularon el 17 de mayo de 2013 cuando murió el dictador Jorge Rafael Videla. Ese 24 de marzo habían recordado el aniversario del golpe militar de 1976.

En el calendario de 2014 figuraban los asesinatos de Mariano Ferreyra y de Kevin Molina y las desapariciones de Julio López y de Luciano Arruga. “Planteé que nos daba la apariencia de un partido de izquierda con una lógica cerrada. No me opuse a esas fechas pero pedí que incluyéramos otras”, releva Gastón Giaccobbe, que reconoce su simpatía con el Peronismo aunque nunca formó parte de otra organización política. Su pedido entró y el 26 de julio recordaron la muerte de Evita. “A Perón todavía no le dieron el ok. Los voy a tratar de convencer para este 2015”, se ríe. En los tiempos libres, surgen polémicas sobre política nacional. “Hay muchos kirchneristas. Como yo soy del PO a veces me chicanean. Difícilmente llegamos a un acuerdo en ese plano. Pero Boca es otra cosa. Estamos del mismo lado. Los siento como compañeros porque luchan por lo mismo que yo”, clarifica Santiago.

Arrabal

Frente a las orillas del Riachuelo, se destacan dos ventanas circulares en la despintada fachada de ladrillos de Navegantes del Sur. Son los vestigios del otrora restaurante Castello Vecchio, sede de shows donde supieron presentarse figuras como las cantantes Violeta Rivas y Lolita Torres o el compositor Osvaldo Pugliese. Ahora una de las paredes está rajada y se encuentra en peligro de derrumbe. Para recaudar fondos destinados a su reparación -6 mil pesos-, Boca es Pueblo ayudó a llevar adelante un bingo solidario el pasado sábado 20 de diciembre. Días después, un integrante se vistió de Papá Noel auriazul y le regaló banderas de esos colores a los nenes del merendero. “Uno de los chicos se puso a llorar porque nunca había tenido nada de Boca”, cuenta Gastón, y explica que uno de los objetivos de la militancia cotidiana es recuperar el lazo que une al club con el barrio y sus habitantes.

003 BocaEsPueblo_Andrs Wittib_IMG_4274Por ejemplo, en la última edición del Día Internacional del Hincha, que se celebra hace tres años todos los 12 de diciembre, la institución de la Ribera puso entradas a disposición del público general, como no sucedía hace mucho. Mientras los simpatizantes acampaban día y noche, la agrupación difundió su reclamo de abrir las boleterías a los no-socios. También consiguió tickets, aprovechando su gratuidad, para los chicos del merendero: “Aunque fue duro porque eran 20 pibes inquietos, fue un laburo hermoso ya que les hicimos conocer la cancha. Cinco eran de River y a cuatro los hicimos bosteros. Quedó uno al que nos falta convencerlo”, recuerda Santiago.

En diciembre pasado los conventillos de la calle California 1.134 y 1.140 se sumaron a la larga lista de incendios que azotan al vecindario sureño hace más de un siglo. Las veinte familias afectadas recibieron respuesta de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad tras una semana de acampe. Boca es Pueblo participó ese mes de una marcha que se llevó a cabo desde el lugar del siniestro hasta Caminito y ayudaron en una olla popular. Algo similar había hecho unos meses antes: en octubre de ese año colaboró en la exitosa resistencia al desalojo del inmueble sito en Brandsen 740 donde viven siete familias y funciona el comedor denominado Pancitas llenas, corazón contento.

Los árboles, los postes de luz y los cordones de esa vereda ubicada justo enfrente de la cancha son literalmente azules y amarillos. Es una de las 50 cuadras que la organización pintó como forma de rescatar una costumbre que distinguía al barrio y había quedado olvidada. “Un día un vecino abrió la puerta de calle y nos preguntó si podíamos darle una mano al frente de la casa. Que él nos daba las latas. Se lo hicimos con la condición de que fuera con nuestros colores”, relata Gastón.

Hogar

Otro de los pilares de la agrupación es la defensa de la Bombonera. La sesión del 18 de noviembre de 2014 de la comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura de Buenos Aires trató un proyecto de ley presentado por el legislador del PRO y vicepresidente xeneize, Oscar Moscariello. El texto titulado “Estadio y Complejo Deportivo Boca Juniors” modifica la zonificación de dos manzanas de Casa Amarilla, que originalmente estaban destinadas a la construcción de viviendas sociales y, por decreto 723/10, Mauricio Macri las había reasignado para el “desarrollo de la función pública (educacional, de seguridad o de salud)”. “Es el primer paso para venderle esos terrenos a Boca, cuya conducción pretende construir allí un nuevo estadio”, explica Matías, que esa tarde expuso frente a los diputados los fundamentos de su rechazo. Desde el mediodía sus compañeros habían puesto en una de las puertas de entrada una bandera que rezaba “Por la Bombonera matar o morir”. Durante tres horas, más de 200 personas permanecieron en Perú al 160 cantando con bombos y bengalas contra la dirigencia. Igual, la iniciativa de Moscariello pasó con dictamen de mayoría.

Pero no fue la única acción. En el último partido del año jugado como local, Boca es Pueblo instaló un trapo en la platea alta: “De la Bombonera no nos vamos”. A mediados del segundo tiempo el partido se detuvo unos minutos porque desde una de las populares de socios se arrojó pirotecnia. En ese intervalo la tela blanca de letras negras apareció colgada en el alambrado, mientras algunos hinchas insultaban al presidente de Boca, Daniel Angelici. La televisión captó todo.

Finalmente, el año legislativo concluyó sin que el proyecto de ley sea tratado en el recinto, donde aún necesita atravesar dos votaciones y una audiencia pública. “Estamos haciendo un relevamiento de los vecinos del barrio. La forma más económica y rápida es adquirir las dos medias manzanas cercanas al estadio y ampliar la Bombonera”, declaró Angelici el 2 de enero de 2015. Boca es Pueblo lo interpretó como una victoria parcial de su lucha.

Otros

La Asamblea Ordinaria del 29 de agosto, había terminado a los sillazos. Allí el oficialismo aprobó una nueva concesión del museo del club a un consorcio conformado por las empresas Museo Deportivo, Santa Mónica y TyC. Por los incidentes, el club incluyó en la lista del derecho de admisión a 12 personas, seis de los cuales son de Boca es Pueblo. Pero lo hizo de manera irregular: los representantes legales no tuvieron acceso a ningún expediente, sobre el cual el Tribunal de Disciplina ni siquiera se expidió. El abogado Pablo Rabey, también miembro de la organización, hace meses negocia con funcionarios de Asuntos Legales para que se levante la sanción. “Todo lo que no le aplican a la barra se lo hacen a ellos para amedrentarlos. Y de manera individual porque ni siquiera los pueden castigar colectivamente”, acusa Claudio Giardino, dirigente de Boca es Nuestro.

004 BocaEsPueblo_Andrs Wittib_IMG_4344Técnicamente, Boca es Pueblo no es una agrupación oficial. Para ello necesita presentar una cantidad de firmas equivalente al 10 por ciento del último padrón, es decir, 7.200. Además de tener que hacerlo en persona o bajo certificación de un escribano, luego se necesita la aprobación de la Comisión Directiva. “Un ejemplo de la discrecionalidad que esto implica fue lo que sucedió con Antonio Alegre. Presidió el club sin agrupación. Cuando lo sucedió Macri, creó una y no se la reconocieron. Por el contrario, el año pasado oficializaron a Boca es Boca, del actual tesorero Carlos Aguas, sin que nadie tenga manera de comprobar si cumplieron con lo requerido”, explica Giardino. Por eso, le ofreció a Boca es Pueblo formar parte del Frente de Identidad Xeneize que integra su agrupación para participar de las próximas elecciones en diciembre de 2015. “Compartimos muchas posturas con él pero no con todos los del Frente: hay personas que estuvieron con Macri. Pero lo estamos debatiendo entre nosotros porque es una posibilidad interesante”, concede Gastón.

De todos modos, la puja electoral no desvive a la organización. “El estatuto establece que si ganás por uno o 10 mil votos, te quedás con los dos tercios de los representantes en la Asamblea, que se convierte en una pantomima. Por eso criticamos a las agrupaciones legalistas que lo único que hacen es darte folletos en las elecciones e ir a las asambleas a ver cómo pierden sistemáticamente. La construcción del poder está en la calle”, reitera Santiago. El principal blanco de esta crítica es Juntos por Boca, liderada  por el ex presidente Jorge Ameal. Uno de sus afiliados, Alejandro Cosentino, recoge el guante: “Es respetable y no es poca cosa lo que ellos hacen, pero entendemos la militancia desde otro lado. Nuestro barrio es el lugar donde vivimos. En mi caso, Haedo. Queremos descentralizar a través de las filiales para acercar el club a todos los socios e hinchas. Si bien ellos sólo nos ven repartiendo folletos los días de partido, tenemos actividades todos los días”.

No obstante, el principal cuestionamiento que Boca es Pueblo les hace se dirige al desempeño de Ameal al frente del club desde 2008 a 2011: “Hoy levanta consignas parecidas a las nuestras como abrir las boleterías o defender los colores del club. Pero en tres años no vendió una sola entrada, no reconvirtió la platea norte en popular y le puso un sponsor rojo a la camiseta”, resume Gastón. “Somos autocríticos. En caso de gobernar el día de mañana nos sirve para tener una propuesta superadora”, responde Juan Ignacio Bruera, otro de los integrantes de Juntos por Boca. Cosentino atribuye estos errores a que Ameal tuvo que lidiar en su propia comisión directiva con una “oposición interna que le puso palos en la rueda”.

En este marco, sus militantes dijeron presente el primer domingo de marzo durante el debut del equipo en el torneo doméstico. Mientras las otras fuerzas políticas daban inicio a sus campañas con pasacalles, globos, fixtures y juegos de preguntas y respuestas, la flamante organización repartió folletos intitulados «Con avales millonarios no hay democracia». La rutina se repitió en los siguientes partidos en la Bombonera e incluso durante días de semana en los que se vendieron plateas. «Luchemos por las entradas», reclamaba el volante del 10 de marzo. Luego de ello, la actividad se orientó a organizar los festejos por el cumpleaños número 110 años del club de la Ribera, que tendrá lugar el viernes 3 de abril. Lejos de cualquier encuadramiento institucional, la convocatoria llama a los hinchas a concentrarse por la tarde en los campitos de Casa Amarilla, en el cruce de Blanes y Martín Rodríguez, para celebrar en el barrio.

Daniel Angelici finalizará su actual mandato en diciembre de 2015. Las vicisitudes del año determinarán si el oficialismo podrá conservar el poder o no. Más allá de la militancia cotidiana que apuesta al largo plazo, los próximos meses serán claves para Boca es Pueblo.