Por Gilda Casalino
Fotografía: Ministerio de Cultura de la Nación

El Teatro Nacional Cervantes de la Ciudad de Buenos Aires fue el lugar elegido para el Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad, que tuvo lugar el pasado 12, 13 y 14 de marzo. Tres días de debate y reflexión política estuvieron en manos de más de treinta intelectuales, filósofos, activistas y funcionarios de América y Europa, entre ellos Noam Chomsky (EE.UU.), Constanza Moreira (Uruguay), Cuauhtémoc Cárdenas (México), Emir Sader (Brasil), Piedad Córdoba (Colombia), Iñigo Errejón (España), Jorge Alemán (Argentina), Ignacio Ramonet (España), Álvaro García Linera (Bolivia), Axel Kicillof (Argentina), Gabriela Rivadeneira (Ecuador), Leonardo Boff (Brasil), Gianni Vattimo (Italia), Paco Taibo (México), René Ramírez (Ecuador), Ticio Escobar (Paraguay), Horacio González (Argentina), Camila Vallejo (Chile), Marisa Matías (Portugal), Pedro Brieger (Argentina), Ricardo Forster (Argentina), y muchos otros más.

América latina como vanguardia

Siete mesas de debate fueron el inicio de un inigualable encuentro: Desafíos y Encrucijadas en América latina, a cargo de Víctor Hugo Morales como moderador, tuvo como disertantes a Cuauhtémoc Cárdenas (México), Constanza Moreira (Uruguay), Emir Sader (Brasil), Piedad Córdoba (Colombia), quienes debatieron acerca de los procesos latinoamericanos y sus desafíos en el contexto de avance neoliberal.

Cárdenas, fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) dijo que su país es el que se encuentra más lejos de lograr las dos tareas que el Foro se propone “pues el avance neoliberal ha desindustrializado al país, ha generado un total abandono del Estado y ha aumentado a más del cincuenta por ciento la pobreza”, detalló. Más adelante, todos los disertantes declararon su apoyo y solidaridad hacia Venezuela frente a las recientes declaraciones de Estados Unidos. En este sentido, la dirigente social colombiana Piedad Córdoba proclamó: “Mi solidaridad con Venezuela no es declarativa ni retórica, mi solidaridad es una solidaridad activa. Nosotros y nosotras estamos dispuestos a hacer lo que sea para defender la revolución venezolana, para defender la revolución bolivariana. Si Venezuela se cae, el efecto dominó aplasta a toda la región”. Cuando llegó el turno de Emir Sader, en la sala ya se respiraba euforia y emoción. El filósofo y doctor en Ciencia Política reflexionó acerca del modo de vida norteamericano y su ideología consumista en la figura del shopping. Contrapuso éste a una ideología humanista y solidaria, donde prime la idea de comunidad. Planteó como tema central, pensar cómo reglamentar la circulación del capital especulativo que no genera trabajo, “quebrar la espina dorsal del capital especulativo” y profundizar la integración regional para derribar la especulación. Agregó que los medios de comunicación fabrican la opinión pública y sin la democratización de estos no habrá una verdadera democracia.

La conferencia magistral a cargo del filósofo, lingüista y activista estadounidense de 86 años, Noam Chomsky, comenzó con un balance histórico y político a 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial. Describió el auge y la decadencia norteamericana y declaró que el Estados Unidos de posguerra poseía la mitad de la riqueza del mundo, controlaba el continente y ambos océanos, multiplicaba su poder bélico y detentaba el poder para obtener toda la soberanía y conseguir la supremacía militar y económica. Europa sería reconstruida de forma que fuera funcional a los Estados Unidos, así como también el Sudeste Asiático.

Para dar cuenta de esta decadencia, el filósofo comparó dos importantes conferencias regionales, la de Chapultepec (México) en 1945 y la de Cartagena de Indias (Colombia) en 2012. En la primera, el objetivo era “establecer las reglas de juego en América latina” para asegurar el rendimiento de las inversiones norteamericanas. En la segunda, 67 años después, los temas giraban en torno a Cuba, el narcotráfico y el reclamo argentino sobre las Islas Malvinas. Este contraste marca el nivel de aislamiento en el que se encuentran los Estados Unidos frente a la región, ya que se perdió América latina. Para Chomsky, el acercamiento de norteamericano a Cuba se da en un intento por no quedarse aislado completamente. Destacó que el poder pasará a China en el próximo ciclo, a pesar de ser aún un país muy pobre, pero que sin embargo no existe otro contendiente.

El lingüista expuso que la crisis del capitalismo está en sus peores momentos y que “América latina ha estado a la vanguardia de la lucha contra el ataque neoliberal. Esto lo demuestran nuevos movimientos que surgen también en Europa del sur, en Grecia o España”. Pero advirtió sobre dos amenazas latentes muy importantes: la guerra nuclear y el desastre ambiental. Aseguró que ambas crecen gravemente y que al parecer a nadie le importa pues “las corporaciones quieren extraer hasta la última gota de combustible y ese impacto lo veremos en nuestros nietos (…) la especie humana está cerca del suicidio virtual”. Finalmente planteó que la llamada democracia, en realidad, es una plutocracia global y que hay que eliminar la especie de patología que tienen los líderes del mundo al redoblar sus fuerzas nucleares en este contexto.

La expansión del ciclo latinoamericano a Europa

De la mesa América latina y Europa en espejo participaron : Iñigo Errejón (España), Ignacio Ramonet (España), Ricardo Forster (Argentina) y Álvaro García Linera (Bolivia). Hicieron un paralelismo entre la crisis neoliberal latinoamericana de los años noventa y la actual crisis europea que ha visto nacer movimientos sociales como Podemos en España y el partido, ahora en el gobierno griego, Syriza.

Ramonet, doctor en Semiología e Historia de la Cultura arrancó la mesa y se sumó a las manifestaciones de solidaridad con Venezuela. Destacó que en ningún país donde se haya desarrollado un programa neoprogresista de inclusión social se ha producido ninguna derrota electoral, es por ello que las fuerzas conservadoras han intentado la desestabilización, a través de agresiones, campañas e intentos golpistas como el ocurrido el pasado 12 de febrero hacia Venezuela; el ataque a Dilma Rousseff a través de Petrobras; o el caso Nisman en Argentina: “Quieren evitar que este ciclo se prolongue”. Al final de su intervención habló de los medios de comunicación dominantes como instrumentos del poder financiero, en campaña internacional contra los líderes de Podemos y Syriza. Las manos, no alcanzaban para tantos aplausos.

El siguiente disertante fue el Doctor en Ciencia Política y líder del partido español Podemos, Errejón, quien expresó que Latinoamérica y Europa no son calco y copia y que su partido político no existiría sin los 15 años de lucha en la región. Dijo que Europa está en un momento donde es posible construir fuerza política, que no hay democracia sin apertura de derechos, que hay que girar la utopía conservadora que afirma que se puede desterrar la política y la concibe como un mero administrador de las cosas, como la toma de decisiones por fuera de la esfera pública. Manifestó que la democracia no es gestión de técnicas sino “la capacidad de poner a las instituciones al servicio de las necesidades de la gente”. Una ola de aplausos irrumpió sobre su discurso. Celebró la vuelta de la política en Europa y que con la recuperación de Grecia se ha evidenciado que sí había margen. Aseguró que se vive un nuevo clima de época gracias a los movimientos sociales como Indignados o 15-M que han abierto posibilidades políticas inéditas en España. Sin embargo, explicó, las crisis han sido de régimen político y no de Estado, lo cual ha generado que la acumulación de protestas no sea suficiente.

Al finalizar, propuso tres tareas para lograr la emancipación y la igualdad: librar disputas electorales con una representación política lo suficientemente fuerte como para resistir cualquier intento de restauración conservadora; apuntar a una formación política que conlleve un trabajo político intelectual con los mejores cuadros; y en construir un pueblo en condiciones de reclamar su soberanía. “Ayer vendían resignación, hoy venden miedo. ¡Sí, se puede!” concluyó en medio de una ovación que duró más de la cuenta, al punto que el moderador tuvo que decir unas palabras para continuar con el siguiente disertante, nada menos que Álvaro García Linera.

El vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia empezó en medio de más aplausos. Fue sin duda uno de los momentos más emocionantes del Foro. Al comenzar destacó las plazas públicas como lugares de construcción política y declaró que América latina ha mostrado que la democracia no se puede reducir simplemente al voto, “la democracia es callejera, plebeya”.

Describió el papel del Estado y que hay que luchar por el poder de éste, pero sin ser absorbido por el mismo. Aseguró que las políticas de ajuste vividas en Europa no son suficientes para generar una masa crítica que se movilice ante los poderosos. “La clave es convertir el malestar social en una fuerza colectiva que abra posibilidades de cambio. (…) Una lucha política es una lucha por el sentido común, debe cohesionarse sino la gente se resigna y regresa a su vida cotidiana”. Para García Linera el gobierno está en la obligación de pensar en la gestión, en pensar en generar mayor igualdad. “El futuro de la revolución latinoamericana se define en el ámbito económico”.

Refiriéndose a Venezuela afirmó que “si Venezuela cae en las garras de una agresión, América latina habrá perdido” y que la región no es peligro para nadie, por el contrario “Estados Unidos y el Parlamento Europeo son un peligro para América latina”. Finalmente sostuvo que la integración latinoamericana necesita de una base material, de acciones conjuntas en economía y derechos. “Nuestra Patria Grande no durará si no pasamos del encuentro cultural al encuentro económico, una combinación del juego de la intelectualidad al juego de la gestión”, concluyó.

Venezuela en la mira

En los siguientes dos días del Foro se discutió el papel de las Nuevas Izquierdas y Tradiciones populares en América latina. El filósofo venezolano, escritor, analista político y doctor en Ciencias Sociales, Vladimir Acosta declaró que sólo hablaría de la agresión sufrida por su país ante las recientes declaraciones del gobierno de Estados Unidos. Hizo un recorrido histórico de cómo se dio un cambio de época en Venezuela de la mano de Hugo Chávez, sus logros y políticas fraternas hacia otros países de la región. Destacó a Telesur como una de las mejores expresiones de democratización de la información y al triunfo del Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) sobre el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Marcó como punto de partida de las agresiones contra Venezuela aquella cumbre en Mar del Plata donde George Bush no encontraba la puerta de salida frente al no rotundo sobre el ALCA y destacó a los organismos de integración regional como CELAC y UNASUR. Advirtió que todo ese avance está amenazado y que todo el pueblo venezolano necesita de la solidaridad de todos los demás países, no sólo declarativa sino también de marcha y movilización. El auditorio no hizo más que demostrarle su apoyo con largos aplausos de pie.

Más adelante en la mesa Actualidad de las Tradiciones Emancipatorias, Leonardo Boff, teólogo, filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño describió la crisis que viven los pobres en Brasil producto de una gran sequía generada por la explotación indiscriminada de los recursos naturales. Describió la filosofía indígena relacionada con el “buen vivir”, una sintonía fina con el universo donde prima una convivencia con todos los seres, una idea de compartir en comunidad y de consumo solidario en contraposición la acumulación para obtener ganancias individuales. Expuso que los países que han logrado implementar esta filosofía son Bolivia y Ecuador al reformar sus constituciones a través de Asambleas Constituyentes y poner en el centro a la naturaleza y no sólo al hombre como sujeto de derechos.

El valor de la política intergeneracional

El último día del Foro se presentó la mesa La Nueva Generación ante la disputa del presente. Axel Kicillof, doctor en Economía, profesor, investigador y actual Ministro de Economía manifestó que el neoliberalismo instaló el discurso de que la política era mala palabra, y que el Estado era ineficiente y corrupto. Sin embargo, “cuando éste se encuentra en buenas manos, es democrático y representa los intereses del pueblo es un potente instrumento de transformación al servicio de la producción y la redistribución de la riqueza”. Concluyó: “La tarea de seguir transformando la Argentina está en la cabeza y en los hombros de la nueva generación”.

En medio de calurosos aplausos, llegó el turno de la chilena Camila Vallejo, geógrafa, militante y actual diputada por el Distrito Nro. 26, La Florida. Describió la situación que atraviesa su país en materia de derechos. Resaltó que se ha tomado conciencia de que la educación es un derecho humano habilitante y que su lucro sólo genera segregación. Planteó que debía repensarse la educación y generar herramientas que permitan la recuperación del pensamiento crítico, eliminado con la doctrina del enemigo interno a través del miedo. Para lograr estos objetivos instó a una reforma tributaria para su financiamiento. Destacó a la política como herramienta de transformación que permite pensar en un proyecto colectivo y no sólo individual. “La mera conflictividad social sin disputa política no tiene sentido, se tiene que disputar el poder”, expresó. Dijo también que la institucionalidad política en Chile tiene una serie de candados que no permiten realizar reformas importantes y que faltan herramientas jurídicas que castiguen los crímenes de cuello y corbata, pero que sin embargo ya trabajan en ello.

Expuso que el mayor desafío es lograr la reforma de la Constitución política a través de una Asamblea Constituyente ya que, si se hiciese a través de una comisión bicameral caerían en el mismo vicio y nada cambiaría pues hay que darle herramientas a la gente para transformar su realidad.

Recalcó que en su país hay un gran descrédito por la política y por consiguiente una gran despolitización de la población. Por eso apuesta por una lucha intergeneracional donde las generaciones anteriores ayuden a las actuales en la tarea de lograr un cambio verdadero. “Somos historia, presente y futuro, tenemos que empoderarnos de nuestra historia”, finalizó.

El público del Cervantes no pudo contener más su apoyo, las banderas militantes se desplegaron en lo alto de los palcos, acompañadas de cantos y proclamas por América latina y Europa.